Un estudio, publicado en la revista Journal of Traumatic Stress, ha analizado las repercusiones de la violencia sexual en la salud para personas LGBTQ+.
Según aclaran los autores, la investigación actual evidencia la desproporcionada incidencia de violencia sexual en personas LGBTQ+. Esta mayor exposición a violencia sexual aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de estrés postraumático (TEPT) y trastornos mentales. Sin embargo, la escasa exploración de vulnerabilidades específicas en sobrevivientes de agresión sexual LGBTQ+ y su relación con la psicopatología tras la agresión sexual muestra una escasa atención la literatura científica.
Para ello, los autores se plantearon examinar las asociaciones entre las experiencias de estrés y la psicopatología posterior a una agresión sexual en personas LGBTQ+. La muestra incluyó a 92 individuos que completaron medidas de autoinforme. La evaluación tenía como objetivo determinar la relación entre orientación sexual, modalidad de género y consecuencias psicológicas de la agresión sexual.
Los resultados revelaron diferencias significativas en el estigma internalizado, la conexión comunitaria, el consumo de alcohol y el consumo de cannabis entre los grupos de orientación sexual y modalidad de género.
Así, el estigma internalizado se destacó como un factor asociado con la gravedad del consumo de cannabis. Esto sugiere la necesidad de intervenciones específicas para abordar esta dimensión en la recuperación de los sobrevivientes, según los autores. Por otro lado, la conexión con la comunidad mostró ser un factor protector, asociándose con una menor gravedad de los síntomas de ansiedad. De acuerdo con los autores, estos resultados enfatizan la importancia de mejorar las redes de apoyo y la conexión social en el proceso de recuperación.
Además, los análisis de regresión revelaron asociaciones significativas entre las experiencias de violencia y victimización y una mayor gravedad de TEPT, ansiedad y consumo de sustancias, especialmente alcohol. De esta manera, los resultados subrayan la importancia de abordar no solo la violencia sexual en sí misma, sino también las experiencias adicionales de estrés que contribuyen significativamente al aumento del sufrimiento psicológico tras una agresión sexual.
En definitiva, según los autores, estos hallazgos indican la complejidad y diversidad de experiencias dentro de la comunidad LGBTQ+. Asimismo, resaltan la necesidad de enfoques individualizados en la investigación y el tratamiento.
Aunque se requiere un trabajo longitudinal para comprender completamente la evolución de estas relaciones, los hallazgos ofrecen importantes consideraciones para futuros enfoques de tratamiento. Según los autores, la adaptación de intervenciones específicas para sobrevivientes LGBTQ+ de agresiones sexuales se presenta como un imperativo, reconociendo las complejas interacciones entre estrés de minorías y psicopatología después de la agresión. Los resultados resultan de especial interés para la práctica clínica, pero también abren nuevas vías para investigaciones futuras que aborden de manera más integral las experiencias de trauma en la comunidad LGBTQ+.
Fuente:
Bedford, C. E., Trotter, A. M., Potter, M., & Schmidt, N. B. (2023). Minority stress and mental health in lesbian, gay, bisexual, transgender, and queer survivors of sexual assault. Journal of Traumatic Stress.