¿Cómo mejorar la accesibilidad cognitiva?, informe de la CEAPAT

Hoy en día hablamos de un diseño pensado en el mayor número de personas para conseguir una accesibilidad universal, que incluye la accesibilidad física, sensorial y cognitiva como condición necesaria para que todos podamos gozar plenamente de los derechos y de las libertades fundamentales. Sin embargo, todavía se hace necesario dedicar una atención especial a la accesibilidad cognitiva.

Con esta introducción, el CEAPAT (Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas) presenta el documento titulado “Accesibilidad cognitiva”, a través del cual pretende dar más visibilidad a la misma, de cara a alcanzar su inclusión como parte intrínseca de la accesibilidad universal, analizando su desarrollo con el fin de contar con unos criterios claros que permitan esta inclusión de forma explícita y clara en la normativa actual.

La accesibilidad cognitiva es una condición psicológica indispensable para que las personas puedan vivir y desenvolverse en diferentes entornos de manera autónoma, eficaz y segura, siendo un aspecto esencial en el desarrollo cognitivo y social humano.

En palabras de los autores, se entiende como “el derecho a comprender la información que nos proporciona el entorno, a dominar la comunicación que mantenemos con él y a poder hacer con facilidad las actividades que en él se llevan a cabo sin discriminación por razones de edad, de idioma, de estado emocional o de capacidades cognitivas”. Para poder hacer efectivo este derecho, subrayan la necesidad de reivindicar la accesibilidad, con un diseño inclusivo que garantice que todos puedan acceder al entorno físico, sensorial y, por supuesto, cognitivo.

Afirmando que “cualquier iniciativa que se lleve a cabo para ayudar a las personas con discapacidad es útil y positiva para el resto de las personas”, el documento comienza centrándose en la accesibilidad cognitiva en el entorno construido (edificios públicos y privados, estaciones, hospitales, colegios, etc.). Partiendo de la base de que estos espacios deben transmitir una información, destacan la importancia de que quien acceda a los mismos pueda comprender intuitivamente la información que el entorno le transmite y sepa “hacia dónde quiere ir”. En este sentido, es imprescindible tener en consideración los principales requisitos de las personas ante la complejidad del medio urbano: la comprensión, la predicción y la orientación tanto temporal como espacial.

Según se desprende del texto, para que un entorno, producto o servicio pueda considerarse accesible a nivel cognitivo, es necesario definir una serie de condiciones necesarias. Dada la conveniencia de alcanzar una comunicación accesible entre el entorno y la persona, es relevante tener en cuenta los siguientes aspectos:

– Lectura fácil: es un método para hacer entornos psicológicamente comprensibles para todos, eliminando las barreras para el entendimiento, el aprendizaje y la participación, y conlleva el acceso a la información y a la comprensión de los mensajes escritos de las personas con diversidades intelectuales y de aprendizaje. En este apartado, se recoge una serie de ejemplos, tales como incrementar el tamaño del interlineado, introducir un tipo de letra de tamaño más grande del habitual, incluir imágenes preferentemente fotográficas o ilustraciones realistas, evitar los conceptos abstractos y las palabras complicadas, etc.

– La orientación espacial: a razón de este documento, un buen sistema de wayfinding (sistemas de orientación espacial) posibilita la accesibilidad cognitiva dentro del medio urbano. Para mejorarla, se pueden llevar a cabo diversas acciones, entre ellas, adecuar el tamaño de los mensajes y señales para ser vistos a distancia y/o utilizar pictografías para facilitar la comprensión de mensajes escritos de señalización (títulos, nombres de espacios, cargos, acciones…).

– La señalización: tal y como indica el texto, “una señalización clara y sencilla favorece la circulación segura y autónoma de todos”. Es esencial tener presente que no todo el mundo comprende los signos tipo texto, por tanto, si el mensaje únicamente figura en este formato “excluimos a aquellas personas que no conocen el idioma, a los que no saben leer, a aquellos que en una situación estresante no son capaces de interpretar este texto”. Para solventar estas dificultades, es trascendental acompañar los textos con un pictograma. Estos pictogramas deben ser sencillos y comprensibles, diseñados según criterios consensuados y conocidos por el mayor número de personas.

A este respecto, el documento recoge una lista que abarca desde los tradicionales de señalización tipo AIGA e ISO, hasta los Pictogramas de comunicación aumentativa y alternativa (creados como alternativa al lenguaje oral, para aquellas personas que no pueden comunicarse oralmente y que no tienen lectoescritura) tales como SAAC: Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación), Bliss, Arasaac, etc. Si bien los de comunicación aumentativa y alternativa no están diseñados para la señalización, su utilidad en el contexto de la accesibilidad cognitiva se hace patente en situaciones en las que, por diferentes circunstancias, no es posible la comunicación oral persona-persona.

Los autores señalan los requisitos que deben tener los pictogramas (ser culturalmente neutrales, siendo comprensibles tanto por personas que tengan diferente nivel de formación, de capacidad psíquica e intelectual, información más fácil y discernible, etc.), y enumeran una serie de pautas para su diseño (valorar los pictogramas en su proceso de desarrollo para asegurar su grado de eficiencia perceptiva y comprensiva, evaluar el grado de comprensión del pictograma para validar su relación con el referente o mensaje, etc.).

El documento incorpora también algunas opiniones por parte de diferentes expertos (entre ellos, psicólogos) y finaliza enumerando las diversas iniciativas existentes en la actualidad en favor de la accesibilidad cognitiva.

Para acceder al texto, pincha el siguiente enlace: Accesibilidad cognitiva