Día Mundial para la concienciación sobre el abuso y maltrato a las personas mayores

15 Jun 2018

Consejo General de la Psicología. Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento

El Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento del Consejo General de la Psicología de España, un año más, quiere colaborar en el Día Mundial para la Concienciación sobre el abuso y maltrato a las personas mayores, que se celebra el 15 de junio, con la publicación de un Manifiesto sobre sus derechos.

Creemos que la mejor manera de luchar contra esta problemática es evidenciar que, detrás de actitudes y comportamientos socialmente aceptados, se esconden acciones abusivas hacia las personas mayores y que la sociedad ignora, normaliza o silencia.

Entendemos el buen trato a las personas mayores como el conjunto de actitudes y acciones que preservan su identidad y dignidad, que garantizan su bienestar y calidad de vida, que proporcionan escucha activa, acompañamiento y comunicación efectiva. Que empoderan.

Este año hemos pedido a algunas personas mayores que ilustren el Manifiesto con sus opiniones respecto a unos derechos que, consideran, deberían ser los mismos que los de las personas de cualquier edad: los Derechos Humanos. ¡Quién mejor que ellas para transmitirnos cómo se sienten cuando ven que sus derechos son vulnerados por la sociedad!

MANIFIESTO

Las personas mayores deben tener garantizados, entre otros, los siguientes derechos:

