LOS ROLES DE AGRESOR Y VÍCTIMA SE ENCUENTRAN YA PRESENTES EN LAS PRIMERAS RELACIONES DE NOVIAZGO-ENTREVISTA
15 Dic 2005
Luis Rodríguez Franco es Psicólogo especialista en Psicología Clínica y Profesor Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla. Participa en la Mesa Comunicaciones, Victimología y Violencia de Género II que tendrá lugar en el III Congreso de Psicología Jurídica, que se celebra en Valencia entre los días 15-17 de diciembre.
E-mail: lurodri@us.esEntrevista
Participa usted en la Mesa de Comunicaciones, Victimología y Violencia de Género II, ¿podría extenderse un poco en relación a cuál será su intervención en esta mesa?
Los esfuerzos que se vienen desarrollando en relación a la Violencia de Género se centran en la actualidad en la prevención secundaria y terciaria, con efectos limitados aunque esperanzadores. Se parte de la idea de que los indicadores que explican y facilitan la asunción del papel de víctima o de agresor se encuentran temporalmente localizados en el momento en que ocurren las agresiones.
La propuesta, y así lo confirman los datos que ofrecemos en más de 1000 parejas de novios, es que los roles de agresor y víctima se encuentran ya presentes durante las primeras relaciones de noviazgo. De hecho, se facilitan datos sobre la prevalencia en la adolescencia y juventud, en torno al 6% de relaciones en las que las chicas se han sentido maltratadas por sus novios.
Además, se considera que la distinción entre violencia psicológica y física es de carácter más legal que psicológica, siendo necesario desde nuestra disciplina aportar una mayor información que cubra adecuadamente las necesidades de evaluación y tratamiento.
Para ello, se presentan datos que confirman factorialmente la existencia y muchos y más variados tipos de violencia de género (la social, la sexual, la física, la de coerción y amenazas, entre otras) que se obtienen de un cuestionario elaborado al efecto
Al hablar de violencia de género, con frecuencia se hace referencia a las características de las mujeres que han sido victimas de maltrato ¿cuáles son concretamente esas características? ¿Nos estamos refiriendo a características comunes previas al maltrato o a características comunes que presentan una vez han sufrido esta violencia?
Las características de las mujeres maltratadas dependen en gran parte de la forma en que se ha obtenido la muestra de investigación. Entendemos que hablar de características diferenciales de las mujeres maltratadas sólo tiene sentido si se incluyen dentro de un contexto que es el proceso de maltrato. No todos los agresores sin idénticos ni ejecutan el proceso de vicimización del mismo modo, de manera que sus consecuencias sobre la mujer varían de unos casos a otros. Por otro lado, se necesitarían de estudios longitudinales para poder identificar las variables predictoras de la violencia de género en los que se incluyeran tanto mujeres maltratadas como no maltratadas por sus parejas, aspecto éste ínfimamente tratado en la investigación del tema.
¿Podría en algún caso hablarse de características psicológicas comunes que comparten las mujeres que has sufrido maltrato y que pudieran aumentar el riesgo o la vulnerabilidad a sufrir maltrato? En otras palabras, ¿existe un perfil psicológico que nos pueda permitir pronosticar un mayor riesgo de implicarse en una relación de maltrato y, tal vez, prevenir esa violencia también desde ahí?
La violencia de género es un proceso de larga evolución que sigue una metodología relativamente clara. Por ejemplo, no cabe esperar que las mujeres de nuestro entorno toleren actos de violencia física si antes no ha existido un proceso de adoctrinamiento o victimización previo que suele consistir en la violencia emocional, social y económica. Por otra parte, la violencia de género es un proceso fundamentalmente familiar; así, no podemos aislar la violencia que sufre la mujer de las otras que coexisten en el seno de la misma familia (hacia los hijos, por ejemplo)
¿Qué riesgos conlleva establecer un perfil de este tipo? ¿Podría comportar alguna ventaja, por ejemplo, a nivel de prevención?
En Psicología, más concretamente en Personalidad, la elaboración de tipos suele mostrar informaciones que a veces resultan poco esclarecedoras.
¿Cuál está siendo el papel de los psicólogos en relación a la violencia de género y, más concretamente, en el ámbito jurídico?
La propia experiencia, así como los resultados de la investigación, mantienen la convicción del variado y efectivo papel que los psicólogos desarrollan en este campo, tanto a nivel de prevención primaria como de secundaria y terciaria. Esto es así a varios niveles: por un lado en los intentos de desarrollar esquemas explicativos que analicen tanto los factores que potencian las posibilidades de convertirse en agresores o víctimas, como las dinámicas que facilitan que las mujeres denuncien o no, mantengan la relación con su agresor, como desde el punto de vista terapéutico, desarrollando procedimientos dirigidos a la prevención y extinción de la Violencia de Género y sus secuelas. Adicionalmente, la investigación sobre técnicas e instrumentos de evaluación se encuentra muy avanzada.
¿Qué le parecen los tratamientos psicológicos y educativos que se están desarrollado en relación a los maltratadores? ¿Piensa que pueden ser beneficiosos en la lucha contra la violencia contra las mujeres?
Mi opinión es que así se aborda tan sólo parte del problema. La Violencia de Género es un fenómeno Personal, Familiar y Social. El agresor es tan sólo una parte (no poco importante) del problema, pero si se enfoca la prevención de forma unilateral (es decir, tan sólo desde la perspectiva penal o tan sólo desde la perspectiva del agresor) los resultados serán limitados. En cualquier caso, es un tratamiento necesario pero no suficiente. Por otro lado, los esfuerzos terapéuticos se centran en mujeres maltratadas adultas y consideramos que las intervenciones en forma de intervención primaria en la adolescencia y juventud se hacen fundamentales para atajar el problema actual.