Situación actual y necesidades de los y las profesionales de la prevención de adicciones en España
08 Nov 2024

Los y las profesionales de la prevención de adicciones provienen, principalmente, del ámbito psicológico y social, siendo Psicología la disciplina profesional mayoritaria. Si bien 8 de cada 10 profesionales cuentan con formación específica en prevención de adicciones, resulta destacable, por difícilmente asumible, que 1 de cada 10 ejerce en mayor o menor medida desarrollando acciones de prevención de adicciones, sin tener formación alguna en adicciones. Dado que la evidencia indica que una formación adecuada de estos/as profesionales garantiza que las acciones preventivas se aplican de forma rigurosa, atendiendo a criterios de calidad, y asegura la efectividad de las intervenciones, es necesario que la formación específica en prevención en adicciones sea un requisito indispensable para ejercer en esta área.

Así lo afirma un informe, fruto de un estudio desarrollado por expertos en el ámbito de la prevención (principalmente, psicólogos) de la Universidad Internacional de Valencia -en el marco de la colaboración entre la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas-, con el objetivo de identificar aspectos relativos a la situación actual de los y las profesionales de la prevención de adicciones en nuestro país, para establecer necesidades futuras de cara a la mejora y sostenibilidad de las acciones preventivas.

prevención de adicciones

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 07/11/24

El informe fue presentado en la FEMP el pasado día 5 de noviembre, en un acto que contó con la presencia del Consejo General de la Psicología, de la mano de su secretario general, José Tenorio Iglesias, y durante el cual se puso de relieve la importancia del estudio realizado, en un contexto donde las conductas adictivas, ya sean relacionadas con sustancias o con comportamientos, continúan siendo un problema significativo de salud pública.

Dada la trascendencia de abordar los desafíos que enfrentan quienes trabajan en su prevención y entender las necesidades específicas de los y las profesionales, se ha llevado a cabo este estudio, con el propósito de comprender mejor las complejidades de la prevención de adicciones y crear entornos de trabajo más eficaces y sostenibles, al ser esta una disciplina que exige un conocimiento profundo y actualizado de las dinámicas sociales, psicológicas y biológicas que subyacen en las conductas adictivas.

El informe resultante recoge el análisis de las necesidades formativas, logísticas y de apoyo que precisan los y las profesionales de la prevención de adicciones en España. En la misma línea, ofrece una visión crítica de los desafíos más acuciantes en este ámbito, tales como la transferencia de la evidencia científica a la praxis profesional, la profesionalización y mejora de las condiciones laborales, y el inminente relevo generacional al que nos enfrentamos. A partir de los hallazgos que presenta, proporciona una serie de recomendaciones orientadas a fortalecer la capacidad de respuesta de las administraciones públicas y de los/as profesionales para mejorar de forma conjunta el ejercicio de la profesión y los resultados derivados de las intervenciones llevadas a cabo en materia de prevención de adicciones.

Los autores han empleado un diseño observacional (correlacional, de corte transversal) utilizando una técnica de muestreo no probabilístico por conveniencia, mediante la aplicación de una batería de instrumentos de manera online para evaluar las variables de estudio.

A continuación, recogemos algunas de las principales conclusiones del informe, obtenidas a partir de las respuestas y los datos proporcionados por los/as más de 600 profesionales de la prevención de adicciones que han participado:

