La digitalización es la nueva manera de prestar servicios y ha venido para quedarse- José María Peiró, catedrático emérito Universitat de València y representante del COP en EAWOP
5 Mar 2021
Con la pandemia del COVID-19 han surgido diversas demandas y retos para la Psicología, abriéndose nuevos enfoques en el ejercicio profesional en los que la digitalización está teniendo un papel fundamental. Pero ¿qué competencias se requieren ante los nuevos retos que se plantean? ¿cómo deben plantearse y diseñarse las estrategias de intervención? Podremos conocer la respuesta a estas y a otras preguntas de la mano del psicólogo, José María Peiró, Catedrático de Psicología de las Organizaciones de la Universitat de València y representante del Consejo General de la Psicología en la EAWOP (European Association of Work and Organizational Psychology) y en la IUPsyS (International Union of Psychological Science), durante su conferencia Lecciones Aprendidas Durante la Pandemia y Retos para la Psicología en el Nuevo Contexto, que impartirá en el marco del próximo Congreso Nacional de Psicología Virtual (9-11 de julio de 2021). José María Peiró es Académico de Número de la Academia de España e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. Es Doctor honoris causa por las Universidades de Coimbra, Maastricht, Miguel Hernández, y Metodista de Sao Paulo, así como Advanced International Research and Service del Consejo Internacional de Psicólogos (2013). |
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Ostenta varios premios, tales como el Premio Lifetime award de la European Association of Work and Organizational Psychology (2013) el Premio Aristóteles de la EFPA (2015), el Premio José Luis Pinillos de la Psicofundación (2016) y el Premio de Investigación del Consejo Económico y Social (2017). Colegiado de Honor del Colegio de Las Palmas y del Colegio de Andalucía Oriental, ha publicado más de 300 artículos en revistas científicas. Ha sido Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia (1993-99), Presidente de la European Asociation of of Work and Organizational Psychology (1995-1997), Presidente de la Internacionational Association of Applied Psychology (2011-2014) y de la red Europea de Catedráticos de Psicología del Trabajo y organizaciones (2016-18), y Director fundador del Instituto de Investigación IDOCAL de la Universidad de Valencia (2009-2018). ENTREVISTA El próximo mes de julio, entre los días 9 y 11, tendrá lugar la celebración del Congreso Nacional de Psicología (CNP2021), un evento en el sabemos que usted participará con una interesante conferencia. ¿Podría explicarnos brevemente el tema que abordará durante la misma? Mi conferencia se va a centrar en analizar los cambios que se han producido, por una parte, por la pandemia y, por otra parte, cambios que tienen mucho más calado porque vienen produciéndose por la digitalización que está ocurriendo desde hace décadas. Eso tiene unas repercusiones, ambos cambios tienen unas repercusiones muy fuertes sobre la forma en que los psicólogos prestamos los servicios y en parte también sobre la problemática y las demandas sociales sobre los servicios de los psicólogos. ¿Se está refiriendo a la terapia online? Sí, pero no sólo me estoy refiriendo a todos los servicios que pueden prestarse en los distintos campos de la Psicología que, en parte, deben tener en cuenta aspectos digitales como pueden ser los aspectos de la terapia y la Psicoterapia y el asesoramiento online o mixtos, pero también a la labor que hacen los psicólogos del trabajo y de las organizaciones entrenando y desarrollando nuevas competencias y planteando nuevas formas de prevención de riesgos psicosociales. Asimismo, estoy haciendo referencia a la Educación, sobre todo, con las experiencias que hemos tenido de teleeducación y todos los desarrollos que se están viendo (por ejemplo, con los conocidos MOOCs, los cursos masivos online, en el que uno puede ser estudiante de cualquier universidad del mundo, etc.). Me estoy refiriendo a todas esas transformaciones en las que los psicólogos tenemos mucho que aportar para que esas relaciones y ese trabajo y esa productividad sigan siendo eficaces y humanos. En relación con lo que está explicando, ¿cuál es el estado de la digitalización en España ahora mismo? Bueno, en Europa hay un índice, DESI, que es el conocido Índice de Digitalización de los Países Europeos y mide unos cinco índices. Por ejemplo, uno es la conectividad, es decir, la cobertura en términos de redes que los distintos países tenemos o el equipamiento con el que contamos y, en eso, los hogares españoles y las empresas españolas no estamos mal: nos encontramos por encima de la media. Sin embargo, hay otros aspectos en los que o estamos en torno a la media o por debajo, como es el de las competencias de las personas para utilizar adecuadamente esas tecnologías y también los aspectos de gestión y de implantación de procedimientos para usarlas bien. Por lo cual, es muy claro que donde tenemos un déficit es en el soft, es decir, en el proceso por el que las personas utilizan y son competentes en ello y las hacen productivas; y ahí ahora tenemos un reto muy