Problemas neurológicos, cognitivos, psicológicos y psiquiátricos: efectos adversos del uso recreativo del «gas de la risa», según un informe del EMCDDA
27 Mar 2023
En algunos países de Europa se ha producido recientemente un incremento del uso recreativo del óxido nitroso, un gas que se inhala de forma recreativa por producir sentimientos rápidos pero efímeros de euforia, relajación, calma y sensación de indiferencia y comúnmente conocido como el gas de la risa. Este aumento ha comenzado a resultar preocupante, debido, principalmente, a sus efectos adversos, así como al alto porcentaje de consumidores adolescentes.
Así lo advierte el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA-European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction), en una publicación a través de la cual aborda la situación actual del óxido nitroso, los riesgos que conlleva para la salud y las respuestas adecuadas para controlar su uso recreativo en Europa.
Fuente: pexels. Autor: Ketut Subiyanto. Fecha: 23/03/23
Preocupa su fácil disponibilidad y popularidad, especialmente, entre los/as jóvenes
Tal y como advierte el EMCDDA, actualmente hay una mayor disposición de óxido nitroso, debido a su fácil disponibilidad y su bajo precio, que, junto con sus efectos de corta duración y la percepción general de los consumidores de que se trata de una droga relativamente segura y socialmente aceptable, hace que aumente aún más su popularidad, especialmente entre los/as más jóvenes.
De acuerdo con los datos, el óxido nitroso se suele utilizar con amigos, pero también puede utilizarse solo, con un uso más intensivo. Su consumo se extiende a diversos entornos, incluso al exterior en espacios públicos (como parques), en coches estacionados (los llamados coches fiesta), en casa, en fiestas privadas, en clubes nocturnos y en conciertos y festivales de música.
El riesgo de toxicidad crónica se incrementa de forma directamente proporcional a la cantidad consumida
Si bien la mayoría de las personas consumen pequeñas cantidades de óxido nitroso ocasionalmente, hay un aumento menor, pero significativo, del número de personas que consumen mayores cantidades de gas con mayor frecuencia y durante periodos de tiempo más largos, aduciendo como motivo la corta duración de sus efectos. En consecuencia, algunos desarrollan un consumo problemático. En este sentido, el documento recuerda que, aunque no está claro qué dosis causa toxicidad crónica, cuanto mayor es la cantidad utilizada, mayor es el riesgo.
Esta sustancia se obtiene generalmente a partir de pequeños cartuchos del gas denominados cargadores de nata montada (otros nombres en inglés de los cartuchos son canisters (latas), bulbs (bombillas) y whippets. Se trata de pequeños cartuchos metálicos a presión que contienen 8 gramos de óxido nitroso líquido y que liberan unos 4 litros de gas al abrirse.
Algunas personas inhalan el gas directamente a partir de dispensadores de nata montada, «crackers», cartuchos o cilindros, lo que supone «un riesgo extremadamente elevado» de quemaduras graves por frío y lesiones pulmonares.
¿Qué efectos adversos tiene su uso?
Los efectos del gas son muy rápidos, pero de acción corta: alcanzan su punto máximo unos 10-30 segundos tras la inhalación y terminan en un lapso de 1-5 minutos. Según señala el EMCDDA, los efectos subjetivos derivados de su consumo combinan sentimientos de euforia, relajación, calma y distorsiones de la percepción, como sensación, tiempo y espacio. La euforia puede ir acompañada de una «risa tonta». Las distorsiones pueden afectar al oído y a la vista. Se describen los efectos como «un estado de ensoñación», psicodélicos, o como un sentimiento general de indiferencia (disociación). En períodos más largos de exposición al gas, algunas personas pueden llegar a tener alucinaciones.
Los efectos adversos más frecuentes manifestados tras consumir pequeñas cantidades son mareos, desorientación, dolor de cabeza, sensación generalizada de hormigueo, náuseas y desmayo, y pérdida temporal de la coordinación y el equilibrio. Algunas personas pueden tener vómitos, que, en caso de reducción de la conciencia, eleva el riesgo de aspiración. Algunos de estos efectos son debidos a la hipoxia causada por una falta temporal de oxígeno, que también puede provocar convulsiones.
Generalmente, estas consecuencias negativas suelen ser menores y desaparecen en un breve período de tiempo, una vez que se ha dejado de respirar el gas. No obstante, hay otras como la sensación de mareo, el mareo y la disfunción general, que pueden continuar durante unos 30 minutos. A este respecto, el informe alerta de que cuanta más cantidad de gas se consuma en una sola sesión, mayor cantidad de efectos negativos experimentará la persona.
Existe un riesgo de efectos depresores aditivos cuando el óxido nitroso se utiliza con drogas que tienen una acción depresiva central (alcohol, benzodiazepinas u opioides, entre otras).
Algunos daños pueden ser irreversibles
El óxido nitroso causa toxicidad crónica dependiente de la dosis, y el consumo regular e intensivo eleva el riesgo de daños graves. El efecto crónico más conocido y significativo es la neurotoxicidad; esta puede acompañarse de signos y síntomas muy variables: sensación de “piernas raras o torpes” y parestesias (sensaciones extrañas, como hormigueo en extremidades y otras partes del cuerpo) debidas, posiblemente, a daños en los nervios sensoriales periféricos, y que pueden progresar a un entumecimiento. Los daños pueden afectar también a los nervios responsables del control muscular, provocando debilidad muscular, pérdida de equilibrio y dificultad para caminar.