  • Se observa que el sector de la prevención de adicciones está claramente feminizado, siendo mujeres 2 de cada 3 profesionales.
  • La media de edad de los y las profesionales es de 45 años, con un equilibrio notable entre diferentes grupos de edad. Los datos muestran una diversidad generacional en el sector: uno de cada 10 profesionales tiene entre 18-29 años, lo que, para los autores, “indica una experiencia limitada en términos de años trabajando en prevención”. Cinco de cada 10 tienen entre 30-49 años, lo que sugiere “que se dispone de un grupo de profesionales que, sin considerar su nivel de experiencia en el ámbito de la prevención, puede desarrollar una trayectoria profesional en este ámbito durante las próximas dos décadas”. Cuatro de cada 10 profesionales tienen 50 años o más, lo que es indicativo de que “a lo largo de la próxima década estarán en disposición de jubilarse, suponiendo esto una pérdida de capital humano altamente experimentado en el ámbito”.
  • Uno de cada 3 profesionales inscritos en el Censo de Profesionales de la Prevención, informa que la prevención de adicciones no es su principal área laboral, sino que en ocasiones realizan acciones de prevención de adicciones. De acuerdo con el informe, esto muestra una realidad que debe considerarseen términos de profesionalización de la prevención de adicciones, dado que “es complicado imaginar una prevención de calidad, basada en evidencia científica y buenas prácticas, si esta es desarrollada como una acción secundaria y no como área laboral principal”. Este hecho debe repercutir negativamente en la eficacia y sostenibilidad de las intervenciones preventivas.
La mayoría de los/as profesionales se encuentran en el ámbito psicológico y social, siendo mayoritariamente psicólogos/as
  • Ante esto, el documento considera clave determinar el perfil profesional de los y las profesionales que realizan acciones de prevención de adicciones como área laboral principal, para fomentar su visibilización, reconocimiento y desarrollo profesional, frente a quiénes realizan acciones preventivas en adicciones de manera secundaria, pasando a considerarlos profesionales de apoyo. Se pone de relieve aquí la relevancia de la profesionalización, al exigir la existencia de requisitos de formación curricular que permitieran diferenciar a un profesional de la prevención de adicciones del resto de profesionales de prevención.
  • La mayoría de profesionales se encuentran en el ámbito psicológico y social. Las principales disciplinas profesionales de las que provienen los y las profesionales de la prevención de adicciones del presente estudio son: Psicología, que constituye la disciplina con mayor número de profesionales (39,8%), Educación Social (16,2%), Trabajo Social (13,3%). Disciplinas de orientación más biomédica, como Enfermería (9,1%) o Medicina (3,5%) aparecen igualmente representadas, aunque en menor medida.
  • Para los autores del estudio, este dato sugiere varias líneas de acción para fortalecer la formación de estos profesionales y asegurar el relevo generacional de calidad, entre ellas, impulsar la formación en temas de prevención de adicciones en las titulaciones universitarias Psicología, Educación Social y Trabajo Social (especialmente en la primera, “ya que representa a 4 de cada 10 profesionales”) y establecer convenios con los Colegios Oficiales correspondientes, para establecer grupos de trabajo específicos orientados a desarrollar formación continua y reciclaje con los afiliados y hacer llegar ofertas laborales en el ámbito de la prevención de adicciones.
Uno de cada 10 profesionales que ejercen desarrollando acciones de prevención de adicciones, no cuenta con ninguna formación en adicciones
  • Se constata que 8 de cada 10 profesionales cuentan con formación específica en prevención de adicciones. Sin embargo, se observa que, hay, al menos, 1 de cada 10, cuya formación es sobre aspectos relacionados con las adicciones, pero no con la prevención de adicciones específicamente. Un dato destacado en el informe, “por difícilmente asumible”, es que 1 de cada 10 profesionales que ejercen en mayor o menor medida desarrollando acciones de prevención de adicciones, no tengan formación alguna en adicciones, no ya de manera específica en prevención. Ante esto, destaca la importancia de plantearse por qué hay profesionales con poca o ninguna formación en adicciones trabajando en esta área, cuáles han sido sus vías de acceso, qué requisitos se han solicitado, etc.
  • Asimismo, 2 de cada 10 profesionales que informan haber recibido formación específica en prevención en adicciones, lo han hecho a través de cursos de menos de 30 horas; y un 25% del total de profesionales, tiene menos de 100 horas de formación, lo que podría impactar en la calidad de su desempeño profesional.
  • Todo lo anterior sugiere, nuevamente, la necesidad de la profesionalización de la prevención de adicciones como un ámbito laboral que exija unos requisitos de formación concretos, tanto en términos de contenidos como de horas, en aras de una prevención de calidad y la sostenibilidad de las intervenciones.
  • El informe sostiene que la formación específica en prevención en adicciones debería ser un requisito indispensable para ejercer en esta área. La evidencia científica señala al respecto, la importancia de que los y las profesionales estén debidamente formados, para garantizar que las acciones preventivas se aplican de forma rigurosa, atendiendo a criterios de calidad, asegurando así la efectividad de las intervenciones.
Las problemáticas abordadas por estos/as profesionales abarcan tanto las adicciones con sustancia como sin sustancia
