El alcohol es un agente teratogénico y puede causar daño permanente en el feto si se consume durante el embarazo, dado que atraviesa la placenta con gran rapidez, dejándolo expuesto a las mismas concentraciones de alcohol o incluso superiores que las de la madre. Esto puede ocasionar una amplia variedad de daños sobre el desarrollo del feto, desde leves hasta graves y crónicos, con repercusiones a nivel físico, del comportamiento e intelectuales, denominados ‘Trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF)’, y siendo su manifestación más extrema el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).
Así define el Ministerio de Sanidad esta problemática que, según afirma, es 100% prevenible, por lo que considera crucial prevenir la exposición al alcohol durante el embarazo.
La importancia de prevenir el consumo de alcohol en la etapa perinatal ha sido expuesta también por el Grupo de Trabajo para la prevención del consumo de alcohol de la Comisión de Salud Pública, en el marco de la 7ª Conferencia Internacional de la Alianza Europea frente al Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) (European FASD Alliance, EUFASD), un encuentro organizado con el apoyo del Ministerio de Sanidad, con el fin de impulsar la prevención del consumo de alcohol en el embarazo y del TEAF tanto a nivel internacional, como nacional y local, reforzando la importancia de trabajar de manera conjunta e intersectorial.
Con motivo de esta Conferencia, el Grupo ha recogido en un documento una serie de prioridades y acciones clave para potenciar esta prevención, solicitando la colaboración “de todas las personas e instituciones implicadas, incluyendo la ciudadanía, entidades del tercer sector, profesionales del mundo académico, de la investigación y del sistema nacional de salud, los medios de comunicación, y otras entidades relevantes, así como autoridades y gobiernos nacionales, autonómicos y locales”, a colaborar con ellas.
A continuación resumimos las recomendaciones expuestas en el documento:
1. Reconocer como una prioridad de salud pública la prevención de la exposición al alcohol en el embarazo y del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal
No existe ningún consumo de alcohol seguro durante la gestación. Es fundamental apoyar y priorizar la prevención de la exposición al alcohol en el embarazo, el diagnóstico precoz del TEAF y el apoyo a las personas afectadas y sus familias en las agendas nacional, regional y local, junto con la promoción de la participación social, así como facilitar el intercambio de conocimiento e innovación en redes locales, regionales, nacionales e internacionales.
2. Priorizar la promoción de la salud y prevención del consumo de alcohol para mejorar el bienestar de la gestante, sus hijos e hijas, involucrando a la pareja y las personas de su entorno
Con el fin de optimizar la salud y el bienestar de las gestantes y sus hijos e hijas, es clave reducir y dejar de consumir alcohol en el periodo pre-concepcional, durante la gestación, el posparto y la lactancia materna.
Es esencial comprender la influencia de los determinantes sociales (contexto socio-económico, cultural, acceso a la atención en salud y prenatal, etc.) y comerciales de la salud en el consumo de alcohol y cómo influyen en el aumento o reducción del riesgo de exposición perinatal al alcohol. En la misma línea, el documento considera fundamental la promoción de entornos “en los que se puedan planificar y desarrollar embarazos libres de alcohol y seguros para la infancia, con un enfoque intersectorial, incluido el derecho a recibir información precisa sobre los riesgos del consumo de alcohol y otras drogas, antes y durante la gestación”, así como la incorporación de advertencias de salud en el etiquetado de las bebidas alcohólicas. Todo ello, con la correspondiente legislación.
3. Garantizar el acceso a servicios de prevención y abordaje del consumo de alcohol para prevenir la exposición al alcohol en el embarazo y reducir los daños asociados
Según señala el Grupo de Trabajo, los servicios de salud deben ofrecer estrategias multicomponente que incluyan el cribado del consumo de alcohol e intervención breve a todas las personas en edad fértil (periodo pre-concepcional), durante la gestación, puerperio, post-nacimiento y lactancia materna, incluyendo aquí la detección temprana de otros riesgos psicológicos y sociales (como la violencia de género) que pueden llevar a la exposición al alcohol y otras drogas en el embarazo y desarrollar intervenciones, que incluyan a sus posibles parejas y entorno, si procede.
Es crucial que las intervenciones sean “individualizadas, integrales y sensibles al género, incluyendo un abordaje multidisciplinar”, donde participen activamente todos y todas los/as profesionales.
En los casos en que la gestante no puede reducir o abstenerse del consumo de alcohol, es necesario considerar estrategias de reducción de daños, ayudando a minimizarlos y “permitiendo que se desarrollen conexiones entre las gestantes y los servicios sociales y de salud”.
Ante la exposición al alcohol durante el embarazo, es trascendental la coordinación adecuada del seguimiento precoz de los niños y las niñas expuestos/as, garantizando una intervención temprana y el apoyo tanto éstos/as como a sus familias.
El documento subraya la importancia de una colaboración entre el seguimiento obstétrico, los servicios de tratamiento especializado de atención a las adicciones, los servicios de salud mental (especialmente en el periodo perinatal) y los servicios sociales, junto con otros recursos socio-comunitarios, para así poder brindar servicios integrales, con una continuidad de la atención y mayor accesibilidad para aquellos grupos en situación de vulnerabilidad.
Precisamente, con respecto al ámbito de la salud mental, la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Society, APA), afirma que “los/as psicólogos/as tienen un papel importante que desempeñar en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento del TEAF”.
4. Proteger frente a la discriminación y estigmatización a las gestantes y lactantes con consumo de alcohol, así como a sus familias
Se recomienda ofrecer intervenciones de prevención y tratamiento a las gestantes y lactantes, “evitando la estigmatización, la discriminación, la marginación, y promoviendo el apoyo familiar, comunitario y social, así como la inclusión social, fomentando vínculos sólidos con los servicios de cuidados, empleo, educación, vivienda y otros servicios pertinentes disponibles”.
Dado que la discriminación y estigmatización en el sistema sanitario, y con sus profesionales, son barreras que pueden dificultar el acceso a los servicios, es esencial eliminarlas. En la misma línea, es importante informar sobre los riesgos del consumo y los beneficios del tratamiento, evitando la crítica y el estigma, y de forma adaptada a la edad, la cultura y las diferencias lingüísticas.
Los autores del documento consideran necesario también “tratar con sensibilidad toda la información sanitaria privada, especialmente aquella que pueda generar angustia (por ejemplo, violencia de género o autolesión)”.
Se puede acceder al documento completo desde la página Web del Ministerio de Sanidad, o bien directamente aquí: