A continuación, presentamos algunas de las principales conclusiones del informe ESTUDES 2021: En 2021 se ha reducido el consumo de todas las sustancias psicoactivas entre los y las estudiantes de 14-18 años, excepto el consumo de hipnosedantes. El consumo de todas las drogas ilegales está más extendido entre los hombres que entre las mujeres. Por el contrario, el consumo de drogas legales como tabaco, alcohol o hipnosedantes está más extendido entre las mujeres. La edad media de inicio en el consumo de las drogas legales es menor que para las drogas ilegales. Los hipnosedantes con o sin receta, el tabaco y el alcohol se caracterizan por un inicio de consumo más temprano, situándose entre los entre los 14,0 y los 14,4 años. La prevalencia de consumo de estas drogas aumenta de forma directamente proporcional con la edad de los y las estudiantes. El alcohol continúa siendo la sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo entre los y las estudiantes de 14 a 18 años (pese a haber experimentado un descenso en el consumo respecto a 2019, en toda la serie histórica): el 73,9% de los jóvenes reconoce haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida; el 70,5% lo ha hecho en el último año y el 53,6% durante el último mes.
La prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas es mayor en las mujeres que en los hombres en todos los grupos de edad y en todos los tramos temporales analizados, alcanzando la mayor diferencia por sexo en 2021. Con respecto al consumo intensivo, el 27,9% de los y las estudiantes revela que ha consumido alcohol en forma de atracón (binge drinking) y el 23% se ha emborrachado durante el último mes, si bien estos porcentajes han disminuido ligeramente en comparación con el año 2019. Asimismo, el 41,1% de los estudiantes indica que ha realizado botellón en el último año. Los principales lugares para el consumo de bebidas alcohólicas son las viviendas particulares de otras personas (en el 56,2% de los casos), seguido en menor medida por los bares o pubs (47,4%) y los espacios públicos abiertos como calles, plazas, parques o playas (46,2%). Casi el 60% de los y las jóvenes de entre 14 y 18 años compran/consiguen directamente el alcohol, mientras que el 47,6% lo hace a través de otras personas de 18 años o mayores. El principal motivo de consumo es la diversión. En un porcentaje inferior se menciona el agrado de la sensación que les deja y el hecho de que les sirve de ayuda cuando están deprimidos/as. Estos motivos son mencionados especialmente por las chicas.
El tabaco es la segunda sustancia más consumida por los y las jóvenes. El 38,2% de los alumnos y las alumnas manifiesta haber fumado tabaco alguna vez en la vida, el 30,7% en los últimos 12 meses, el 23,9% en el último mes y el 9,0% diariamente. En relación con el consumo de hipnosedantes (con o sin receta médica), el 19,6% de los y las jóvenes de 14 a 18 años afirma haberlos alguna vez en la vida, el 13,6% en el último año y el 7,5% durante los últimos 30 días. Esta prevalencia de consumo es mayor en las mujeres en todos los tramos temporales y en todos los grupos de edad.
A diferencia del alcohol y el tabaco donde se ha registrado un descenso en la prevalencia de consumo, en el caso de los hipnosedantes con o sin receta se observa una tendencia ascendente en todos los tramos temporales desde el inicio de la serie histórica, registrando los valores más altos desde que se monitoriza este indicador. Concretamente, se registran las cifras más altas de toda la serie histórica en el consumo de hipnosedantes sin receta: el 10,3% de los y las estudiantes los ha consumido alguna vez en la vida, el 7,2% en el último año (9,4% en chicas y 5,1% en chicos) y el 3,6% en el último mes.
En lo referente a las sustancias psicoactivas ilegales, el cannabis se sitúa como la tercera sustancia psicoactiva más consumida por los estudiantes de 14 a 18 años (tras el alcohol y el tabaco) y la primera en la categoría de drogas ilegales. El 28,6% de los y las estudiantes de 14 a 18 años reconoce haber consumido cannabis alguna vez en su vida, el 22,2% durante los últimos 12 meses y el 14,9% en el último mes. De acuerdo con el informe, estos resultados suponen una ruptura en la tendencia ascendente que venía registrándose desde 2016.
El informe advierte de los riesgos del consumo de cannabis, asociándose con diversos efectos adversos en salud entre los que destacan el incremento del riesgo de consumo de otras drogas y adicciones, y los problemas de salud mental. Alerta también de las reacciones agudas de la esfera cognitivo emocional, incluyendo ansiedad y problemas de atención que se asocian con un incremento del riesgo de accidentes. En la misma línea, la evidencia señala una relación entre el consumo de cannabis y enfermedades respiratorias (incluido el asma) y efectos cardiovasculares agudos (por ej., infarto de miocardio e ictus) y con un aumento del riesgo de presentar trastornos del comportamiento y psicosis. Concretamente este riesgo aumenta de forma directamente proporcional con la frecuencia del consumo y la potencia del cannabis utilizado, y de forma inversamente proporcional a la edad de inicio de consumo, siendo cuatro veces mayor si se comienza a los 15 años (media de edad actual en España) que si se hace a los 26. Los autores del informe inciden en la trascendencia de conocer el uso problemático de cannabis, recordando que se estima que, hasta el 8% de la incidencia de esquizofrenia en la población podría estar relacionada con el consumo de cannabis en jóvenes y que se ha evidenciado que su consumo de manera únicamente puntual puede producir cambios estructurales y cognitivos en el cerebro de los adolescentes. El éxtasis es, después del cannabis, la droga ilegal con mayor prevalencia de consumo en los estudiantes de enseñanzas secundarias (El 3,1% admite haber tomado éxtasis en alguna ocasión, el 1,8% en los últimos 12 meses y el 0,6% en el último mes), adelantando por primera vez a la cocaína, que presenta una prevalencia de consumo descendente desde 2004 (En 2021, el 2,7% la ha consumido alguna vez en la vida, el 2,1% en el último año y el 0,6% en el último mes). Se detectan variaciones en las edades medias en las que se comienzan a consumir estas sustancias: 14,9 años en el caso de cannabis, 15,4 años en el éxtasis y 15,3 años en la cocaína. El resto de las drogas ilegales presenta una prevalencia de consumo inferior al 2%.
El 6,5% de los alumnos y las alumnas revelan que, en algún momento de su vida, han consumido sustancias estimulantes para mejorar el rendimiento en el estudio sin que se lo haya recetado un médico (6,9% chicas frente a 6,2% chicos). A mayor edad y nivel académico, se detecta un mayor consumo de este tipo de sustancias psicoactivas.
De acuerdo con el informe, las drogas psicoestimulantes más consumidas por los/as estudiantes son la cocaína (22,2%), seguido por las anfetaminas (17,8%) y el metilfenidato (17,2%). Si bien esta preferencia no ha cambiado respecto a la edición pasada, su consumo sí ha descendido levemente. Por el contrario, la droga que refleja un mayor aumento en su prevalencia es el piracetam y aniracetam.
La percepción de riesgo ante conductas de consumo es casi absoluta al hacer referencia al consumo habitual de sustancias como la heroína (97,0%), la cocaína en polvo (96,8%) o el éxtasis (96,7%). Prácticas más extendidas socialmente, como fumar un paquete diario de tabaco (el 93,9% cree que fumar tabaco diariamente está relacionado con bastantes o muchos problemas para la salud) o tomar 5 o 6 bebidas alcohólicas durante el fin de semana (75,7%) también son percibidas como peligrosas. Desde el año 2010 continúa considerándose el consumo de tabaco como más peligroso que el consumo de cannabis. Asimismo, el 88,6% de los/as jóvenes opinan que el consumo habitual de hipnosedantes puede desencadenar bastantes problemas. Por otro lado, más del 90% de los y las jóvenes considera que podrían conseguir alcohol o tabaco de una forma relativamente fácil. De las drogas ilegales, el cannabis presenta una mayor percepción de disponibilidad asociada. Según el informe, el entorno social es clave a la hora de entender el fenómeno del consumo de drogas entre los/as alumnos/as de 14 a 18 años.
La correlación entre la frecuencia de salidas nocturnas y el consumo de las principales sustancias psicoactivas legales e ilegales (alcohol, tabaco, cannabis, cocaína) en el último año es evidente: hay un aumento en el consumo de estas sustancias cuanto mayor es la frecuencia de salidas nocturnas de los alumnos de 14 a 18 años. La prevalencia de consumo de estas sustancias así como el policonsumo están altamente relacionados con el horario de regreso a casa de los alumnos durante las salidas nocturnas.
Los datos muestran que, en comparación con la media total de alumnos, aquellos/as que consumen sustancias psicoactivas (legales y/o ilegales) tienen un peor rendimiento académico, tanto a nivel de notas como de repetición de curso. Además del impacto negativo en el rendimiento académico, el consumo de drogas influye en la frecuencia de faltas de asistencia en el último mes, en las dificultades para concentrarse en clase o en el número de expulsiones del centro escolar. Las principales consecuencias negativas del consumo de drogas son los accidentes relacionados con vehículos de motor, conflictos importantes con padres o hermanos, la incapacidad de recordar lo sucedido la noche anterior después de haber salido, tener resaca, haber tenido relaciones sexuales sin preservativo o sufrir bullying (a través de Internet u otros medios). La educación en el ámbito escolar (96,3%), el tratamiento voluntario a consumidores (94,9%) y el control policial y aduanero (92,4%), son las medidas más señaladas por los y las estudiantes como efectivas para paliar el problema de las drogas. La legalización del cannabis y de las drogas en general se considera una medida menos eficaz en la lucha contra esta problemática. Respecto a las adicciones comportamentales, se registra un incremento del uso compulsivo de Internet en 2021 (23,5% frente al 20% en 2019) en ambos sexos y en todos los tramos de edad, con mayor aumento de la prevalencia entre las chicas (28,8% en comparación con el 18,4% de los chicos) y en edades más tempranas.
Aumenta también el uso de videojuegos entre los y las estudiantes: el 85,1% ha jugado en el último año (96,9 % chicos y 73,0 % chicas) y el 7,1% de los estudiantes de 14 a 18 años presenta una posible adicción a los videojuegos. En relación con el juego con dinero online, el 9,4% ha jugado en el último año (el 15,0 % chicos y el 3,8 % chicas), mientras que un 17,2% (22,7 % chicos y 11,6 % chicas) lo ha hecho de manera presencial. Si bien se observa un descenso al 3,4% en el porcentaje de estudiantes con un posible juego problemático, la cifra de estudiantes que han realizado un posible juego patológico es de 58.800.
Se puede acceder al informe desde la página Web del PNSD, o bien directamente a través del siguiente enlace: Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (ESTUDES), 1994-2021 |