LA IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LOS CASOS DE INCAPACIDAD LABORAL ENTREVISTA A MIGUEL PERELLÓ
11 May 2010
La Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y de la Salud. Siglo XXI (SEPCyS) celebró, bajo el lema La Psicología Clínica y de la Salud en el Ámbito Sanitario, los pasados días 7 y 8 de mayo su VII Reunión de la SEPCyS. En esta edición, se ha abordado el impacto económico de la psicología clínica y de la salud, profundizándose en la importancia de la intervención psicológica en los casos de incapacidad temporal laboral debido a problemas psicológicos o psicosociales. Dada la relevancia de este tema, no sólo por el impacto en la propia persona afectada y en su entorno, sino también por el impacto que tiene sobre el mundo de la empresa y en el propio sistema sanitario, Infocop Online tiene el placer de entrevistar a Miguel Perelló del Río, psicólogo del Centro de Aplicaciones Psicológicas de Valencia, y experto en la materia. | |
ENTREVISTA
La semana pasada se celebró la VII Reunión Anual de la SEPCyS, en la cual se organizó una mesa redonda sobre el Impacto Económico de la Psicología Clínica y de la Salud, en la que usted trató el tema de la intervención psicológica y la incapacidad laboral. Como experto en la materia, ¿podría explicarnos por qué la relevancia de este tema?
La importancia del tema estriba en la gran cantidad de incapacidades laborales provocadas por problemas psicológicos, que, si se atendieran de forma «eficaz», reducirían de forma importante las consecuencias personales y los costes sociales. Son problemas que cuanto más se retrase su abordaje más durará la baja provocando en muchas ocasiones la cronicidad de los mismos, con las consecuentes repercusiones.
Lo que nos lleva a la necesidad de reconocer la importancia de la psicología en la sociedad actual, ya que no se le está dando la relevancia merecida y se le está poniendo trabas al ejercicio de la misma en el ámbito privado, y en el ámbito público apenas se contempla la figura del psicólogo para atender adecuadamente la enorme demanda de tratamiento por problemas psicológicos.
Una respuesta sanitaria rápida a este tipo de problemas reduciría los costes derivados de la incapacidad laboral por trastornos psicológicos. En una experiencia que hemos realizado, se ha comprobado que el 96% de pacientes en los que se realizaba una intervención psicológica precoz por problemas de ansiedad y afectivos asociados a problemas psicosociales, no necesitaban la baja laboral. Del mismo modo una intervención rápida se correlacionaba con un menor tiempo de incapacidad laboral.
Si se estableciera un sistema de atención psicológica, ¿cuáles serían los beneficios para la persona afectada por una incapacidad laboral debido a un problema psicológico? ¿Y para nuestro sistema sanitario, la seguridad social y las empresas?
El primer beneficiado sería la persona con un problema psicológico por el sufrimiento que le evitamos. No sólo logra superar adecuadamente el problema, sino que con el debido tratamiento psicológico evitamos que se cronifique el problema y reducimos o evitamos el exceso de consumo de fármacos.
En segundo lugar, se produciría una cuantiosa reducción de los costes para las empresas, las mutuas y la seguridad social. Este ahorro se vería reflejado por la reducción de las bajas laborales, la reducción en las visitas médicas y la reducción en el consumo farmacológico. No hay que olvidar que España ocupa el segundo lugar en consumo de ansiolíticos, este consumo de ansiolíticos está asociado a trastornos del sueño y de ansiedad, con el abordaje psicológico de estos problemas podrían ser solucionados en menos tiempo y de forma más eficaz, sólo enseñando las estrategias adecuadas a las personas aquejadas por estos trastornos.
Respecto al sistema de salud pública, si fueran atendidos los problemas psicológicos por psicólogos, se facilitaría la atención de los demás pacientes aquejados por causas físicas, ya que el 20% de los casos atendidos por el médico de atención primaria son de índole psicológico y además le tienen que dedicar más tiempo a estos casos.
Y, ¿cuál sería el coste para el sistema sanitario y para la seguridad social?
Los costes derivados de la incapacidad laboral son muy difíciles de cuantificar debido a que están en función de la duración de la baja laboral y a las diferentes cotizaciones según el tipo de trabajo, edad, etc. En una estimación aproximada del coste de una incapacidad laboral por mes es de unos 2000 de los que un 44% recae en la empresa, un 44% en la mutua, un 11% en gastos derivados de atención médica, y un 1% en gastos en tratamiento farmacológico; sin contar los gastos ocasionados por la contratación de un sustituto ni los gastos indirectos. La instauración de un sistema de atención sanitario podría evitar y/o reducir las incapacidades laborales por problemas psicológicos, suponiendo un gran ahorro. Desde hace tiempo, exactamente desde el año 2003, se sabe que los tratamientos psicológicos son eficaces en la reducción de los costes sanitarios y que los pacientes tratados con psicoterapia reducen el uso de los servicios de salud. El promedio de ahorro de costes debido a la intervención psicológica es de entre el 20% y el 30%. |
Para finalizar, ¿le gustaría añadir algo más?
El mejor modelo para abordar las enfermedades es el modelo biopsicosocial, donde se tienen en cuenta los factores biológicos, psicológicos y sociales. Actualmente las enfermedades, inclusive las de origen o de índole psicológica, se están abordando desde un modelo unilateral y puramente médico que es insuficiente para el adecuado tratamiento de las mismas. Este abordaje es casi siempre único, porque la atención psicológica en la sanidad pública es insuficiente debido a la poca cantidad de psicólogos que hay y, consecuentemente, deja un vacío en el tratamiento de los problemas psicológicos. Una persona con un trastorno psicológico, cuando acude al médico, recibe un tratamiento farmacológico, lo que en la mayoría de los casos o no es el tratamiento adecuado o es insuficiente. Consiguiéndose efectos iatrogénicos, ya que la atención médica puede reforzar las conductas de evitación y escape, por el mismo efecto de los fármacos y la prescripción de reposo que conlleva apartarse del problema, retroalimentando los problemas psicológicos, sobre todo los relacionados con estados de ansiedad y depresión. Estos casos lo que requieren es un tratamiento psicológico que vaya dirigido a que el paciente adquiera las estrategias de afrontamiento y aceptación adecuadas para poder superar los problemas. Actualmente, este vacío asistencial está recayendo en la psicología clínica privada por lo que se tendría que facilitar el ejercicio de la profesión del psicólogo en este ámbito. Por otra parte, si la Administración Pública hiciera números, se daría cuenta que introducir más psicólogos en el sistema sanitario les ahorraría mucho dinero, que actualmente se está perdiendo en bajas laborales y consumo de fármacos.