importante, dado que la Unión Europea se ha endeudado en buena medida y ha aportado una gran cantidad de recursos económicos para que hagamos la recuperación, la transformación, la resiliencia y la regeneración de las sociedades europeas, haciéndolas más verdes así como más digitales en el sentido de utilizar mejor esos medios herramientas digitales. ¿Qué reacción ha tenido la profesión al uso de estas nuevas tecnologías? La profesión ha reaccionado magníficamente en todo lo que ha sido el proceso de la pandemia porque hemos sido capaces de seguir dando respuesta con acierto, focalizándolo, atendiendo las necesidades prioritarias en distintos ámbitos de la sociedad. Desde luego, teniendo en cuenta las llamadas y las demandas de tratamiento y atención psicológica, pero también ayudando a las personas a teletrabajar, ayudando a los niños y los adolescentes y a los universitarios a aprender y a seguir aprendiendo a soportar y afrontar las situaciones de confinamiento, a manejar la soledad No obstante, hay mucho más que hacer porque no hemos llegado a un amplio sector de la población. Lo que hemos de darnos cuenta es que eso lo hemos hecho bien en esta situación de demanda urgente y urgida, si bien hace falta desarrollar los procedimientos, las metodologías, las tecnologías y nuestras propias competencias para eso, hacerlo bien en condiciones normales. La digitalización, la nueva manera de prestar servicios ha venido para quedarse. Lo que pasa es que lo que hemos hecho hasta la fecha ha sido, en parte, de manera improvisada, apresurada; ahora debemos hacerlo incorporando todas esas herramientas al ejercicio de nuestra profesión. Ello va a requerir investigación y, desde luego, un replanteamiento de nuestra manera de ser profesionales. Va a ser necesaria una reinvención, una recreación de lo que es el psicólogo en el siglo XXI, en una sociedad cada vez más digitalizada y que, además, aspira a ser cada vez más verde y más, digamos, humana ante las nuevas demandas de las personas y de los grupos y de la sociedad. ¿Hay interés en la profesión en avanzar en ese camino? Yo creo que en la profesión hay interés, lo que pasa es que además de interés hacen falta otras cosas para avanzar en ese camino, como, por ejemplo, la investigación científica. Es muy importante promover investigaciones científicas en este campo dado que, en caso contrario, no tendremos las herramientas para hacer o prestar buenos servicios. A modo de ejemplo, es muy importante que atendamos a la investigación científica relacionada con lo que supone trabajar mediante nuevas tecnologías. Esto incrementa la carga mental y, por lo tanto, es fundamental entender mejor los procesos de recuperación en distintos periodos para la gente que está mucho tiempo ante una pantalla o trabajando con sistemas digitales. Segundo, es también fundamental que los psicólogos conozcamos bien los procesos y las competencias digitales al utilizar las tecnologías. Si estamos atendiendo una persona y no sabemos con seguridad y con certeza cómo manejar la aplicación que estamos utilizando desde un punto de vista tecnológico o, si no sabemos garantizar la protección de datos, ni la intimidad de la persona, su dignidad y su identidad personal cuando estamos trabajando a distancia, tendremos problemas profesionales serios. Si además no entendemos bien qué procesos psicológicos ocurren cuando estamos trabajando con unos medios que filtran algunas de las informaciones no verbales que, por el contrario, sí recibimos cuando estamos cara a cara, y no somos competentes en el manejo de estos medios, tendremos también dificultades para prestar unos buenos servicios. Por lo tanto, es importante que los psicólogos investiguemos, que haya investigación científica en el rediseño de metodologías de conocimientos, habilidades y competencias para estos nuevos servicios. No es hacer lo mismo mediante un ordenador: eso va a ser un fracaso. Es replantearnos nuestras competencias, informarnos para ser tan competentes como lo somos normalmente cara a cara porque nos hemos entrenado durante años bajo supervisión y hemos de seguir siendo también competentes cuando nuestros medios de comunicación o de intervención son medios digitales. Y esto va a ser cada vez más habitual no sólo para el trato con las personas, estoy pensando, por ejemplo, en selección de personal. Hoy en día es fundamental que se tome en consideración la información que hay sobre las personas en redes sociales. Es esencial, pero si el psicólogo, si el profesional, no sabe y/o no es competente en hacer esas búsquedas sobre las redes sociales, ni en identificar las características de las organizaciones que emergen como perfil digital, entonces el servicio no va a ser de calidad. Eso responde a una parte del título de su conferencia que son los retos para la Psicología en el nuevo contexto. La otra, son las lecciones aprendidas durante la pandemia. ¿Son esas lecciones de las que me está hablando? En parte lo he comentado. Las lecciones que hemos aprendido es que somos capaces de ofrecer servicios en unos nuevos contextos a los que no estábamos habituados. Por lo tanto, tenemos, como profesión, una gran