La irrupción de la tecnología digital en la evaluación psicológica está creando un nuevo escenario evaluativo en el que la psicóloga o el psicólogo va a disponer de información amplia y compleja sobre la persona evaluada, obtenida más allá del ámbito de la entrevista psicológica o del uso tradicional de test. Frente a la actuación habitual que sitúa a los agentes en un despacho y en un momento temporal fijo, los nuevos modelos de evaluación hacen uso y se benefician del uso generalizado de los dispositivos móviles y aplicaciones para ellos, de la información que de forma voluntaria vertemos en las redes sociales o del desarrollo del hardware/software que favorece la construcción de nuevos formatos de ítems.

Entre las innovaciones que están teniendo un mayor impacto en la evaluación psicológica podríamos citar, la evaluación ambulatoria, el uso de las redes sociales, la utilización de nuevos formatos de ítems o el control del sesgo de respuesta:

• Evaluación ambulatoria: Centrada sobre todo en la evaluación psicológica en contextos naturales, se apoya en el uso de los dispositivos móviles como herramientas para la recogida de información sobre la persona evaluada en múltiples momentos temporales y en entornos naturales.
• Redes sociales: El análisis de la información disponible en las redes sociales está produciendo un gran impacto sobre todo en los procesos de reclutamiento y selección de personal desarrollados en el ámbito de las organizaciones. Se estima que más del 70% de los profesionales de los recursos humanos utilizan la información presente en las redes sociales para tomar decisiones evaluativas. Esta práctica no está exenta de controversia debido tanto a los dilemas éticos que tiene su utilización como a la calidad de las inferencias que se realizan a partir de una información que no ha sido diseñada para informar acerca de las características psicológicas de las personas. En cualquier caso, la investigación parece mostrar que su utilización bajo determinadas condiciones (por ejemplo, utilizar redes sociales profesionales como LinkedIn, apoyarse en la investigación para interpretar la información contenida en los perfiles) ofrece grandes ventajas tanto para los empleadores como para los candidatos en busca de empleo.
• Nuevos formatos de ítems: Más próxima al concepto tradicional de test, la inclusión de la gamificación y la simulación como herramientas evaluativas está favoreciendo la creación de entornos de evaluación más ecológicos que el formato tradicional de lápiz/papel. En ellos la persona evaluada interactúa con los estímulos que se le presentan, aumentando con ello su motivación e implicación en el proceso evaluativo. Además, esta interacción genera un gran volumen de datos del comportamiento del evaluado, que pueden ser analizados para obtener una mayor riqueza de las evaluaciones y, por tanto, incrementar la validez de las estimaciones que realizamos sobre las características psicológicas de los individuos.
• Control del sesgo: La tecnología también pueden combinarse con modelos psicométricos y formatos innovadores para reducir los sesgos de respuesta en las pruebas psicológicas de autoinforme. Una estrategia prometedora es la integración del formato de elección-forzosa, en el que cada evaluado debe elegir entre opciones igualmente deseables, con el diseño adaptativo de la prueba, de forma que cada evaluado recibe las preguntas que mejor permiten caracterizarle. Esta fusión contribuye a una evaluación más justa y precisa al optimizar la precisión y minimizar el efecto de los sesgos de respuesta, como la deseabilidad social o la aquiescencia.

En definitiva, las nuevas propuestas comparten un objetivo común: la mejora de la evaluación a través de procesos más conectados con entornos naturales. Estas incipientes nuevas formas de hacer, intentan aportar una mayor validez ecológica al proceso evaluativo y atenuar el sesgo relacionado con una evaluación retrospectiva. Se trata de nuevas perspectivas que están ofreciendo resultados prometedores. Todas ellas son desarrollos multidisciplinares que obligan a reforzar la formación del psicólogo profesional y del estudiante de psicología en ámbitos que hasta ahora se percibían como algo alejados del quehacer profesional. Sin embargo, el aprovechamiento práctico del conocimiento científico exige formarnos en aras a mejorar las practicas evaluativas. Hemos iniciado un camino en el que hemos de seguir avanzando.

El artículo completo puede encontrarse en:

Elosua Oliden, P., Aguado García, D., Fonseca Pedrero, E., Abad García, F. J., & Santamaría Fernández, P. (2023). New Trends in Digital Technology-Based Psychological and Educational Assessment. Psicothema.