Por un debate con respeto y nobleza
4 May 2022
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La Carta Abierta al Consejo General de la Psicología y a Infocop en relación con la entrevista que nos hace Infocop (https://www.infocop.es/view_article.asp?id=20894&msclkid=14e96d01c86f11eca1f71a2780d7e317) incluye algunas apreciaciones que a su vez nosotros también queremos comentar. Ante todo, agradecemos y apreciamos los comentarios a la entrevista. Entendemos que tanto los comentarios de la Carta Abierta como la respuesta que podamos dar aquí merecerían un mayor desarrollo del que cabe en el marco de un boletín como Infocop. Aun así, es bienvenido el intercambio de comentarios realizados con respeto y nobleza en una temática que es, sin duda, sensible y controvertida, con multitud de aristas. Las respuestas que damos a los aspectos que preocupan a los firmantes de la Carta no se pueden dejar de entender en el contexto del libro (Nadie nace en un cuerpo equivocado) objeto de la entrevista. No consideramos que el libro sea la última palabra, pero tanto la entrevista como lo que digamos ahora están debidamente justificados en dicho libro. Consideramos asimismo que las apreciaciones de la Carta tienen también sus textos y contextos más amplios. Tres de las cuatro apreciaciones de la Carta se refieren a aspectos ideológicos que nos reprochan. Así, en la Carta se dice que el sexo binario es una afirmación ideológica. El sexo binario o dimorfismo sexual es algo bien establecido a poco que se conozca la biología y se esté de acuerdo con la teoría de la evolución. Otra cosa es el género, que ciertamente no es binario. La confusión entre sexo y género y la redefinición del sexo por el género (generismo) es lo que puede constituir en realidad una ideología, no la biología que describe los gametos. La Carta dice también que es ideología caracterizar y catalogar de irracionales a los movimientos sociales. Para nada nos referimos a los movimientos sociales, en general. De hecho, estamos bien de acuerdo con la Carta en que los movimientos sociales son importantes motores de cambio social. Lo que afirmamos, en particular, es que el activismo transgénero es ideológico en tanto se salta la ciencia (por ejemplo, lo que se sabe en biología del sexo binario) y, en su lugar, impone el generismo. Habida cuenta que el generismo echa por tierra logros del feminismo acerca de la mujer como sujeto político y crea confusión en la identidad de género en la infancia y la adolescencia. La ideología estaría, en realidad, en el generismo. Su ideología se puede ver, por ejemplo, en el apoyo entusiasta del activismo transgénero a las personas que quieren emprender la transición (vistas como héroes) y luego su abandono si alguien se arrepiente y quisiera destransicionar (ahora traidores). Siendo así, no parece que el interés estuviera centrado en las necesidades de las personas concretas. Esta apreciación ideológica que de vuelta nosotros hacemos al activismo transgénero para nada duda de sus buenas intenciones. Solo que las buenas intenciones no siempre son garantía de buenos resultados. Por otra parte, referida a la tercera apreciación ideológica, de ninguna manera nuestra calificación de la teoría queer como ideología se debe meramente al hecho de estar en desacuerdo, sino por lo que sostiene y sobre todo por lo que implica para la infancia y la adolescencia en relación con la Psicología Afirmativa a la que también se refiere la Carta. Asimismo, nosotros también estamos preocupados por la ideología de la Psicología. En particular, nos preocupan sus asunciones ideológicas y metafísica implícita concernientes al esencialismo, el dualismo, el modelo biomédico, la patologización del sufrimiento y la servicialidad al individualismo neoliberal. Finalmente, en relación con la apreciación que hace la Carta acerca de la citada Psicología Afirmativa, mejor dejarían sus firmantes de surfear sobre el tema y de decir generalidades, y en su lugar reconocer que implica de hecho y de derecho (según ya se aplica y apunta la llamada Ley trans) la desaparición de la Psicología (y de la Psiquiatría) como no sea el acompañamiento que aboca a la intervención fármaco-quirúrgica. En eso consiste en realidad la Psicología Afirmativa, como la única opción aceptable de acuerdo con la ideología queer. ¿Qué pasaría si la afirmación y el acompañamiento se aplicaran por ejemplo a la anorexia o a las ideas suicidas? En definitiva, agradecemos y apreciamos los comentarios de la Carta Abierta, esperando que puedan abrir un debate clarificador y enriquecedor, con respeto y nobleza. |