Independientemente del género, grupo o región, la pandemia actual está afectando a la salud mental de la población, detectándose una alta prevalencia de síntomas de depresión, ansiedad, insomnio, trastorno de estrés postraumático y angustia psicológica. Así lo afirma un estudio publicado en la Revista Psychiatric Research, bajo el título Prevalence of symptoms of depression, anxiety, insomnia, posttraumatic stress disorder, and psychological distress among populations affected by the COVID-19 pandemic: A systematic review and meta-analysis. Tal y como señalan sus autores, la pandemia de COVID-19 ha conllevado medidas de salud pública sin precedentes destinadas a prevenir la propagación del virus: más de la mitad de la población mundial confinada, cierre de escuelas y universidades, distanciamiento social y físico, así como la declaración de emergencias sanitarias en muchos países. |
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Estudios de epidemias anteriores han evidenciado una asociación con síntomas y problemas de salud mental (p. ej., depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, insomnio) en supervivientes, familiares, trabajadores de la salud y miembros de las comunidades afectadas. A este respecto, según datos de un estudio sobre diferentes coronavirus (SARS, MERS y SARS-Cov2), del 14 al 61% de las personas infectadas enfrentan problemas psiquiátricos y neuropsiquiátricos graves (como depresión, deterioro de la memoria, insomnio y trastornos del sueño, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, etc.) durante la enfermedad, y del 14,8 al 76,9% experimenta estos problemas posteriormente. La pandemia actual está asociada con considerables muertes en todo el mundo y los estudios realizados entre las poblaciones afectadas han mostrado importantes factores de riesgo para la salud mental, entre ellos, ansiedad y estrés asociados con el riesgo de infección, muerte de seres queridos, infección de seres queridos, medidas de contención, aislamiento social y soledad, fatiga física y emocional de los trabajadores sanitarios, pérdida masiva de empleo, inseguridad financiera y pobreza, consumo excesivo de información de los medios de comunicación así como la vulnerabilidad de ciertos grupos en los países de ingresos altos y los países de ingresos bajos y medios. Todos estos factores de riesgo pueden contribuir al desarrollo de diversos problemas de salud mental como ansiedad, depresión, insomnio, somatizaciones, fobia social, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo, autolesiones e ideas y conductas suicidas. Las diferentes investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha muestran la necesidad de llevar a cabo revisiones sistemáticas de la población en general para desarrollar e implementar programas de prevención e intervención en salud mental basados en la evidencia. Dado lo anterior, y bajo una perspectiva de salud mental global, el objetivo de esta revisión sistemática y metanálisis es evaluar el impacto de la pandemia COVID-19 en la salud mental de las poblaciones afectadas para ayudar al desarrollo de programas de salud mental basados en la evidencia. De forma específica, el estudio pretende analizar la prevalencia combinada de depresión, ansiedad, insomnio, TEPT y angustia psicológica en la población general, examinando posibles diferencias en función del género y de las regiones geográficas, así como entre los trabajadores sanitarios en comparación con la población general. Los resultados muestran que las poblaciones afectadas por la pandemia tienen una prevalencia significativamente mayor de depresión, ansiedad, insomnio, TEPT y angustia psicológica en comparación con la población general en circunstancias normales. Concretamente, la prevalencia de la depresión en las poblaciones afectadas por COVID-19 es más de tres veces mayor que en la población general, mientras que es cuatro veces mayor para la ansiedad y cinco veces mayor para el trastorno de estrés postraumático. De acuerdo con los autores las altas tasas de prevalencia en el insomnio y la angustia psicológica pueden explicarse por el miedo asociado con la pandemia, las medidas de contención, el alto número de personas infectadas y las muertes. A esto se añade la asociación de la pandemia con una falta de control entre las personas infectadas, la pérdida de puestos de trabajo y de salarios y la incertidumbre sobre el futuro. Los resultados no detectan diferencias significativas en los problemas de salud mental entre el personal sanitario y otras poblaciones afectadas por COVID-19. A este respecto, los autores consideran necesario realizar estudios longitudinales para determinar si esta no-diferenciación entre el personal sanitario y la población en general está relacionada con estrategias de afrontamiento temporales asociadas con estar en primera línea. En este sentido, los datos muestran que una vez que termina la pandemia, el personal sanitario puede desarrollar problemas de salud mental más graves. Por ejemplo, la prevalencia de insomnio que es más de dos veces mayor entre los trabajadores sanitarios es un predictor de depresión e ideación suicida. Con respecto al género, no se observan diferencias en la prevalencia de problemas de salud mental: tanto hombres como mujeres experimentan factores estresantes de manera similar durante esta pandemia. Sin embargo, estudios en Oriente Medio y Occidente han demostrado que las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental durante el COVID-19. Para los autores, estas observaciones deberían investigarse longitudinalmente para valorar una posible asociación entre los roles culturales de género y el desarrollo de problemas de salud mental. Asimismo, deben emprenderse investigaciones futuras que presten atención a los supervivientes, especialmente, a aquellos que han desarrollado síntomas graves o que han estado con ventiladores artificiales. Finalmente, los estudios también deben analizar si existen diferencias en función de las medidas utilizadas para evaluar los problemas de salud mental. Esto ayudará a identificar las mejores herramientas para evaluar con precisión los problemas de salud mental. El estudio concluye subrayando la importancia de sus conclusiones, al ofrecer hallazgos que guiarán la investigación y el desarrollo de mejores programas prevención e intervención en salud mental que brinden atención integral a las personas afectadas durante y después de la pandemia. Fuente: Cénat, J. M., Blais-Rochette, C., Kokou-Kpolou, C. K., Noorishad, P. G., Mukunzi, J. N., McIntee, S. E., … & Labelle, P. (2020). Prevalence of symptoms of depression, anxiety, insomnia, posttraumatic stress disorder, and psychological distress among populations affected by the COVID-19 pandemic: A systematic review and meta-analysis. Psychiatry research, 113599. |
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