  • Con respecto a la distribución laboral, más de la mitad de las personas encuestadas trabaja en la administración pública, mientras que, tres de cada diez, lo hace en organizaciones no gubernamentales o en el Tercer Sector, poniéndose de relieve aquí la importancia del sector público y las ONG en la implementación de políticas y programas de prevención de adicciones.
  • Las problemáticas abordadas por los y las profesionales de la prevención de adicciones abarcan tanto las adicciones con sustancia como sin sustancia. Siendo atendidas las siguientes: alcohol (73,5%); cannabis (72,4%); tabaco (61,9%)(especificando también cigarrillos electrónicos, vapers o cachimbas); uso indebido o problemático de Internet (52,5%); uso indebido o problemático del móvil (51,9%); uso problemático o adicción a videojuegos (offline/online) (48,1%); otras drogas ilegales (41,9%)(incluyéndose bebidas energéticas aun siendo legales); juego patológico (offline/online) (41,3%); y psicofármacos (33,7%).
  • Estos datos ponen de manifiesto que las sustancias de mayor prevalencia de consumo según los estudios epidemiológicos EDADES y ESTUDES (alcohol, tabaco, cannabis), son los casos más atendidos, si bien la atención prestada al cannabis es superior a la del tabaco (pese a que su prevalencia en inferior).
El cannabis está adquiriendo mayor relevancia en la atención por parte de profesionales de prevención
  • Ante esto, los autores concluyen que “el cannabis está adquiriendo una mayor relevancia en la atención por parte de profesionales de prevención”, destacando la necesidad de emprender acciones, tales como, el diseño, evaluación y acreditación de programas preventivos específicamente orientados al consumo de cannabis. Así, además de programas de prevención universal que puedan abordar el consumo de alcohol, tabaco y cannabis (por separado o en conjunto), consideran crucial disponer de programas eficaces de prevención selectiva e indicada para cannabis. Otra acción necesaria es la de establecer currículums formativos específicos para la prevención del consumo de cannabis, o que contemplen suficientemente aspectos preventivos del consumo de esta sustancia (evidencias, políticas, cambios legales, papel del profesional, etc.)
  • En este punto, el informe incide en un hallazgo relevante: la prevención del consumo de psicofármacos. Teniendo en cuenta que se trata de una sustancia que se sitúa entre las de mayor prevalencia de consumo en los estudios epidemiológicos, aparece en último lugar de atención por parte de los y las profesionales. Para los autores del estudio, esto puede interpretarse de varias formas: bien, porque hay una baja percepción de riesgo en torno a los psicofármacos entre la población y por parte de los/as profesionales, o bien por la baja demanda de atención respecto a problemáticas asociadas a su consumo, a pesar de que éste genere problemas de diversa índole.
Es conveniente impulsar acciones dirigidas a visibilizar el potencial riesgo de los psicofármacos entre la población y los/as profesionales de la prevención
  • Consideran conveniente impulsar acciones orientadas a visibilizar el potencial riesgo de los psicofármacos entre la población y los/as profesionales de prevención, diseñar, evaluar y acreditar programas preventivos específicamente orientados al consumo de psicofármacos, así como establecer currículums formativos específicos que contemplen la prevención de su consumo.
  • Con relación a las adicciones sin sustancia, destaca el papel predominante en la atención a las mismas por parte de los y las profesionales, por delante del consumo de otras sustancias. Frente a esto, se considera necesario también impulsar varias acciones, como el diseño, evaluación y acreditación de programas preventivos y el desarrollo de currículums formativos específicamente orientados a estas adicciones sin sustancia, y la disposición de programas eficaces de prevención selectiva e indicada para cada una de estas problemáticas comportamentales (además de los de prevención universal).
6 de cada 10 profesionales desarrollan acciones de prevención sobre adolescentes, jóvenes y personas adultas
  • Las poblaciones destinatarias de las intervenciones desarrolladas por los y las profesionales de la prevención de adicciones son diversas, siendo las más atendidas: los y las adolescentes/jóvenes (66,8%); las personas adultas (58,5%); los/as profesionales del ámbito socioeducativo (46,3%); las asociaciones civiles implicadas como agentes sociales en prevención (44%); las personas en situación de exclusión social (35%); los/as niños/as (30,7%); las personas con trastorno mental y/o patología orgánica relacionada con una problemática adictiva (con o sin sustancia) (28,4%); los/as profesionales del ámbito sanitario (28,4%); los/as menores infractores/as (25,1%); las mujeres con carácter general o específico (por ej., embarazadas) (20%); las personas mayores (+65) (17%); los/as migrantes (12,7%); las personas privadas de libertad (10,1%).
  • El hecho de que, aproximadamente, 6 de cada 10 profesionales desarrollen su labor preventiva sobre adolescentes, jóvenes y personas adultas como poblaciones destinatarias, denota “que se trabaja mayoritariamente sobre población general a través de estos dos grandes sectores poblacionales.
Los principales ámbitos de actuación en prevención de adicciones son el educativo, el familiar y el comunitario, siendo la prevención universal la más extendida
  • Los principales ámbitos de actuación en prevención de adicciones son el educativo, el familiar y el comunitario, donde actúan 7 de cada 10 profesionales de la prevención. Por su parte, 3-4 profesionales de cada 10 actúan de forma preventiva con colectivos vulnerables, en reducción de riesgos y daños, o en Salud Pública (información y vigilancia epidemiológica, promoción de la salud y prevención desde centros sanitarios). De manera minoritaria desarrollan sus actuaciones en el ámbito laboral o en medios de comunicación. Según el informe, esta distribución es coherente con las líneas prioritarias establecidas en el vigente Plan de Acción sobre Adicciones 2021-2024.
