Principales causas de muerte y discapacidad en el mundo según la OMS
10 Feb 2021
Actualmente, siete de las 10 principales causas de muerte en el mundo son enfermedades no transmisibles, lo que constituye un incremento con respecto a 2000, año en que las enfermedades no transmisibles eran cuatro de las 10 principales causas de muerte. Así se desprende de las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas estimaciones que proporcionan los datos más recientes disponibles a partir del año 2000 para indicadores relacionados con la salud, incluida la esperanza de vida, la esperanza de vida saludable, la mortalidad y la morbilidad, así como la carga de enfermedades a nivel mundial, regional y nacional, desglosados por edad, sexo y causa. Según la OMS, al ofrecer información clave sobre las tendencias de mortalidad y morbilidad, estas estimaciones constituyen una herramienta poderosa para respaldar la toma de decisiones informadas sobre políticas de salud y asignación de recursos. |
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A continuación, recogemos los principales resultados del informe:
Atendiendo al género, las muertes globales anuales y los AVAD entre las mujeres son aproximadamente un 15% más bajos que entre los hombres. Sin embargo, las mujeres han pasado alrededor de un 20% más de años viviendo con discapacidad (AVD). En las últimas dos décadas, el mayor aumento de muertes de mujeres ha sido debido a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Se ha registrado aproximadamente un 80% más de muertes y un 70% más de AVAD en mujeres que en hombres. En comparación, los hombres se han visto afectados de manera desproporcionada, en términos de número absoluto de muertes, por enfermedades prevenibles como la tuberculosis, el cáncer de pulmón, los trastornos por consumo de alcohol y los traumatismos por accidente de tráfico. En este caso, la proporción entre hombres y mujeres del número total de muertes y AVAD oscila entre, aproximadamente, 1,5 para la tuberculosis (AVAD) y 4,9 para el trastorno por consumo de alcohol (muertes). A nivel mundial, la esperanza de vida ha aumentado en más de 6 años entre 2000 y 2019, pasando de 66,8 años en 2000 a 73,4 años en 2019. Si bien la esperanza de vida saludable también ha aumentado en un 8% (de 58,3 en 2000 a 63,7 en 2019), para la OMS, esto se debe principalmente a la disminución de la mortalidad y no a la reducción de los años vividos con discapacidad. La Organización Mundial lamenta que, pese a la importancia de los datos de mortalidad y morbilidad desglosados por edad, sexo y ubicación geográfica para ayudar a orientar la asignación de recursos para la investigación en salud y los servicios de salud, con demasiada frecuencia estos datos siguen estando críticamente ausentes, no informándose regularmente de ellos, especialmente en los países de ingresos más bajos. A este respecto, recuerda que los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo dependen de datos fiables y oportunos, incluida la causa de muerte y la discapacidad, para dar una respuesta eficaz a las circunstancias epidemiológicas cambiantes. Un hecho que se ha visto claramente durante la pandemia mundial de COVID-19, cuando dichos datos han sido vitales para evaluar el impacto en la salud pública. De este modo, el seguimiento de la cifra de personas que mueren cada año, y la cantidad de años de vida saludable que se han perdido debido a una discapacidad ayuda a evaluar la eficacia de los sistemas de salud y respalda la toma de decisiones oportuna y eficaz. Asimismo, la OMS afirma que estos datos pueden ayudar a enfocar las respuestas de múltiples sectores: desde el apoyo a la salud mental (para la detección temprana de condiciones de salud mental y mayor acceso al tratamiento y la atención) hasta el transporte (para abordar los traumatismos causados por el tránsito) hasta la alimentación y la agricultura (para abordar el aumento de la prevalencia de la diabetes y otras enfermedades relacionadas con la nutrición). La Organización ha adelantado que la próxima actualización de estas estimaciones incluirá una evaluación del impacto directo e indirecto de la pandemia COVID-19 sobre la mortalidad y la morbilidad. Tal y como ha señalado su Director General, Tedros Adhanom Ghebreyesus, estas nuevas estimaciones son un recordatorio más de que necesitamos intensificar rápidamente la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, al poner en evidencia la trascendencia de acometer una mejora drástica en la atención primaria de salud, de manera equitativa e integral. Sin lugar a dudas, ha manifestado, la robustez de la atención primaria de salud es la base sobre la que descansa todo, desde la lucha contra las enfermedades no transmisibles hasta la gestión de una pandemia mundial. Fuente: OMS |