Un estudio noruego resalta que un alto volumen de consultas al médico de atención primaria se debe a cuestiones de salud mental: una de cada nueve (11,7%), y casi una de cada cinco (18,7 %) si nos centramos en la población de 20 a 60 años. Esta proporción, uno de cada nueve, solo la superan las dolencias musculoesqueléticas, e iguala al de las infecciones, afecciones cardiovasculares y respiratorias (y supera a las relacionadas con dolor, lesiones, afecciones metabólicas, digestivas, cutáneas, urológicas, reproductivas y sensoriales).

Estos datos nos dicen que los médicos de atención primaria están asumiendo más problemas de salud mental de lo que se creía hasta ahora. Así, se vuelve a poner de manifiesto la necesidad de aumentar el número de psicólogos en atención primaria. Esta necesidad no solo responde a ofrecer una atención más enfocada, por especialistas en salud mental, sino también a liberar al personal médico de un número importante de visitas.

Fuente: pexels. Foto: Tara Winstead. Fecha: 20/01/24

Este estudio supera las limitaciones de los anteriores y ofrece datos confiables

El estudio se ha realizado en Noruega. Se refiere a consultas en atención primaria durante catorce años e incluyen todas las edades, y se registraron de acuerdo con la Clasificación Internacional de Atención Primaria (350 millones de consultas). Con ello, se pretende superar algunas limitaciones de estudios anteriores, que no incluían la infancia y la juventud o se basaban en encuestas con baja tasa de respuesta.

Para evitar sesgos por el tipo de participantes en encuestas, se han usado los registros oficiales de toda la nación de Noruega. Esto, aparte de revelar la proporción de problemas de salud mental, también aporta información sobre qué tipo de afecciones psicológicas se abordan y en qué edades.

Los problemas más consultados son depresión, ansiedad y trastornos del sueño

Para hacernos una idea más clara, veamos en una lista cuáles son las dificultades más consultadas:

• 23,8 % depresión (mayor proporción en jóvenes y personas adultas).

• 14,1 % ansiedad.

• 12,1 % trastornos del sueño (mayor proporción en la infancia y en personas mayores).

• 8,3 % abuso de sustancias.

• 7,1 % reacciones de estrés agudo.

• 6,9 % psicosis.

• 5,4 % demencia / problemas de memoria (mayor proporción en personas mayores).

• 3,8 % TDAH (mayor proporción en la infancia).

• 1-2 % fobias / trastornos compulsivos (1,7 %), retraso del desarrollo / problemas de aprendizaje (1,5 %), TEPT (1,3 %) y trastorno de la personalidad (1,1 %).

• Menos del 1 % involucraba quejas de conducta en menores de edad, preocupación sexual, fatiga crónica, trastorno alimentario, somatización, problemas de continencia (mayor proporción en la infancia), intento de suicidio, problema por cambio de ciclo vital en adultos, tartamudeo/tic, miedo al trastorno mental e irritabilidad.

También es importante resaltar que no se especificó el tipo de problema en el 9,1 % de las consultas médicas, y que estos datos pertenecen a la población noruega.

Llama la atención que haya las mismas consultas por afecciones de salud mental que por infecciones, y muchas más que por dolor y lesiones

Tal y como se afirma en la investigación, la salud mental se ha ido integrando en la salud global de las personas, de modo que hoy se entiende que la atención primaria debe atender los problemas relacionados con lo psicológico. “Los Gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las redes sociales se han hecho eco sobre la mala salud mental. Y, sin embargo, continúa la preocupación por la disponibilidad y el acceso a los recursos para afrontar este desafío”.

Aparte de que el número de consultas por salud mental iguale al de infecciones, afecciones cardiovasculares y problemas respiratorios (y supere por mucho al dolor y las lesiones), no solo se consulta por ansiedad y depresión, sino también por otros problemas complejos. Además, las consultas se realizan en los diferentes tramos de la vida, a veces con problemas que afectan más intensamente en uno de esos tramos, como por ejemplo los problemas de memoria en personas mayores.

Además, la proporción de uno de cada nueve podría ser incluso inferior a la real: primero, porque hay diagnósticos que albergan componentes de salud mental que no fueron categorizados como tales (por ejemplo, el dolor o el miedo a que les diagnostiquen una enfermedad); segundo, porque hay afecciones que son en una segunda o tercera visita cuando acaban por atribuirse a un problema de salud mental, y en este estudio solo se contabilizaron las primeras visitas; tercero, los datos se terminaron de recoger en 2019, antes de la pandemia del COVID, y es probable que el número de consultas haya aumentado desde entonces.

La importancia de reforzar la atención primaria con especialistas en psicología clínica

Tanto el propio Ministerio de Salud como otras formaciones políticas reconocen la importancia de la salud mental y que el número de plazas ofertadas para psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud resulta insuficiente hoy en día. Este estudio se suma otra vez para clamar la urgencia de que se tomen medidas y no queden solo en palabras. De otro modo, la salud mental se mantendrá como un privilegio de quienes pueden financiarse un tratamiento privado.

En cualquier caso, también es necesario que los psicólogos y las psicólogas puedan formar en salud mental a las personas que trabajan en atención primaria para que se garanticen tratamientos basados ​​en la evidencia. Además, una mayor formación puede ayudar al personal sanitario a disminuir el agotamiento que provoca enfrentarse a afecciones para las que uno o una se sienta poco preparado/a. El estudio también resalta que, durante esos catorce años analizados, la mitad de la población acudió a su médico de atención primaria con un problema de salud mental. Esto quiere decir que, a lo largo de la vida, la mayoría de las personas consultarán a su médico de atención primaria por un problema de salud mental. Esto, una vez más, apunta a la necesidad de reforzar la salud mental en la atención primaria “y hacer realidad la atención integral de la persona”.

Puedes ver el documento en la página web de la revista Nature Mental Health, o directamente aquí.