  • Derecho a preservar la identidad personal y la dignidad. Derecho a la libertad, a la autonomía y a tener un trato digno y acorde a su historia de vida. Toda mi vida he cantado en una coral. Es lo que me hace más feliz, pero ya no puedo ir porque nadie quiere acompañarme (ROSA).
  • Derecho a su empoderamiento. El entorno de la persona mayor debe promover la dignidad y la autoestima de la misma, evitando provocar sentimientos negativos y de inutilidad. Las personas mayores no somos trastos viejos. Tenemos experiencia, ayudamos, criamos a los nietos… Merecemos respeto (PILAR).
  • Derecho a decidir. Y a que la decisión sea respetada, aunque sea contraria a lo que piensan las personas con las que convive y aman a la persona mayor. Mi hermana se ha enfadado conmigo porque dice que si no voy a una residencia le doy mucho trabajo, ¡pero yo quiero vivir en mi casa! (ANTONIO).
  • Derecho a opinar. La opinión de la persona mayor debe tener el mismo peso que la de los otros miembros de su ámbito social, familiar o comunitario. Me molesta que en casa nadie me consulte nada y me expliquen las decisiones cuando ya están tomadas. Siento que mi opinión ya no vale para nada (CRISTÓBAL).
  • Derecho a elegir libremente. La persona mayor tiene derecho a elegir qué comer, beber o hacer y a no ser forzado a actuar de manera contraria a su voluntad. No entiendo por qué mi hija tiene que decidir donde vivo, qué ropa me pongo, qué como… ¡No soy una niña! (LOLA).
  • Derecho a aprender y acceder a las nuevas tecnologías. La edad no debe suponer una limitación para el aprendizaje. La sociedad debe facilitar la formación y el acceso de las personas mayores a las TIC. Me queda mucho por aprender. ¡La curiosidad me mantiene vivo! Me gustaría apuntarme a un curso de astronomía, pero mi yerno dice que es tirar el dinero (JUAN).
  • Derecho a enamorarse y a disfrutar de su sexualidad. La persona mayor tiene derecho a amar sin sentirse enjuiciado o culpable por el hecho de amar. Tiene derecho a disfrutar de una sexualidad libre, digna y positiva. Mis hijos no aceptaron mi relación con la persona de la que me enamoré. Me arrepiento de haberles hecho caso.  ¡La echo mucho de menos! (PEPE).
  • Derecho a expresar emociones y sentimientos. La persona mayor tiene derecho a que no se reprima o ignore la expresión de su estado anímico y emocional. ¿Por qué no me dejan llorar cuando estoy triste?  ¿Por qué le quitan importancia a lo que yo siento? (MARIA).
  • Derecho a tener el control y a gestionar su patrimonio. Las personas mayores deben tener control sobre sus pertenencias y decidir cómo quieren gestionarlas. Esta decisión debe ser respetada en todo momento, aunque no se esté de acuerdo con ella. El patrimonio acumulado es fruto del trabajo de toda una vida y solamente la persona mayor debe decidir sobre el mismo sin delegar en nadie, sin ser coartado, condicionado o manipulado por terceros, bien sean del ámbito familiar o del ámbito social. Estoy muy enfadada con mis hijos. Tienen mi cartilla de ahorro y me dicen que ahora llevan las cuentas ellos para que no me tenga que preocupar y que si necesito algo que se lo pida. ¿Por qué tengo que pedir algo que es mío? (ROSA)
  • Derecho a la intimidad. Derecho a que se respete la privacidad del espacio y las relaciones de la persona mayor. Este derecho está especialmente vulnerado en las residencias, sobre todo cuando la persona tiene algún problema cognitivo. Echo de menos poder hablar con alguien sin estar siempre rodeado de gente, con la oreja puesta para saber qué digo (JOSÉ).
  • Derecho a denunciar. Entender que es denunciable cualquier situación de maltrato, negligencia o trato inadecuado, tanto en el ámbito familiar como institucional. ¡Pero cómo vas a denunciarlo! Después tienes que seguir viviendo con ellos y será peor (JOSÉ).
  • Derecho a no ser tratado de manera infantil La persona mayor tiene derecho a ser tratada con respeto, por su nombre, sin diminutivos ni expresiones infantilizantes. ¡No soporto que me cambien el nombre! Me llamo Mª Teresa, no Maite ni Teresita. Ya sé que lo hacen cariñosamente, pero me da un coraje… (Mª TERESA).
  • Derecho a no ser inmovilizado ni polimedicado innecesariamente. En caso de deterioro cognitivo grave, la persona tiene derecho a la prescripción de recursos alternativos a la contención física o farmacológica, que preserven la dignidad y no comporten efectos negativos sobre la salud. Me aterroriza pensar que si pierdo la cabeza me tengan atado o drogado para que no moleste. ¡Prefiero morirme! (FERNANDO).
  • Derecho a vivir más y mejor. La persona mayor tiene derecho a vivir en condiciones dignas y a una asistencia psicológica, sanitaria y social adecuada a sus necesidades, procurando con ello mejorar la calidad de vida. Como tengo tantos años dice el médico que ya no merece la pena operar. Yo no sé los años que me quedan por vivir pero estos dolores de rodillas me están matando. Si tengo que vivir así prefiero morirme cuanto antes (ÁNGELA).
  • Derecho a decidir sobre la propia muerte. Debe ser respetada la voluntad de las personas acerca de su muerte y garantizado su derecho a morir dignamente. No me gustaría morir en un hospital. Cuando llegue el momento quiero que mis hijos me lleven a casa  para morir en mi cama, rodeado de mis cosas y mi familia (PEDRO).

Porque existen muchas situaciones de malos tratos a las personas mayores justificados en nuestra sociedad y también en la atención sanitaria y social,

porque todas las personas, especialmente las más frágiles y vulnerables, deben tener oportunidades de desarrollo personal e implicación activa en su vida cotidiana y en sus entornos…

QUEREMOS

  • Comprometernos, especialmente desde nuestro ser profesional como psicólogos y psicólogas, a visibilizar cualquier acción que atente contra los derechos de las personas mayores y a impulsar en la medida de nuestras posibilidades, acciones orientadas a la información, prevención, detección e intervención en cualquier situación de malos tratos.
  • Promover, facilitando los apoyos necesarios, que las personas mayores disfruten de una vida plena según sus valores y sus proyectos de vida.
  • Dejar de ser cómplices de estas situaciones de malos tratos socialmente justificados, lo cual comienza por cuestionarnos sobre cuáles son mis prejuicios, actitudes y acciones, tanto a nivel profesional como personal, hacia las personas mayores.

El buen trato es universal, es el resultado del respeto de los derechos, de la dignidad de la persona, el buen trato no tiene edad e implica reconocer al otro de igual a igual.

Todos tenemos responsabilidad

¿Quieres unirte a nosotros y nosotras?

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS