Uno de cada 4 profesionales sanitarios y cuidadores presenta problemas de ansiedad y depresión derivados de la situación de pandemia
21 Oct 2022
El mundo está fallando en nuestro deber de prestar cuidados para proteger la salud mental y el bienestar de los trabajadores de la salud y los cuidadores. Este es el titular lanzado por la Organización Mundial de la Salud, en una nota de prensa en la que se da a conocer el último informe elaborado en la Cumbre Mundial de Innovación para la Salud (WISH) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), titulado Nuestro deber de atención: un llamado mundial a la acción para proteger la salud mental de los trabajadores de la salud y los cuidados. Ya en el tercer año de la pandemia de COVID-19, este informe confirma que los niveles de ansiedad, estrés y depresión entre los trabajadores de la salud y la atención se han convertido en una ‘pandemia dentro de una pandemia’, ha indicado Jim Campbell, director de Personal de Salud de la OMS.
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Según se recoge en la publicación, al menos una cuarta parte de los trabajadores sanitarios y cuidadores encuestados informan de síntomas de ansiedad, depresión y agotamiento. En concreto, entre el 23 y el 46% de los trabajadores sanitarios y del sector del cuidado formal e informal presentan síntomas de ansiedad derivados de la situación de pandemia y entre el 20 y el 37% síntomas depresivos. Asimismo, entre el 41 y el 52% de los trabajadores manifiestan sentirse agotados desde el comienzo de la pandemia. Dentro del sector sanitario y de cuidados, el perfil con mayor desgaste psicológico está conformado por las mujeres, los jóvenes y los padres y madres de menores dependientes. Se trata de un dato significativo si se tiene en cuenta que las mujeres constituyen el 67 % de la fuerza laboral sanitaria mundial y están sujetas a desigualdades en el sector, como la desigualdad salarial, añade el documento. El documento analiza también las medidas de protección laboral avaladas por la evidencia que se pueden aplicar para proteger la salud mental de los trabajadores sanitarios. A este respecto, a nivel organizacional, se menciona la rotación de puestos de trabajo/tareas para reducir la exposición a los factores de riesgo y al estrés, la formación específica sobre los procedimientos operativos estándar para que los trabajadores puedan hacer frente a la emergencia de forma competente y eficaz, la disponibilidad de equipos de protección adecuados y bien ajustados, así como la buena comunicación e intercambio de información entre los miembros de los equipos y tener la posibilidad de expresar sus preocupaciones. En cuanto a las intervenciones psicológicas, el informe señala que, si bien son necesarios más estudios de alta calidad que evalúen intervenciones para mejorar la salud mental de los trabajadores sanitarios en momentos de pandemia, la terapia cognitivo-conductual en formato individual o grupal ha demostrado ser eficaz para la reducción del trastorno por estrés postraumático y la ansiedad, y que otras intervenciones integrales, la formación de los equipos y la mayor dotación de personal suponen medidas eficaces para mejorar el bienestar psicológico de los equipos asistenciales. El informe señala, además, que existen pruebas de que el personal con la mayor carga de problemas de salud mental era el menos propenso a solicitar o recibir apoyo, lo que pone de relieve la importancia de incorporar medios más asequibles de acceso a los servicios de salud mental que salvaguarden la confidencialidad y protejan contra la estigmatización. Los expertos proponen un conjunto de acciones políticas de adopción inmediata para promover y proteger la salud mental de los trabajadores del sector sanitarios y de los cuidados, entre las que se encuentra: Aplicar políticas y planes intersectoriales basadas en la evidencia
Invertir en la atención y apoyo a la salud mental
Reforzar los recursos humanos para la salud y la asistencia
En conclusión, los datos avalan el enorme impacto negativo para la salud y el bienestar psicológico que ha supuesto la pandemia sanitaria en los trabajadores de la salud y la prestación de cuidados. La presión laboral a la que están sometidos no es algo nuevo. Sin embargo, la pandemia sanitaria ha supuesto un agravante sin precedentes, indica el documento. En este sector, el malestar psicológico, la estigmatización, la discriminación, la violencia física y psicológica y el acoso se han visto amplificados por la pandemia de COVID-19. Los expertos hacen un llamamiento para que los gobiernos y las partes interesadas impulsen medidas de protección laboral en salud mental dirigidas específicamente a este sector, puesto que se trata de invertir en salvaguardar el activo más valioso que poseen nuestros sistemas de salud, que son las personas que trabajan dentro de ellos. En definitiva, proteger la salud mental del sector sanitario es un derecho y una necesidad urgente que se debe afrontar. Se puede descargar el recurso en el siguiente enlace: |