Las intervenciones parentales deberían estar accesibles a todos los padres y madres, según la OMS
16 Mar 2023
Las intervenciones parentales, también conocidas como los programas de entrenamiento a padres y madres, entre los que se incluye el apoyo a la salud mental materna durante el periodo perinatal o las intervenciones para enseñar pautas de crianza alternativas a la disciplina violenta y basadas en el aprendizaje social, son estrategias eficaces para reducir el maltrato infantil y deberían estar disponibles para todos los padres y madres. Así lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una guía titulada Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años (WHO guidelines on parenting interventions to prevent maltreatment and enhance parentchild relationships with children aged 017 years). El manual analiza la evidencia científica disponible y proporciona directrices y recomendaciones apoyadas en la evidencia para que se implementen medidas eficaces en los países en la reducción de la violencia contra la infancia.
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Cuando se habla de maltrato infantil se refiere a «toda forma de maltrato físico y/o emocional, abuso sexual, descuido o trato negligente o explotación comercial o de otro tipo que cause un daño real o potencial a la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder». Tal y como señala la OMS, erradicar el maltrato infantil es un asunto de extrema urgencia, debido a los efectos negativos a corto y a largo plazo que tiene en los niños, niñas y adolescentes, a nivel de salud física y psicológica y de desarrollo social. Entre dichas consecuencias se encuentra el aumento del desarrollo de trastornos mentales, así como del riesgo de suicidio y autolesiones, de conductas de riesgo para la salud y de relaciones sexuales de riesgo. Los niños y niñas sometidos a maltrato tienden con mayor frecuencia a ser víctimas o perpetradores de violencia interpersonal en la edad adulta. Asimismo, la vivencia de maltrato puede dar lugar a serias complicaciones médicas, tales como el aumento de lesiones físicas y discapacidad crónica, una mayor probabilidad a la presencia de enfermedades infecciosas y no transmisibles y problemas en la salud reproductiva. Debido a todas estas consecuencias, el maltrato infantil constituye un problema de salud pública de primer orden, presente a nivel mundial. No obstante, en la medida en que es un asunto que se puede prevenir se deben invertir todos los esfuerzos necesarios para asegurar que los menores puedan crecer y desarrollarse en entornos libres de violencia, según señala la OMS. Teniendo en cuenta que el maltrato tiende a ocurrir con mayor frecuencia dentro del hogar y suele ser perpetrado por los padres o cuidadores, así como en centros educativos y residencias de acogida, donde los niños están sometidos a la autoridad de los adultos, resulta esencial mejorar las pautas de crianza, reforzar la calidad de las relaciones entre los adultos y los menores y proporcionar alternativas de educación parental basadas en el diálogo. En este sentido, las intervenciones parentales, que están dirigidas a este fin, constituyen una estrategia importante y eficaz para reducir el maltrato infantil, de acuerdo con el documento. Tras el análisis de la evidencia científica disponible, la OMS establece 5 recomendaciones para prevenir el maltrato infantil, mejorar las relaciones entre padres e hijos, prevenir la mala salud mental de los padres y los problemas emocionales y de conducta de los niños:
La OMS reconoce que el maltrato infantil es un problema complejo en el que las intervenciones parentales deben combinarse con otras medidas a nivel social y comunitario, destinadas a reducir los factores de riesgo de maltrato, tales como la reducción de la pobreza y el desempleo de los padres o la mejora de la salud pública. Asimismo, los expertos de la OMS señalan la necesidad de impulsar los estudios de evaluación de la eficacia en este campo, puesto que todavía son escasos. En este sentido, se requieren más estudios de evaluación en diversas poblaciones (adolescentes de países con bajos ingresos, padres maltratadores, familias en contextos humanitarios, cuidadores masculinos, etc.), con otras medidas de resultados (análisis de todos los tipos de maltrato infantil, medidas observacionales y evaluación a largo plazo) y en diferentes regiones del mundo. Se puede descargar en la Web de la OMS o a través del siguiente enlace: |