  • La prevención más ampliamente extendida es la universal, en línea con la evidencia relativa a las características y poblaciones destinatarias de los programas preventivos. No obstante, el informe llama la atención ante el elevado porcentaje de profesionales que desarrollan acciones de prevención selectiva e indicada, principalmente, esta última, “ya que el tipo de intervenciones que se requiere con la población destinataria se aproximan al ámbito clínico, paso previo al tratamiento”. Esto sugiere la necesidad de realizar un análisis más detallado sobre el tipo de intervenciones y con qué poblaciones se desarrollan dichas acciones de prevención selectiva e indicada. Por su parte, la prevención ambiental, aunque es la que menos aplicación presenta, la desarrollan el 25% de los/as profesionales.
La insatisfacción laboral y la falta de posibilidades de desarrollo profesional son generalizadas entre estos/as profesionales
  • El desconocimiento de los Portales de Buenas Prácticas y de la evidencia científica se identifica como una brecha en el acceso a recursos y conocimientos clave para mejorar la calidad de los programas preventivos. A este respecto, se pueden considerar algunas acciones, entre ellas, potenciar la visibilidad e información sobre los portales de evidencia científica y buenas prácticas entre los y las profesionales de prevención de adicciones, o desarrollar formaciones relacionadas con el uso y la transferencia de conocimiento que ofrecen estos portales al ámbito aplicado.
  • La insatisfacción laboral y la falta de posibilidades de desarrollo profesional son generalizadas entre los y las profesionales encuestados/as, lo que subraya la urgencia de mejorar las condiciones laborales y las oportunidades de crecimiento en el campo de la prevención de adicciones.
Es necesario establecer un marco legal que regule el ejercicio profesional en prevención de adicciones y su acreditación
  • Los resultados dejan entrever la necesidad urgente de mejorar la calidad e implementación de los programas preventivos, así como la trascendencia de establecer un marco legal que regule el ejercicio profesional en prevención de adicciones y su acreditación.
  • Según se explica en el documento, esta profesionalización del personal técnico de la prevención, vinculada al establecimiento de unos requisitos mínimos de formación que acrediten para el desempeño profesional, debería permitir que se garantice la estabilidad laboral y mejores condiciones contractuales a los profesionales acreditados, ya que limitaría la práctica de quiénes no están acreditados. Además, afirma, debidamente legislado y regulado desde los correspondientes Colegios Oficiales, podría considerarse intrusismo laboral el ejercer en el área de prevención de adicciones sin disponer de dicha acreditación”.
  • La profesionalización del personal técnico de la prevención de adicciones establecería también las tareas y funciones propias del puesto de trabajo, así como las horas de dedicación. Esto reduciría claramente ese porcentaje de más del 50% de profesionales que dedican menos de la mitad de su jornada laboral a la prevención de adicciones. De este modo, “la profesionalización del personal técnico de la prevención de adicciones regularía, dignificaría y protegería el trabajo desempeñado por los y las profesionales que verdaderamente ejercen y sustentan la prevención de adicciones”.
Una ratio adecuada entre el n.º de habitantes y el n.º de personal técnico de prevención, puede garantizar la cobertura adecuada y eficiente de los servicios preventivos en la comunidad
  • Generar espacios de encuentro y una asociación de profesionales de la prevención se consideran medidas beneficiosas para fomentar el intercambio de conocimientos y experiencias, así como para fortalecer la representación y defensa de los intereses de los y las trabajadores/as en este campo. De este modo, se fomentaría y facilitaría el acceso a buenas prácticas y conocimiento mutuo.
  • Se requiere mejorar la relación entre personal investigador y personal implementador, así como la coordinación entre diferentes administraciones, para garantizar una implementación efectiva de las políticas y programas preventivos.
  • El trabajo preventivo puede beneficiarse del trabajo en equipo cuando éste es posible. Para tal fin, los autores consideran preciso establecer una ratio profesional de prevención/población destinataria, que determine la necesidad de establecimiento de un equipo y el número de integrantes, garantizando así una cobertura adecuada y eficiente de los servicios preventivos en la comunidad.

En base a sus hallazgos, el informe concluye con un listado de 40 posibles acciones para la mejora y sostenibilidad de la prevención de adicciones, agrupadas por áreas y líneas de actuación.

Fuente: Villanueva-Blasco, V.J., Amatller, O., Isorna, M., Otero-Requeijo, M., y Ramírez de Arellano, A. (2024). Estudio descriptivo sobre la situación demográfica y perfiles formativos de los y las profesionales de prevención de adicciones. Opciones de futuro. Ministerio de Sanidad. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

Se puede ver la presentación del informe a través del siguiente enlace:

Estudio descriptivo sobre la situación demográfica y perfiles formativos de los y las profesionales de prevención de adicciones. Opciones de futuro

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