Ser víctima de cualquier tipo de violencia de género online se relaciona con un peor ajuste psicológico
25 Sep 2024

El 82,6% de los y las participantes han experimentado al menos una forma de violencia de género online durante el último año, siendo la forma más frecuente el acoso sexual digital (66,7%), seguido de la violencia basada en la apariencia física (60,7%), la violencia antifeminista (60,7%) y la violencia basada en roles de género (25,4%). Asimismo, la victimización por violencia de género online se relaciona con peores resultados psicológicos.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado en la revista Psicothema y llevado a cabo por los/as investigadores/as Jone Martínez-Bacaicoa y Manuel Gámez-Guadix, de la Universidad Autónoma de Madrid, Nicola Henry, RMIT University (Melbourne, Australia) y Estibaliz Mateos-Pérez de la Universidad del País Vasco, con el objetivo de analizar la prevalencia, las diferencias de edad y género, así como el ajuste psicológico relacionado con la victimización en diversas formas de violencia de género online.

Tal y como la definen los/as investigadores/as, se entiende por violencia de género “cualquier tipo de daño perpetrado contra una persona como consecuencia de desequilibrios de poder de género”. La violencia de género se ha convertido en un problema creciente en los contextos online, lo que ha dado lugar a numerosos estudios de investigación centrados en este tema.

Sin embargo, pese al creciente interés en este tema, no existe consenso sobre la terminología y las categorizaciones. Los términos que se emplean habitualmente incluyen (entre otros): acoso sexual online; victimización sexual online; y violencia sexual facilitada por la tecnología. El uso de estos términos generales ha permitido el estudio colectivo de diversas formas de violencia de género.

violencia de género online

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 23/09/24

En el presente estudio, sus investigadores/as hacen uso del término ‘violencia de género online’ (VG) para referirse a “una variedad de comportamientos dañinos cometidos mediante el uso de la tecnología, como medio para hacer cumplir las normas de género”. Investigaciones previas, han identificado diversos tipos de violencia de género, tales como:

  • El acoso sexual digital: cualquier comportamiento no deseado de naturaleza sexual perpetrado a través de la tecnología. Este es un problema de género debido a los estereotipos de género sexualizados de las mujeres como objetos de consumo de los hombres. Esta forma de violencia incluye comentarios, preguntas o imágenes (fotografías o vídeos) íntimos y sexuales no deseados dirigidos a la víctima sin su deseo o consentimiento.
  • La violencia basada en la apariencia física: se definen así las conductas dañinas relacionadas con la apariencia de la víctima basadas en normas de belleza de género (p. ej., las mujeres tienen que ser delgadas y atractivas, los hombres tienen que ser fuertes). Esta forma de violencia incluye el envío de mensajes crueles a la víctima sobre su apariencia física, comentarios irrespetuosos sobre el cuerpo de una mujer o críticas contra un hombre por no ser físicamente fuerte.
  • La violencia basada en los roles de género: forma de violencia perpetrada contra una persona por realizar conductas que se asignan socialmente a otro género. Se basa en normas de roles de género que establecen ciertos rasgos y ocupaciones ideales para los hombres y otros para las mujeres. Este tipo de violencia puede incluir insultos a mujeres que realizan actividades que normalmente se consideran masculinas, burlas a hombres que realizan actividades que normalmente se consideran femeninas, o violencia hacia personas que no se ajustan a las normas de género (p. ej., no ser heterosexuales o cisgénero).
  • La violencia antifeminista: se define así a cualquier comportamiento dañino dirigido a personas que expresan una perspectiva o identidad feminista (esto es, fomentar el fin de la violencia de género y promover la igualdad de género en la sociedad). El feminismo puede ser percibido como una amenaza al status quo o al concepto imperante de masculinidad por aquellas personas que tienen una adhesión rígida a las normas de género tradicionales. Los estereotipos que retratan a las feministas como no conformes con los roles de género asignados pueden contribuir a percepciones negativas sobre ellas. Algunos ejemplos este tipo de violencia son: acoso; amenazas psicológicas y sexuales; difamación; incitación al abuso; y mensajes de odio.

Según la literatura al respecto, la victimización por violencia de género se ha relacionado con un peor bienestar psicológico. Debido a la naturaleza permanente de algunas formas de violencia digital y al hecho de que la agresión puede ser presenciada por muchos observadores, las consecuencias negativas de las agresiones online pueden verse acentuadas y prolongando la angustia de la víctima.

Teniendo en cuenta que, hasta la fecha, la mayoría de las investigaciones sobre algunos tipos de violencia de género se han analizado a través del contenido online (por ejemplo, tuits, comentarios de YouTube, etc.), todavía no se conocen las consecuencias psicológicas que pueden estar relacionadas con la victimización.

