UN ANÁLISIS LONGITUDINAL SOBRE LA COMUNICACIÓN ENTRE MADRES Y ADOLESCENTES
29 Ene 2008

Águeda Parra Jiménez

Universidad de Sevilla

En algún momento entre la infancia y la adolescencia, la comunicación entre los hijos e hijas y sus progenitores se deteriora: pasan menos tiempo juntos, chicos y chicas hablan menos de sus asuntos espontáneamente, las interrupciones a sus madres y padres se hacen mucho más frecuentes y la comunicación se torna más difícil. Sin embargo, todavía no existen datos concluyentes sobre muchos aspectos, como por ejemplo, sobre la evolución que sigue la comunicación a lo largo de la adolescencia, si existen diferencias de género, y si en general, jóvenes y adultos coinciden en sus visiones sobre la comunicación familiar.

Para responder a estas preguntas, diseñamos una investigación con dos objetivos principales: estudiar la evolución de la comunicación entre los chicos y chicas y sus madres y padres a lo largo de la adolescencia, y comparar la perspectiva de los y las adolescentes con la de sus madres.

Para responder a ambos objetivos, optamos por un diseño longitudinal y entrevistamos a 101 adolescentes, 38 chicos y 63 chicas, en tres momentos diferentes, coincidiendo con su adolescencia inicial, media y tardía. Por otro lado, también entrevistamos a sus madres. Para entrevistar a ambos, utilizamos una escala que evaluaba la frecuencia de la comunicación familiar sobre diversos temas (Parra y Oliva, 2002).

Nuestros resultados apuntaron en general a una comunicación más frecuente con los progenitores a lo largo de la adolescencia. La comunicación de los chicos con sus madres no cambió, mientras que la de las chicas aumentó claramente. En cuanto a la relación con el padre, la comunicación con sus hijas aumentó ligeramente a lo largo de la adolescencia. En el caso de los chicos, la mayoría percibió una disminución entre la adolescencia inicial y media, que aumentó posteriormente. En general, chicos y chicas mostraron una posición relativamente constante respecto a su grupo de referencia, y los adolescentes que ocupaban los puestos más altos en el ranking de comunicación en los años iniciales, fueron los que tendieron a seguir ocupándolos en los medios y tardíos.

 

Nuestros análisis han revelado una imagen de la comunicación familiar durante la adolescencia menos dramática de la que impera en la sociedad actual. La imagen popular que destaca la conflictividad como rasgo protagonista de la dinámica familiar durante la adolescencia no parece estar contrastada empíricamente, y puede ser debida a la realidad de algunas familias que, probablemente, ya presentaban dificultades en los años previos.

Los chicos y chicas de nuestra investigación dialogaban más con sus madres que con sus padres. Algunos trabajos apuntan a que la relación con las madres es más simétrica e igualitaria, lo que permite una comunicación bidireccional y un verdadero diálogo. De hecho, la madre es la figura que, según los hijos e hijas, mantiene la comunicación en la familia. Suelen ser percibidas como más abiertas, comprensivas e interesadas en los asuntos del adolescente.

En la adolescencia inicial, chicos y chicas hablaban con sus progenitores con la misma frecuencia, aunque en los años intermedios y en los tardíos, ellas lo hacían de forma más habitual. Probablemente, estas diferencias sean el resultado de un cúmulo de factores. A nuestro juicio, uno de ellos tiene que ver con que las chicas son percibidas como más vulnerables que sus hermanos, por lo que deben ser más controladas y la comunicación frecuente; especialmente a través de la autorevelación, que es una de las mejores formas de control.

Una explicación diferente hace referencia a que las chicas puedan tener más habilidades comunicativas -como la empatía- y que realmente hablen de forma más espontánea con sus padres y madres sin que éstos tengan que animar las conversaciones. Quizás en la infancia y primeros años de la adolescencia, estas diferencias no sean tan patentes porque son padres y madres los que inician los intercambios comunicativos. En la medida que iniciar las conversaciones dependa del adolescente, tal vez para ellas sea más fácil.

 

Para madres y adolescentes, el grado de comunicación en el hogar era relativamente alto. No obstante, ellas consideraban que hablaban con sus hijos e hijas con más frecuencia de lo que estos percibían. Estos resultados ponen de manifiesto que madres y adolescentes tienen perspectivas distintas de la realidad familiar, tendiendo las primeras a describir las relaciones en el hogar de forma más optimista.

Esta percepción más negativa por parte de los y las adolescentes puede ser explicada por la deseabilidad social, que hace que las madres se esfuercen por presentar unas relaciones más positivas con sus hijos e hijas. Deseabilidad que actúa justo en sentido contrario para los adolescentes, ya que para ellos, lo deseable es reafirmar su autonomía quizás describiendo unas relaciones más negativas de lo que realmente son.

Existe bastante acuerdo en que los primeros años de la adolescencia son un momento difícil en la comunicación familiar, en la que ésta se deteriora; no obstante, es importante subrayar que unos adecuados patrones de comunicación son fundamentales, tanto para el buen funcionamiento del hogar como para el bienestar de los adolescentes. La familia es un contexto fundamental en el que además de aprender conductas saludables, se desarrollan las estrategias de comunicación. Madres y padres deberían aprovechar la oportunidad que les brinda hablar con sus hijos, no sólo para educarles, sino también para enseñarles a hablar de cualquier cosa de forma positiva y constructiva. Además, es importante hacerlo no sólo en la adolescencia, sino comenzar en la infancia, algo que, por otra parte, facilitaría enormemente la comunicación posterior.

NOTA: Este trabajo ha sido realizado gracias a la subvención (BSO2002-03022) concedida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro de la convocatoria de ayudas para la financiación de proyectos I+D, en el marco del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2000-2003.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Apuntes de Psicología: Parra Jiménez, A. (2007). Un análisis longitudinal de la comunicación entre madres y adolescentes. Apuntes de Psicología, Vol. 25 (3), 267-284.

Sobre la autora:

Águeda Parra Jiménez se doctoró en Psicología con Premio Extraordinario de Doctorado. En la actualidad es profesora Contratada Doctora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. Igualmente, Parra ha participado como investigadora en diversos proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía; y ha publicado diversos artículos y capítulos de libros relacionados con el desarrollo adolescente y las relaciones familiares durante este momento evolutivo.

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