La Comisión de Psiquiatría de The Lancet solicita el impulso de la investigación en tratamientos psicológicos

26 Abr 2018

Los tratamientos psicológicos ocupan un lugar importante como tratamientos basados en la evidencia por lo que se debe impulsar su investigación. Esta es una de las conclusiones del informe elaborado por la Comisión de Psiquiatría de la revista The Lancet. Dicha comisión está integrada por un total de 12 expertos en psiquiatría, que de manera asidua publican artículos de revisión e informes con recomendaciones específicas para el desarrollo futuro de esta disciplina científica.

En su análisis de la situación actual, los autores del informe reconocen que “la necesidad de mejorar el tratamiento en salud mental es elevada; incluso los mejores tratamientos no funcionan para todos, no se han desarrollado tratamientos para muchos trastornos de salud mental y la implementación de tratamientos necesita establecerse a nivel mundial”. Por este motivo, la Comisión de Psiquiatría de The Lancet apuesta por extender el foco de atención hacia los tratamientos psicológicos, abogando por la sinergia entre disciplinas científicas y reconociendo la importancia de determinadas líneas de investigación psicológica que están alcanzando un valor indudable, como la individualización de los tratamientos y los enfoques transdiagnósticos.

Específicamente, el documento, de un total de 50 páginas, se divide en 10 partes, en las que se abordan los siguientes aspectos:

  •  Parte 1. ¿Cómo funcionan los tratamientos existentes? Afirmando los mecanismos de los tratamientos psicológicos. En esta sección, los autores inciden en la necesidad de conocer los mecanismos de acción de los tratamientos psicológicos, debido a su papel fundamental a la hora de facilitar la innovación en dichos tratamientos.
  • Parte 2: ¿Dónde se pueden implementar los tratamientos psicológicos? La investigación para mejorar la salud mental en todo el mundo. En este apartado se resumen una serie de factores que pueden facilitar el acceso mundial a los tratamientos psicológicos. Se deben seguir desarrollando líneas futuras de investigación y evaluándose la eficacia de intervenciones breves y flexibles que se puedan adaptar a las necesidades de las personas de cualquier contexto cultural y que se puedan difundir fácilmente.
  • Parte 3: ¿Con qué? El potencial de los efectos del tratamiento sinérgico: uso y desarrollo de enfoques de tratamiento intermodal. Según los autores del informe, la combinación de tratamientos psicológicos y farmacológicos debe entenderse mejor, tanto en términos del efecto clínico como de los mecanismos subyacentes compartidos y diferentes. Los esfuerzos para desarrollar e investigar la eficacia de nuevos tratamientos multimodales podrían contribuir a la innovación en los tratamientos.
  • Parte 4: ¿En qué momento en la vida? La ciencia psicológica, la prevención y la intervención temprana: adoptar un enfoque desde el inicio del periodo vital. Los costes sociales y económicos de los problemas de salud mental que se originan en las primeras etapas hacen que se otorgue un papel prioritario al desarrollo de una prevención eficaz y de los enfoques de intervención temprana. Se necesita un enfoque preventivo y un enfoque basado en el desarrollo para identificar los factores de riesgo que afecta al desarrollo de problemas de salud mental, así como identificar el momento óptimo para ofrecer enfoques de prevención que aumenten la probabilidad de proteger la salud mental de los jóvenes en riesgo.
  • Parte 5: Tecnología: ¿podemos transformar la disponibilidad y la eficacia del tratamiento psicológico a través de las nuevas tecnologías? Según se establece en el texto, las nuevas tecnologías proporcionan medios interesantes y oportunos para difundir y extender la eficacia y el alcance global de las intervenciones basadas en evidencia. Los enfoques de eHealth y mHealth que usan tecnologías de la información (por ejemplo, Internet o realidad virtual) y las aplicaciones móviles e inalámbricas (por ejemplo, mensajes de texto, apps, etc.) son ejemplos de cómo la tecnología se ha utilizado para aportar innovaciones en los tratamientos psicológicos.
  • Parte 6: Ensayos clínicos para evaluar los tratamientos psicológicos. Tal y como se señala en el documento, los hallazgos de los ensayos controlados aleatorizados sobre la evaluación de las terapias psicológicas ofrecen información de utilidad para el desarrollo de políticas y de la práctica en salud mental.  En consecuencia, el diseño y la realización de estos ensayos justifican la evaluación y los esfuerzos continuos para mejorar su calidad (por ejemplo, a través de normas de elaboración de informes, especificación de protocolos, criterios de inclusión y exclusión, elección de medidas de resultado, medición de efectos adversos y prevención del sesgo en el diseño y análisis). En este apartado se enumeran una serie de cuestiones para alcanzar una mejora adicional en estos ensayos, de tal manera que se refuerce su calidad y credibilidad.
  • Parte 7: Formación: ¿podemos cultivar una visión para la capacitación interdisciplinaria en las ciencias de la salud mental para mejorar los tratamientos psicológicos? Según los autores, los primeros ejemplos de colaboración entre científicos básicos y clínicos se tradujeron en pasos históricos en la innovación del tratamiento psicológico, si bien, tal sinergia se ha vuelto menos evidente en los últimos años. Por este motivo, señalan la necesidad de mejorar los vínculos entre la psicología clínica, la psiquiatría y la investigación básica, y de esta manera optimizar el avance en los tratamientos psicológicos. Para ello, enumeran una serie de recomendaciones para mejorar la formación y capacitación de los profesionales de la salud mental, como primer paso para forjar vínculos entre científicos y médicos en las próximas generaciones y cerrar la brecha entre la práctica clínica y los programas de investigación básica que sustentan los tratamientos psicológicos.
  • Parte 8: ¿A quién debemos tratar, para qué y con qué? Abarcar la complejidad de los trastornos mentales desde modelos personalizados hasta enfoques universales. Los trastornos mentales son intrínsecamente complejos (p. ej., se observa una heterogeneidad en los síntomas dentro de un trastorno, altas tasas de comorbilidad) y los tratamientos basados ​​en la evidencia deben abordar esta complejidad. Las posibles soluciones deben considerar enfoques altamente individualizados (es decir, personalizados) y los llamados enfoques universales o transdiagnósticos que se dirigen a los mecanismos comunes entre diferentes trastornos. Un objetivo de la investigación futura será examinar si estos enfoques mejoran la eficacia del tratamiento.
  • Parte 9: Objetivo: comportamiento suicida: proteger vidas. Según los expertos, el comportamiento suicida es una de las muchas áreas en las que se necesitan avances. A pesar de los avances en la comprensión de los factores de riesgo que predicen la probabilidad de intentos de suicidio, y en el tratamiento y la prevención del comportamiento suicida, quedan muchas cuestiones sin resolver. En esta sección se especifican posibles áreas para futuras investigaciones, por ejemplo, el uso de nuevas tecnologías, el papel de la cultura, etc.
  • Parte 10: Innovación activa y evaluación de futuras investigaciones sobre tratamientos psicológicos. Según se especifica en el artículo: “La tarea de mejorar los tratamientos psicológicos es una posibilidad apasionante para los científicos y clínicos interesados ​​en las ciencias de la salud mental”. Por este motivo, invitan a todas las partes interesadas a que inviertan esfuerzos en mejorar los tratamientos psicológicos.

Las personas interesadas pueden acceder al artículo pinchando en el siguiente enlace:

The Lancet Psychiatry Commission on psychological treatments research in tomorrow’s science

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