Dado lo expuesto, el propósito del presente estudio es abordar las lagunas en la literatura y ampliar los conocimientos actuales sobre las distintas formas de violencia online, examinando su prevalencia, las diferencias de género y edad, así como los resultados psicológicos (ansiedad, depresión y autoestima) asociados a la victimización y si esta relación varía en función del género y la edad de la víctima.

Para tal fin, sus investigadores/as han contado con una muestra de 2.471 participantes de 18 a 79 años, que completaron medidas de autoinforme, tales como, cuestionarios sociodemográficos, escalas de victimización, subescalas de acoso sexual digital o escalas de resultados psicológicos.

El 82,5% de los/as participantes del estudio han experimentado al menos una forma de violencia de género online en el último año

Los datos del análisis revelan que el 82,6% de los y las participantes han experimentado al menos una forma de violencia de género online en los últimos 12 meses, siendo la forma más frecuente el acoso sexual digital (66,7%), seguido de la violencia basada en la apariencia física (60,7%), la violencia antifeminista (60,7%) y la violencia basada en roles de género (25,4%).

En cuanto a las diferencias de género, la prevalencia de victimización total es significativamente mayor entre las mujeres (88%), en comparación con los hombres (68,6%), así como en entre los adultos más jóvenes.

Con respecto a la edad, la prevalencia total de victimización por violencia sexual facilitada por la tecnología es más común en el grupo de 18 a 24 años (87,4%), que en el grupo de 35 a 44 años (78%) o el grupo de > 45 años (51,4%).

En lo referente a la relación entre la victimización por violencia de género y los resultados psicológicos y sociales, los hallazgos revelan que ser víctima de cualquier tipo de violencia se relaciona con un peor ajuste psicológico, especialmente, entre participantes más jóvenes y mujeres. En este sentido, los resultados revelan relaciones significativas entre las diferentes formas de violencia de género con la ansiedad, la depresión y la autoestima, observándose una correlación más baja entre la violencia basada en roles de género y la autoestima, y una correlación más alta entre la violencia basada en el antifeminismo y la ansiedad.

Las diferentes formas de violencia de género se relacionan significativamente con la ansiedad, la depresión y la autoestima

El análisis indica también que la victimización por acoso sexual digital se relaciona con niveles más altos de ansiedad y que la victimización basada en la apariencia física predice niveles más bajos de autoestima junto con niveles más altos de ansiedad y depresión. Ambos tipos de violencia junto con la violencia antifeminista, son problemas de género que experimentan significativamente más mujeres que hombres.

Por otro lado, del análisis de la asociación entre el género y las formas de violencia de género se desprende una interacción significativa entre la violencia basada en roles de género y el género de los participantes. En concreto, se detecta que la relación entre la transgresión de roles de género y la ansiedad es más fuerte para los hombres que para las mujeres. A juicio de los/as investigadores, esto sugiere que “los roles femeninos están asociados con un mayor componente negativo, y cuando estos roles son desempeñados por hombres, el estigma social es mayor”.

Asimismo, si bien la violencia de género prevalece en todos los grupos de edad, parece afectar especialmente a las personas adultas más jóvenes (18-34 años), un patrón que aparece de forma consistente en ciertas formas de violencia de género. Por ejemplo, las personas de 18 a 24 años experimentan más violencia que las de 35 a 45 años y las personas mayores de 45 años, en el caso de la violencia basada en la apariencia física (66,1% frente al 51,9% y el 30,8%, respectivamente) y el acoso sexual digital (74,2% frente al 54,3% y el 32,7%).

Se observa que el grupo de edad de 24 a 34 años es el que experimenta niveles significativamente más altos de violencia, en comparación con el grupo de edad de más de 45 años, en relación con la violencia basada en los roles de género (31,8% frente al 10,3%) y la violencia antifeminista (66,6% frente al 29,9%). Para los autores, estos resultados pueden explicarse por el mayor uso de Internet entre los/as adultos/as jóvenes o por el hecho de que los perpetradores pueden percibirlos como víctimas más vulnerables y adecuadas (por ejemplo, mujeres jóvenes para el acoso sexual digital).

El estudio concluye indicando que sus hallazgos evidencian que la violencia de género online constituye actualmente un problema prevalente, por lo que ponen de relieve la importancia de desarrollar programas de intervención y de prevención, que “protejan a las potenciales víctimas y hagan del entorno online un espacio más seguro para personas de todos los género e identidades”.

De igual modo, los resultados subrayan la trascendencia de concienciar a los y las profesionales sanitarios/as sobre los impactos de la violencia de género en el hogar y podrían ayudar a diseñar estrategias para gestionar eficazmente sus posibles consecuencias.

Se puede acceder al estudio completo desde la página Web de Psicothema o bien directamente aquí:

Martínez-Bacaicoa, J., Henry, N., Mateos-Pérez, E., & Gámez-Guadix, M. (2024). Online gendered violence victimization among adults: Prevalence, predictors and psychological outcomes. Psicothema, 36(3), 247-256.

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