La integración de los psicólogos en las UCI es una necesidad Entrevista a los responsables del Proyecto HU-CI
6 May 2020
La actual emergencia sanitaria ha creado nuevas necesidades y demandas psicológicas por parte de la población. Uno de los escenarios en los que la atención de los aspectos psicológicos ha demostrado ser de vital relevancia son las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Tanto los pacientes ingresados en estas unidades y sus familiares como los profesionales sanitarios que trabajan en ellas presentan una sobrecarga emocional y unos altos niveles de estrés que pueden interferir notablemente en su bienestar y en su salud. Lamentablemente este incremento extremo de necesidades coincide con una crónica escasez de recursos humanos y materiales. Teniendo en cuenta esta realidad, el Proyecto HU-CI está impulsando, durante la crisis del COVID-19, un proyecto pionero que implica la incorporación de psicólogos y psicólogas en estos servicios para hacer frente a estas necesidades y poder ofrecer una atención integral a todos los agentes implicados. Para hablarnos más en detalle de este proyecto, que ya ha comenzado a implantarse en algunos hospitales de Castilla-La Mancha y Cataluña, Infocop ha entrevistado a Gabriel Heras, médico intensivista del Hospital Universitario de Torrejón y Director de Proyecto HU-CI y a Macarena Gálvez, doctora en Psicología y directora del Programa de Intervención Psicológica en las UCI durante la crisis del COVID-19. | |||||||
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ENTREVISTA Para encuadrar el tema, ¿qué es el Proyecto HU-CI? Gabriel Heras (G.H.): Se trata de un proyecto internacional de investigación que busca la transformación del sistema sanitario hacia un modelo más amable y centrado en la dignidad de todas los protagonistas: paciente, familias y profesionales. Para aterrizar esta idea en algo tangible, creamos un equipo interdisciplinar con médicos, enfermeras, psicólogos, arquitectos, diseñadores, informáticos y administrativos conjuntamente con pacientes y familias. El marco de acción es la asistencia sanitaria en general y las UCI en particular, con 7 líneas de investigación.
Este proyecto tiene ya una larga trayectoria, ¿qué es lo que ha llevado a que haya tenido tanto eco durante esta emergencia sanitaria producida por el Covid-19? G.H.: El coronavirus ha puesto en boca de todos a las Unidades de Cuidados Intensivos de todo el mundo, y Proyecto HU-CI lleva seis años de ventaja en la reflexión sobre la necesidad de transformar el sistema. Claramente se ha hecho visible que no teníamos la mejor sanidad del mundo, sino los mejores profesionales. El sistema tiene mucho margen de mejora. Macarena Gálvez (M.G.): El fin último de Proyecto HU-CI es la atención centrada en la persona, lo que incluye a pacientes, familiares y profesionales, esta crisis asistencial ha sido especialmente dañina con los tres. Por un lado, ha puesto de manifiesto las carencias que ya tenía el sistema en el cuidado humanizado a los tres sectores, y por otro, ha subrayado la importancia del mismo. Por ejemplo, nadie duda ahora de lo dañino de romper el contacto paciente-familia. Las experiencias vividas en todos los servicios con el aislamiento, la soledad impuesta y las muertes en soledad, han puesto sobre la mesa el dolor que esto supone, la dificultad para el paciente, familia y profesionales expuestos a estas situaciones, y la necesidad de cambiar esas circunstancias en cuanto es posible. Para ello se han visto actuaciones que Proyecto HU-CI promulga habitualmente desde hace 6 años como la incorporación de la tecnología al cuidado, (en este caso con videollamadas que acercan al paciente y la familia), canales fluidos de información a familiares, acompañamiento en el proceso de morir (que algunas UCI han facilitado) y soporte psicológico a pacientes, familia y profesionales. Ha habido un pequeño revuelo en ciertos ámbitos de la salud mental porque se ha interpretado que el Proyecto HU-CI está proponiendo que haya psicólogos no especialistas en la sanidad pública ¿qué tiene que decir a esto?
G.H.: Pues sin darnos cuenta, pareciera que hemos destapado la caja de Pandora. Como médico desconocía la problemática y rivalidad existente entre los diferentes psicólogos y departamentos de salud mental, y me ha sorprendido profundamente que algunos de ellos hayan aprovechado para reivindicar su lucha increpando nuestro programa, acusándolo de ilegalidad o de ir contra la Sanidad Pública. Nuestro único foco es ayudar a los profesionales de Cuidados Intensivos de España, dar un soporte coordinado e intentar prevenir las posibles futuras enfermedades que aparecerán cuando podamos parar. Contamos con la demanda de los profesionales, el aval de todas las sociedades científicas, la colaboración de los Colegios Oficiales de Psicología para la selección del personal, y el dinero para pagarles. Además, nuestra actividad es una intervención de psicología en crisis y emergencia, que no está incluida en la cartera de servicios del sistema nacional de salud. Este programa no está subvencionado por el mismo y, según un reciente Real Decreto, en tiempos de COVID 19, incluso se podrían contratar estudiantes de psicología, lo cual no nos parece adecuado dada la envergadura de la crisis emocional a afrontar, donde si incorporáramos estudiantes sin experiencia profesional acabaríamos necesitando un psicólogo para el psicólogo. Y esto aplica igualmente para todos los psicólogos que no tengan una experiencia y formación demostrable de al menos dos años en intervención en crisis/emergencias. Queremos que nuestra gente esté atendida por los mejores perfiles en cada fase. ¿En qué consiste la propuesta actual de soporte psicológico en UCI que plantea Proyecto HUCI durante la pandemia del COVID-19? G.H.: Se trata de una intervención única en el mundo hasta donde yo conozco, que consta de una parte presencial (individual y con pequeños grupos para el equipo asistencial) y telemática (llamadas y videollamadas), dirigida a pacientes, familias y profesionales de UCI, donde se realizan actividades de soporte emocional e intervención en crisis, con finalidad preventiva. Tiene una duración de dos meses, mientras dure la pandemia, y ha sido subvencionada por empresas de la población civil: la Fundación Reale, MSD, AstraZeneca y MyInvestor, que entendieron que, además de mascarillas, equipos de protección individual o ventiladores, hacía falta cuidar de los que estamos en primera línea. M.G.: Esta situación es excepcional y, como ha ocurrido en todos los servicios, requiere medidas excepcionales. La Directora de Salud Mental de la OMS Dévora Kestel, ha señalado que, desde la perspectiva de la salud mental y el apoyo psicosocial necesario, el tipo de impacto de esta pandemia es el mismo que en otras emergencias, guerras o catástrofes, donde una de cada cinco personas podrá estar afectada por un trastorno mental, ansiedad, depresión o patologías severas. Ante esas situaciones, nuestra profesión actúa desde la disciplina de la Psicología de Crisis, Emergencias y Catástrofes. Estamos acostumbrados a ver su eficacia preventiva y metodología específica de intervención de puertas para afuera del hospital. En España tenemos experiencia en ello con atentados terroristas, accidentes aéreos, de tren y coches, catástrofes ambientales, etc. Lo que Proyecto HU-CI ha hecho es facilitar esa intervención de puertas para adentro del hospital, durante un periodo de tiempo acotado en el tiempo y con unos objetivos específicos. Para ello, hemos recurrido a los Colegios Profesionales de la Psicología para que seleccionen a los mejores profesionales en este campo en cada zona de intervención. Se trata de psicólogos clínicos y sanitarios, con formación acreditada en Psicología de Crisis, Emergencias y Catástrofes y amplia experiencia en su aplicación, que es de soporte, de carácter preventivo (prevención secundaria), proactiva y de proximidad. Se trata de una intervención perfectamente complementaria a otras que se están realizando desde los Servicios de Salud Mental de los hospitales, y que se desarrolla en coordinación con los mismos, derivándoles las personas que, de forma temprana, se detecte que requieran asistencia especializada. Castilla-La Mancha ha sido la primera comunidad en aceptar el proyecto para su puesta en marcha en algunos hospitales de su territorio. ¿En cuántos hospitales se ha iniciado ya el programa y cuál es la previsión para los próximos meses? ¿Se va a ampliar la propuesta a más comunidades? M.G.: El proyecto se está desarrollando exitosamente en 8 hospitales de Castilla La Mancha y 3 de Cataluña. Otros están estudiando el programa y esperamos su respuesta en un breve plazo de tiempo. La iniciativa está abierta a todas aquellas comunidades y hospitales que la soliciten. G.H.: Nos gustaría llegar a todas las UCI de España, y dependerá de dos factores: que haya más inversores que quieran colaborar, y que desde las diferentes Consejerías de Sanidad nos permitan llevarla a cabo. Durante esta primera fase de puesta en marcha del programa en las UCI de Castilla-La Mancha, ¿qué obstáculos o facilidades se han encontrado? ¿Cómo ha sido acogido el proyecto? ¿Cuál ha sido la valoración de la propuesta por parte de los pacientes, familiares y profesionales sanitarios implicados? ¿Cómo ha sido la integración de los profesionales de la Psicología en estos entornos? M.G.: La clave del éxito de este programa en Castilla-La Mancha ha sido el trabajo conjunto por un objetivo común. Proyecto HU-CI tiene un lugar privilegiado para el conocimiento de las necesidades específicas de las UCI y capacidad para el diseño del programa, pero ha sido posible porque la Consejería de Sanidad ha compartido la preocupación y la necesidad de actuación temprana en la crisis, la Coordinadora de Salud Mental, la Dra. Teresa Rodríguez Cano, ha comprendido el alcance de la intervención y ha facilitado su coordinación con los Servicios de Salud Mental, el Colegio de la Psicología de Castilla La Mancha, con Mª Dolores Gómez al frente, ha realizado una magnífica captación y selección de profesionales, las Sociedades de Medicina (SEMICYUC) y Enfermería Intensiva (SEEIUC) nos han dado el aval científico y hemos recibido el apoyo del Consejo General de la Psicología de España. Todos juntos hemos dado respuesta a lo que las UCI nos pedían. No existen grandes programas sin obstáculos, y en Proyecto HU-CI estamos curtidos en eso. En algunos hospitales ha sido más necesaria una labor explicativa referente a lo específico de la intervención y a su complementariedad con las intervenciones realizadas por otros profesionales de la psicología, pero lo más destacable es la acogida de los pacientes, las familias y los profesionales. No dejamos de recibir feedback positivo en este sentido. Respecto a la integración de los psicólogos, quiero destacar su gran profesionalidad y capacidad de adaptación. Cada UCI es diferente, tiene unas especificidades, tamaño, servicios y problemáticas concretas. Su capacidad para integrar el programa en cada una de ellas y coordinarse con los diferentes profesionales y dinámicas de la UCI, es digno de mención. G.H.: La colaboración y coordinación con las Oficinas de Salud Mental de las diferentes consejerías de Sanidad es la clave. Como todo en la vida, algunas se han mostrado muy entusiastas con el programa, como es el caso de Castilla-La Mancha, y otras ni siquiera nos han contestado y sus motivos tendrán, aunque sean muy difíciles de entender y justificar. No hay tiempo que perder, la intervención es ahora o no será, y preferimos enfocarnos en los lugares donde el programa se ha acogido favorablemente. Como responsable del Proyecto HU-CI, ¿cómo valora la labor iniciada por los psicólogos y psicólogas participantes en este proyecto en los diferentes dispositivos? G.H.: No soy yo quien ha de valorarlos, son los usuarios de la iniciativa. Tras diez días de inicio, todos los Servicios de Medicina Intensiva están encantados de este programa, sin excepción. M.G.: Los elegimos a ellos por su formación y experiencia, esa parte la teníamos asegurada, pero en el día a día nos están demostrando también su valía personal, las competencias interpersonales para la relación con otros grupos profesionales, y las competencias que Proyecto HU-CI persigue en todos los profesionales de la asistencia sanitaria y que nos gusta llamar humantools: la empatía, la escucha activa, la compasión… Para nuestros objetivos, las habilidades científico-técnicas que proporciona un título académico, sirven de poco si no se acompañan de esas otras competencias. Para finalizar, ¿desea añadir algún comentario más al tema que nos ocupa? G.H.: La integración de los psicólogos en las UCI es una necesidad, y esperemos que después de esta crisis sanitaria sin precedentes, los responsables del Ministerio de Sanidad tomen nota y puedan, entre todos ustedes, decidir quiénes, cómo, cuándo y cuantos. Ha quedado patente que hay que buscar una solución estructural y de largo plazo. Y pueden contar con Proyecto HU-CI para que el cuidado de lo invisible sea una realidad, no una utopía. M.G.: Quiero aprovechar este marco que nos facilitáis para dar las gracias a todas y cada una de las personas que están haciendo posible la puesta en marcha y desarrollo del Programa de Intervención Psicológica en UCI durante el COVID-19 y, sobre todo, a aquellas personas que están recibiendo la asistencia, por su generosidad al compartir su dolor; ese es un privilegio que recibimos los psicólogos en esta maravillosa profesión y ante el que estamos obligados a actuar con profesionalidad y humanidad. Me gustaría también señalar que para mi es un orgullo formar parte de Proyecto HU-CI, donde diferentes profesionales trabajamos conjuntamente desde nuestras áreas competenciales, compartiendo la importancia del cuidado emocional y la atención psicológica, y destacar que como parte del mismo seguiré peleando, como todos estos años, por la inclusión de los psicólogos en las UCI. Si algo ha conseguido este programa ya, es que todos estén hablando de ello, hemos puesto sobre la mesa una necesidad que abre caminos al futuro de la Psicología, espero que como grupo profesional sepamos recorrerlos. |