Un estudio a gran escala, publicado en la revista JAMA Psychiatry, ha identificado cinco diferentes perfiles de riesgo de suicidio. Los autores proporcionan recomendaciones para mejorar la detección y el tratamiento de las personas en riesgo, así como fortalecer las estrategias de prevención en suicidio.
La necesidad de identificar factores de riesgo de suicidio
Según se indica en el artículo, las tasas de suicidio van en aumento. Tan sólo en Estados Unidos se ha registrado un incremento de un 35.6% desde el año 2001 hasta el año 2021. Dado que la mayoría de las personas que se suicidan lo hacen en su primer intento, los autores resaltan la importancia de detectar los signos tempranos de suicidio y de intervenir de manera oportuna para prevenir este tipo de conductas. En esta línea, reconocen que entender los factores de riesgo que se pueden cambiar o modificar es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención del suicidio.
Objetivo y metodología
Por tanto, el objetivo del estudio fue identificar perfiles de riesgo de suicidio, así como los signos asociados de intención suicida y patrones de riesgos modificables en una amplia muestra.
Para ello, la metodología del estudio implicó un análisis transversal de una muestra de datos recopilados de la base de datos de acceso restringido del Sistema Nacional de Notificación de Muertes Violentas de EE.UU. Este análisis incluyó un total de 306.800 casos de personas que habían fallecido como resultado de suicidio durante el período comprendido entre 2003 y 2020.
Los investigadores utilizaron estos datos para identificar y categorizar diferentes perfiles de suicidio. Para ello, llevaron a cabo un análisis detallado de las características de cada caso, prestando especial atención a factores como los antecedentes de salud física y mental, el abuso de sustancias, la presencia de notas de suicidio y la revelación de intenciones suicidas, entre otros.
Principales resultados
Tras el análisis de todas las variables, los autores identificaron cinco perfiles distintos de personas que habían fallecido por suicidio.
Los perfiles identificados incluyeron, por orden de prevalencia de suicidio, los siguientes:
1. Individuos con problemas de salud física. Este es el perfil fue el más numeroso, representando el 31.7% de los casos de suicidio. Estas personas enfrentaban principalmente desafíos de salud física y tenían las tasas más bajas de revelar intención suicida y de dejar una nota de suicidio. Asimismo, presentaban las tasas más bajas de problemas de salud mental y de uso de medicamentos psicotrópicos. Además, se observó que este perfil incluía a un mayor porcentaje de adultos mayores, veteranos, viudas, personas con educación inferior a la secundaria y residentes rurales. (perfil de clase 4)
2. Personas con problemas de abuso de múltiples sustancias. Representan alrededor del 19.2% de los casos y están caracterizados por problemas de consumo de múltiples sustancias (perfil de clase 5)
3. Individuos en situaciones críticas, con problemas relacionados con el alcohol y la pareja. Constituyen alrededor del 18% de los casos. Estas personas experimentaron crisis, problemas relacionados con el alcohol y la pareja íntima (perfil de clase 3).
4. Personas con problemas de salud mental. Comprenden alrededor del 17.6% de los casos. Estas personas tenían problemas de salud mental previos al acto suicida (perfil de clase 2).
5. Personas con problemas comórbidos de salud mental y abuso de sustancias. Representan aproximadamente el 13.5% de los casos de muerte por suicidio y se caracteriza por trastornos mentales y de consumo de sustancias comórbidos (perfil de clase 1).
Implicaciones
Según indican los autores, los datos obtenidos en el estudio resaltan la complejidad del suicidio y la necesidad de implementar estrategias de prevención adaptadas a cada perfil identificado. En ese sentido, los autores destacan la importancia de mejorar la detección y el tratamiento de las enfermedades físicas, los problemas de salud mental y los trastornos de consumo de sustancias y el alcohol. Además, mencionan que la implementación de estrategias de restricción de medios desempeña un papel vital en la reducción de los riesgos de suicidio en la mayoría de los perfiles identificados, lo que subraya la necesidad de un enfoque multifacético en la prevención del suicidio.
Conviene destacar que el perfil de mayor riesgo de suicidio está conformado por personas con problemas de salud física, tales como enfermedades o dolor crónico. Además, se trata del grupo que presenta las tasas más bajas de revelar a otros sus intenciones suicidas o de dejar notas de suicidio. A este respecto, los autores alertan que este grupo supone un desafío adicional para la prevención del comportamiento suicida y la identificación temprana. Según indican, este «perfil de riesgo invisible caracterizado por problemas de salud física» subraya la necesidad de una atención más integral en los contextos sanitarios.
En resumen, los datos refuerzan la identificación temprana de riesgo de suicidio y la implementación de estrategias de prevención dirigidas específicamente a aquellos grupos que están en mayor riesgo. Así, los autores remarcan la necesidad de seguir alentando a los profesionales de la salud a evaluar el riesgo de suicidio, incluso en ausencia de manifestaciones evidentes de ideación suicida, especialmente en los dispositivos de atención primaria y los servicios de emergencia.
En esta línea, resulta esencial aumentar la concienciación sobre los factores de riesgo de suicidio, incluidos los problemas de salud física, y educar a los profesionales de la salud sobre la importancia de abordar estos factores en la evaluación y el tratamiento de pacientes en riesgo. De esta forma, el estudio ofrece información muy valiosa para orientar y mejorar las estrategias de prevención del suicidio.
Fuente:
Xiao Y, et al (2024). Decoding suicide decedent profiles and signs of suicidal intent using latent class analysis. JAMA Psychiatry; DOI: 10.1001/jamapsychiatry.2024.0171.