Se da una reducción o fallo en las respuestas reflejas. Tanto el sistema nervioso periférico como el sistema central pueden verse afectados, sobre todo, la médula espinal. Consecuentemente, puede haber incontinencia urinaria o retención, estreñimiento, disfunciones sexuales e incluso incapacidad para caminar y, en casos raros, causar paraplejia (parálisis del cuerpo inferior y de las piernas).
Estos daños pueden ser, al menos parcialmente reversibles, especialmente si se identifican y tratan de forma temprana; sin embargo, pueden permanecer los daños sensoriales o funcionales, y, en algunos casos, quedar una parálisis permanente.
El gas también puede causar trastornos de la sangre (por ejemplo, anemia). Se han notificado en los últimos años casos raros de trombosis (formación de coágulos de sangre), embolias (cuando el coágulo bloquea el flujo sanguíneo normal), e infartos de miocardio en consumidores intensivos.
Su consumo produce síntomas cognitivos, psicológicos y psiquiátricos
Los usuarios crónicos y los que toman grandes dosis han manifestado tener déficits cognitivos, tales como deterioro de la memoria, dificultad para concentrarse y falta de capacidad de respuesta.
Asimismo, el consumo de óxido nitroso produce también síntomas psiquiátricos y psicológicos: alteración del estado mental, alucinaciones y episodios psicóticos (estos últimos, muy comunes). Como señalábamos anteriormente, los efectos que buscan quienes usan este gas con fines recreativos son, principalmente, la euforia y distorsión de la percepción. Las experiencias tras inhalarlo incluyen un estado de ensoñación, incomodidad, la sensación de “estar lejos por un momento” o “sensación cósmica”, una percepción cambiada del tiempo y el espacio, un efecto de cámara lenta, distorsión de los sonidos, escalofríos, mareos y risa, así como sentimientos de desánimo.
Tras de la exposición al 20% o al 40% de óxido nitroso durante 20 minutos, estos efectos subjetivos siguen siendo elevados durante cinco o incluso hasta unos 30 minutos; pero pasado ese tiempo, durante la recuperación, aumentan los niveles de fatiga, ansiedad y síntomas de depresión (estos últimos continúan siendo altos después de 60 minutos), lo que, para los autores de este informe “sugiere un posible efecto retardado o persistente interpretado como aversivo”.
Los problemas financieros y el aislamiento social son mencionados como consecuencias negativas del uso de óxido nitroso tanto por profesionales como por usuarios/as frecuentes. Estas consecuencias psicológicas y sociales pueden tener un impacto negativo en la educación o la carrera y la familia u otras relaciones personales y sociales, y pueden dar lugar a la marginación.
Los grupos vulnerables pueden ser más susceptibles a estos riesgos
El EMCDDA alerta del consumo actual que realizan algunos grupos vulnerables, incluidos los migrantes y los menores, quienes pueden ser más susceptibles a los riesgos sociales de esta sustancia, una situación que podría agravarse, porque los/as jóvenes suelen percibir incorrectamente el óxido nitroso como una sustancia inocua.
Atendiendo a la desorientación y la reducción de las capacidades neurocognitivas y psicomotoras que produce el uso de óxido nitroso, el Observatorio Europeo recuerda que las personas que lo consumen no deben conducir, ir en bicicleta o en patinete, ni manejar maquinaria, por el peligro que conlleva para la seguridad pública: lesiones o daños a la salud del usuario/a o de otras personas o daños a la propiedad.
Es clave evitar la normalización y la promoción de su consumo
De igual modo, dado este importante uso y consumo que se realiza en la actualidad del óxido nitroso, y de forma mayoritaria entre los/as adolescentes, considera esencial evitar la normalización y la promoción no intencionada de su consumo, siendo clave aquí realizar intervenciones específicas y medioambientales, en lugar de campañas de información general o de alerta.
En este sentido, el documento indica que la promoción específica de la salud (incluida la comunicación de riesgos), debe brindar mensajes oportunos, claros, creíbles y coherentes basados en datos contrastados que aumenten la sensibilización, la comprensión y las medidas prácticas que pueden adoptarse. Esto es, realizar comunicaciones con los usuarios, con las familias y tutores, ofreciendo información procedente de fuentes fiables (profesionales sanitarios, expertos en drogodependencias, trabajadores sociales, fuerzas y cuerpos de la seguridad, etc.).
A este respecto, un asesoramiento sencillo, basado en datos contrastados, sobre la reducción de daños puede ayudar a prevenir tanto los efectos adversos habituales como los riesgos más graves relacionados con el óxido nitroso. Y, a su vez, puede utilizarse para informar a las personas sobre lo que deben hacer en caso de urgencia y sobre cómo buscar información y ayuda adicionales.
Se puede acceder al documento desde la página Web del EMCDDA o bien directamente aquí:
Recreational use of nitrous oxide: a growing concern for Europe