versatilidad y tenemos clara nuestra misión, que consiste en prestar servicio y mejorar la calidad de vida de las personas, así como contribuir a la equidad y a la no exclusión, promoviendo la inclusión de las personas y teniendo en cuenta que en estas nuevas situaciones se producen nuevos desequilibrios y riesgos de exclusión o de inequidad. Por ejemplo, las mujeres con niños pequeños que, al mismo tiempo, han tenido que teletrabajar y atender a que sus hijos/as estuvieran en teleeducación y en clases a distancia, ha supuesto una sobrecarga para ellas. Entonces hay riesgos de exclusión o hay riesgos de inequidad. Los psicólogos lo hemos tenido claro: hemos aprendido que somos capaces de prestar servicios, pero también hemos de reflexionar que eso lo hemos hecho en buena medida de forma improvisada. Lo hemos hecho a lo mejor sin tener las condiciones adecuadas, sin dominar y ser competentes y autoeficaces y eficaces en el manejo de las nuevas tecnologías y lo hemos hecho de alguna manera, para salir del paso. Ahora tenemos una llamada de atención muy importante, que podemos hacer esas nuevas cosas con esos nuevos recursos y prestar sus nuevos servicios, y eso es lo que se nos va a pedir y que requiere un replanteamiento de la propia profesión. Yo creo que está transformándose el mundo, la digitalización está transformando lo que la sociedad pide, pero para dar una respuesta tendrá que transformarse también la profesión. Eso lo veremos este año con el congreso que será virtual. Aquí tenemos un reto, ¿no? Exactamente. No hay mejor manera de demostrar el movimiento que andando. Entonces yo creo que todos tenemos un reto para hacer de ese congreso un éxito, una herramienta muy útil y yo confío en que eso no significa la desaparición de los congresos cara a cara. Yo creo que el Colegio está descubriendo y está utilizando y desarrollando otra nueva herramienta que puede ser muy eficaz en formación, en desarrollo, en comunicación científica y profesional. Creo que es lo más acertado utilizarla en estas condiciones y en este contexto de incertidumbre, donde no sabemos si un evento de esas magnitudes cara cara pudiera realizarse y creo que, con ello, el Colegio se está equipando para prestar y abrir el abanico de los servicios a los psicólogos y todos y cada uno de los psicólogos hemos de contribuir a que este congreso sea un éxito primero participando, segundo utilizando de la mejor manera esas estrategias y esas herramientas y tercero, siendo consciente de que con la plataforma y las oportunidades que se nos van a poner, no sólo se va a poder cumplir las funciones de intercambio científico y profesional sino también las funciones de relaciones interpersonales, de generar redes y contactos y desarrollar posibles colaboraciones posteriores que pueden perfectamente combinar elementos virtuales y presenciales. ¿Cree que el ciudadano está preparado para asumir también esta nueva manera de tratarles, de no tener el contacto de tú a tú? Eso es de lo que estamos hablando. Hemos de aprender que eso puede ocurrir así pero un buen uso tanto del medio, como de las aplicaciones y de las nuevas habilidades de comunicación que tenemos que desarrollar, lo que cara a cara es eficaz puede no serlo mediante la pantalla, pero eso no quiere decir que no haya estrategias y habilidades y competencias que hagan eficaz y a veces más eficaz que el cara a cara, lo que hacemos a través de los medios y de la pantalla. Hay que saber usar cada medio en cada ocasión y en muchas ocasiones; el medio puede ofrecer oportunidades que el cara a cara no puede. Por lo tanto, la cuestión es: no podemos contraponer A contra B, cara a cara, sino que hemos de ver que, en esta sociedad, en este contexto que actualmente existen las herramientas y las tecnologías para usar A y B, hemos de usar lo más conveniente, lo más eficaz, lo más oportuno y dentro de las restricciones que tenemos. Precisamente, en las restricciones que tenemos ahora yo creo que lo más conveniente, lo más eficaz y lo más oportuno es tener un congreso y creo que es un reto para que aprendamos esas nuevas competencias de hacer que un congreso sea tanto o más rico que un congreso presencial sobre la expectativa de que eso no lo será todo, sino que eso nos va a abrir oportunidades para luego tener actividades presenciales y online según convenga. Y esa es la perspectiva con la que debemos aproximarnos a este a este congreso. En cualquier caso, creo que es fundamental para un psicólogo que va a entrar en la tercera década del siglo XXI, participar en eventos como este porque hemos de seguir atendiendo los desarrollos científicos, hemos de seguir atendiendo los desarrollos profesionales y conociéndolos y aprendiéndolos y hemos de seguir relacionándonos con los profesionales y tener una voz y una visibilidad colectiva como profesión; y eso hay que hacerlo cara a cara, pero también se puede hacer de una manera muy eficaz y más en los tiempos que corren y en la situación en la que estamos, con unos eventos virtuales como este congreso en el que vamos a participar en los próximos meses los psicólogos españoles. Puedes ver el vídeo completo de la entrevista a continuación: |