LA ACTIVACIÓN CONDUCTUAL: UNA ALTERNATIVA EFICAZ

29 Nov 2006

El último número de la revista Journal of Consulting and Clinical Psychology, ha publicado un estudio titulado Randomized Trial of Behaviorial Activation, Cognitive Therapy, and Antidepressant Medication in the Acute Treatment of Adults (Estudio Aleatorio de la Activación Conductual, Terapia Cognitiva y Medicación Antidepresiva en el Tratamiento Agudo de Adultos con Depresión Mayor), que compara la eficacia de la terapia de Activación Conductual con la Terapia Cognitiva y la Farmacológica. Los resultados obtenidos muestran que, entre los pacientes diagnosticados con depresión más grave, la Activación Conductual obtiene efectos comparables a los de la Terapia Farmacológica con medicación antidepresiva, así como que ambas terapias alcanzan mejores resultados que los conseguidos con la Terapia Cognitiva.

De forma somera, según las palabras del psicólogo y profesor de la Universidad de Oviedo, Marino Pérez, la Activación Conductual es una nueva terapia para la depresión desarrollada sobre bases contextuales y funcionales. La Activación Conductual sostiene que el contexto explica más eficientemente la depresión y es también el lugar más adecuado para llevar a cabo una terapia eficaz que los supuestos factores internos, fueran éstos neurobiológicos (típicamente ‘desequilibrios químicos’) o psicológicos (por ejemplo, ‘esquemas cognitivos’). Asimismo, señala Marino Pérez, la Activación Conductual sostiene que las conductas que caracterizan a las personas deprimidas juegan un papel significativo en la depresión, en vez de ser meramente síntomas de un cuadro.

 

Tal y como se describe en el artículo de la revista Journal of Consulting and Clinical Psychology, la Terapia Farmacológica con antidepresivos se considera, hoy por hoy, según la American Psychiatric Association, el tratamiento de elección para la depresión, especialmente en los casos graves, y es el tipo de tratamiento más utilizado para la depresión mayor. Explican los autores que, sin embargo, la Terapia Farmacológica no es útil en todos los pacientes, a lo que, apuntan, hay que sumar el hecho de que, además, gran número de personas no están dispuestas a utilizar psicofármacos por los efectos secundarios que acompañan con frecuencia su uso.

Este grupo de investigadores aclara, así mismo, que entre todos los tratamientos psicosociales que existen para la depresión, la Terapia Cognitiva ha sido la que más extensamente se ha investigado, existiendo numerosos estudios que documentan su eficacia. Sin embargo, explican, en el estudio más grande y mejor controlado que se conoce sobre depresión, el National Institute of Mental Health Treatment of Depression Collaborative Research Program (TDCRP), la Terapia Cognitiva se mostró menos eficaz que la Terapia Farmacológica y obtuvo los mismos resultados que la aplicación de un placebo entre los participantes con síntomas depresivos más graves.

En el artículo se resalta que el auge de la Terapia Cognitiva en las dos últimas décadas ha eclipsado la investigación sobre otras aproximaciones de corte más conductual, que se están mostrando en la actualidad igualmente eficaces que la Terapia Farmacológica, al tiempo que suponen ventajas sobre ésta (como, por ejemplo, una mayor adherencia de los pacientes al tratamiento); e indica que, a pesar de la gran aceptación de la Terapia Cognitiva, los resultados que se obtienen al utilizar un análisis de componentes (análisis que permite comprobar por separado la eficacia de cada uno de los componentes que conforman una terapia) de esta terapia han mostrado que la aplicación de los componentes conductuales por sí mismos obtienen el mismo resultado que la aplicación de la Terapia Cognitiva completa.

Es debido a todos estos datos que se está renovado el interés por investigar los tratamientos conductuales para la depresión, así como por desarrollar intervenciones conductuales que se basen en un acercamiento contextual.

Específicamente, los resultados reflejados en el estudio sugieren, según los autores, que la Activación Conductual tiene una eficacia comparable a la Terapia Farmacológica (tratamiento de elección) en los casos más graves de depresión, y que es más eficaz que la Terapia Cognitiva. Según indica el grupo investigador, los resultados evidencian, además, la importancia de la severidad de los síntomas al inicio del tratamiento en el resultado de su aplicación, ya que sólo se observaron efectos diferenciales entre los tres tratamientos (Activación Conductual, Terapia Farmacológica y Terapia Cognitiva) en los pacientes con depresión grave. Una primera conclusión que, como indica el estudio, se desprende de estos resultados, es que si los tres tratamientos presentan una eficacia comparable en pacientes con síntomas leves o moderados, no se justifica la prescripción de fármacos en estos casos, dados los efectos secundarios que suelen asociarse a su uso.

Pero además, la investigación mostró que el uso de la Activación Conductual supuso algunas ventajas frente a la Terapia Farmacológica ya que, no sólo obtuvo resultados comparables tanto en medidas clínicas como de autoinforme, sino que consiguió un porcentaje mayor de remisión en los sujetos y fomentó la adherencia al tratamiento; de manera que, del total de sujetos que recibieron tratamiento farmacológico, el 30% abandonó en algún momento el tratamiento, frente al 9,3% de los que fue tratado con Activación Conductual.

 

Indican los autores que de aquí se desprende una segunda conclusión, y ésta es que los resultados obtenidos con la aplicación de la Activación Conductual cuestionan las directrices actuales de tratamiento (propuestas por la American Psychiatric Association) que afirman que los pacientes que presentan depresión moderada o grave requieren psicofármacos, confirmando la importancia de ofrecer a los pacientes alternativas de tratamiento a la Terapia Farmacológica.

Finalmente los resultados del estudio, según sus autores, apoyan el valor del uso de estrategias conductuales simples, como el establecimiento de metas, automonitoreo, planificación de actividades o resolución de problemas en el tratamiento de la depresión. Así mismo, indican que aunque todavía deben determinarse los efectos a largo plazo de esta aproximación en comparación con la Terapia Cognitiva, los resultados a corto plazo parecen indicar que los componentes cognitivos de la Terapia Cognitiva añaden poco beneficio a las intervenciones estrictamente comportamentales.

El artículo original puede encontrarse en la revista Journal of Consulting and Clinical Psychology: Dimidjian, S., Hollon, S.D., Dobson, K.S., Schmaling, K.B., Kohlenberg, R.J., Addis, M.E., Gallop, R., McGlinchey, J.B., Markley, D.K., Gollan. J.K., Atkins, D.C., Dunner, D.L. y Jacobson, N.S. (2006). Randomized Trial of Behaviorial Activation, Cognitive Therapy, and Antidepressant Medication in the Acute Treatment of Adult. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 74 (4), 658-670.

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