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Los teléfonos móviles nos han cambiado la vida. A través de sus aplicaciones obtenemos respuestas rápidas a nuestras dudas, estamos en contacto con familiares y amigos, dejamos que el tiempo se nos escape sumergidos en las redes sociales Incluso nos mantenemos en forma con aplicaciones de entrenamiento y por qué no, hacemos terapia psicológica. Si buscamos una aplicación para un trastorno psicológico en la tienda de aplicaciones móviles de Google (Google Play Store) solo cuatro de cada 10 resultados nos parecerán útiles. Eso si sabemos inglés, si no solo serán la mitad. Además, alrededor del 50% de las aplicaciones útiles que encontremos serán de autoayuda y sin supervisión (quizá alguna ofrezca un chat-bot). Si tenemos en cuenta las que permiten realizar un autodiagnóstico mediante la realización de algún cuestionario, tendríamos la oportunidad de autodiagnosticarnos, y comenzar un programa para poner solución a nuestra ansiedad, tristeza, depresión o falta de ánimo, sin mediar palabra con un psicólogo. |
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¿Y cuál es el problema de buscar ayuda en una aplicación móvil? Pues que la mayoría de las aplicaciones móviles disponibles en el mercado carecen de respaldo científico. ¿Y qué supone eso para el consumidor? Un riesgo alto de utilizar una herramienta o servicio que le dé pautas de comportamiento que en lugar de ayudarle le perjudiquen. El bienestar psicológico no es un juego Según los resultados del análisis que llevamos a cabo (Cubillo-Leivas et al., 2022), buscar ayuda en una aplicación móvil descargada de la Google Play Store, sin el apoyo o supervisión de un psicólogo colegiado es un riesgo. Del total de 1000 aplicaciones revisadas, solo 337 tenían relación con el tema objetivo de la búsqueda, y de ellas solo el 10% mencionaba haber basado el programa en técnicas que hubieran demostrado ser eficaces en investigaciones previas. De hecho, casi el 70% ni siquiera indicaban el origen de la información que ofrecían. Esta oferta de baja calidad de aplicaciones móviles telepsicológicas es algo generalizado en todo el mundo. En revisiones de países de habla inglesa se han encontrado también muchas aplicaciones sin base científica, con contenidos de origen incierto, y recomendaciones basadas en experiencias personales de los desarrolladores de la aplicación. Entre las posibles causas se podría destacar la juventud del sector. En poco más de diez años (Google Play lanzó la tienda de aplicaciones en 2009) hemos pasado de no disponer de aplicaciones móviles a dedicarles casi tres horas al día. Como sector joven es posible que se vea dominado por el voluntarismo ingenuo, el oportunismo narcisista y los intereses económicos. Desarrollar un tratamiento psicológico es un proceso lento. La ética científica exige validar el tratamiento en muestras de sujetos controladas antes de aplicarlo de forma generalizada. Sin embargo, el desarrollo de software está ligado a procesos más rápidos. Esto genera aplicaciones móviles en el mercado sin respaldo científico, y proyectos científicos abandonados por carencias de desarrollo (Guo et al., 2020). Otro de los factores importantes son las regulaciones y su aplicación. A pesar de que ya existen regulaciones que afectan al sector, se aprecia mucha laxitud y desconocimiento en su aplicación. Así, pese a que cualquier aplicación que ofrezca «diagnóstico, prevención, seguimiento, pronóstico, tratamiento o alivio de una enfermedad» debiera ser catalogada como producto sanitario tal y como recoge el artículo 2 del Reglamento Europeo 2017/745 (Diario Oficial de la Unión Europea, 2017), es raro encontrar alguna que cuente con este distintivo. Pero no todo es malo. Las aplicaciones móviles facilitan el acceso al tratamiento psicológico venciendo barreras de accesibilidad, económicas e incluso permitiendo llegar a grupos de personas que son reacias al tratamiento psicológico convencional cara a cara. La telepsicología al fin y al cabo no es algo nuevo, a pesar de que las aplicaciones móviles llegaran a nuestras vidas hace poco. Solo decir que la primera investigación publicada que empleaba el tratamiento a distancia valiéndose de la tecnología (la televisión en aquel caso) es de 1972 (Wittson y Benschoter, 1972). En un intento de ayudar al consumidor a la hora de seleccionar aplicaciones de salud han surgido iniciativas privadas y gubernamentales que tratan de filtrar y seleccionar las mejores alternativas. En la web del Centro Europeo de Conocimiento e Innovación en Salud Móvil (https://mhealth-hub.org/health-apps-repositories-in-europe) podemos encontrar los repositorios de aplicaciones móviles de salud de algunas iniciativas europeas. Sin embargo, algunos de estos listados están limitados y no se encuentran actualizados. Por ello, a aquellos que quieran dar una oportunidad a las aplicaciones móviles telepsicológicas solo les pedimos que a la hora de elegir una app no se dejen guiar por el número de descargas, las valoraciones, los comentarios, o un diseño atractivo. Si una aplicación cuenta con una descripción burda, o proclama la inmediatez de sus problemas, duden de ella. Si no hace referencia al tipo de técnica o terapia que emplea, está basada en alguna pseudoterapia, o en la experiencia personal de un afectado, desconfíen de ella. Si no cuenta con una política clara de protección de datos, o referencia alguna a la confidencialidad, no compartan sus miedos a través de ella. Y si la app le ofrece prevenir, gestionar, aliviar o superar su problema, y la aplicación no cuenta con investigación que avale ese tratamiento, no la descargue. La salud mental no es un juego, y como tal solo se deberían utilizar aplicaciones móviles que cuenten con evidencia, y ofrezcan el apoyo y supervisión de un profesional acreditado para ello. El artículo completo puede encontrarse en: Cubillo-Leivas, A. M., Olivares-Olivares, P. J., & Rosa-Alcázar, Á. (2022). Telepsychological Mobile Applications in the Spanish Android Market. Psicothema, 34(4), 498-507. Referencias Cubillo-Leivas, A. M., Olivares-Olivares, P. J., & Rosa-Alcázar, Á. (2022). Telepsychological Mobile Applications in the Spanish Android Market. Psicothema, 34(4), 498507. Diario Oficial de la Unión Europea. (2017). Reglamento (UE) 2017/745 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de abril de 2017 sobre los productos sanitarios, por el que se modifican la Directiva 2001/83/CE, el Reglamento (CE) n.o 178/2002 y el Reglamento (CE) n.o 1223/2009 y por el que se derogan las Directivas 90/385/CEE y 93/42/CEE del Consejo. Guo, C., Ashrafian, H., Ghafur, S., Fontana, G., Gardner, C., & Prime, M. (2020). Challenges for the evaluation of digital health solutionsA call for innovative evidence generation approaches. Npj Digital Medicine, 3(1). Wittson, C. L., & Benschoter, R. (1972). Two-Way Television: Helping the Medical Center Reach Out. American Journal of Psychiatry, 129(5), 624627.
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