Cuando los resultados de las pruebas de detección sugieren riesgo de autismo, los niños y niñas suelen ser referidos para evaluaciones de diagnóstico formales integrales que confirmen el diagnóstico de trastorno del espectro del autismo (TEA). Pero, ¿cómo debe realizarse esta evaluación? ¿Qué dominios deben contemplarse? ¿Qué pruebas y aproximaciones se encuentran empíricamente validadas? Con el objetivo de resolver estas cuestiones, un grupo de expertos ha publicado un artículo en la revista Assessment.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un término que engloba a un grupo de trastornos del desarrollo neurológico que afectan la comunicación, la interacción social y el comportamiento de manera variable. Se le llama «espectro» porque los síntomas y la gravedad del trastorno pueden variar ampliamente de una persona a otra. Algunos individuos con TEA pueden tener dificultades significativas en el lenguaje y en la interacción social, mientras que otros pueden tener habilidades intelectuales excepcionales en áreas específicas.
Algunos de los síntomas comunes del TEA incluyen:
- Dificultades en la comunicación verbal y no verbal: Pueden tener dificultades para entender y usar el lenguaje, así como para interpretar las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
- Dificultades en la interacción social: Pueden tener dificultades para establecer relaciones sociales y para participar en actividades sociales.
- Patrones de comportamiento repetitivos o restrictivos: Pueden desarrollar intereses o actividades repetitivas y mostrar resistencia al cambio en su rutina.
- Sensibilidad sensorial: Algunas personas con TEA pueden tener sensibilidades aumentadas o disminuidas a estímulos sensoriales como luces, sonidos o texturas.
Es importante diagnosticar el TEA tempranamente por varias razones. En primer lugar, un diagnóstico temprano permite iniciar intervenciones y terapias específicas que pueden ayudar a mejorar las habilidades sociales, comunicativas y de comportamiento del menor. Además, un diagnóstico temprano facilita la implementación de programas educativos adaptados a las necesidades individuales del niño o niña. Estas adaptaciones son fundamentales para mejorar su rendimiento académico y su desarrollo. Finalmente, el diagnóstico temprano también brinda a las familias la oportunidad de buscar el apoyo necesario. Asimismo, permite a los familiares conectarse con asociaciones y grupos de padres en situaciones similares y recibir apoyo necesario.
Según indican los autores del artículo, es fundamental realizar una evaluación del TEA completa y basada en la evidencia. Las personas con TEA a menudo experimentan desafíos en otras áreas más allá de los dominios de los síntomas centrales del autismo, incluidos retrasos en el desarrollo o cognitivos, retrasos en el lenguaje, dificultades médicas y de salud mental concurrentes y problemas de comportamiento. En esta línea, se debe realizar una evaluación integral de todos estos dominios, para poder diseñar intervenciones especializadas y personalizadas para cada caso.
Asimismo, esta evaluación integral requiere obtener información de diferentes fuentes. Entre dichas fuentes se encuentran los cuidadores, los maestros y el propio niño o niñas. Además, se deben realizar observaciones directas por parte de un profesional entrenado, según advierten los expertos.
Habitualmente, el proceso de evaluación comienza con una entrevista estructurada o semiestructurada con el cuidador, donde se recopila información general y específica sobre el TEA. Esta información incluye hitos del desarrollo, antecedentes médicos y conductuales, preocupaciones actuales del cuidador, desafíos en la comunicación social, comportamientos e intereses restringidos y repetitivos, así como problemas de salud mental y comportamiento. Además de evaluar los síntomas relacionados con el TEA, también se deben examinar otras áreas del desarrollo, como habilidades cognitivas y adaptativas, para hacer diagnósticos diferenciales o evaluar posibles problemas concurrentes.
De esta manera, los expertos recomiendan la siguiente batería de instrumentos que debe incluir la evaluación diagnóstica integral del TEA:
- Entrevistas a cuidadores.
- Instrumentos de observación directa.
- Instrumentos de evaluación del desarrollo/cognitiva.
- Instrumentos de evaluación del funcionamiento intelectual.
- Instrumentos de evaluación del comportamiento adaptativo.
En el artículo, los autores identifican los instrumentos empíricamente validados disponibles para cada área del proceso de evaluación. El objetivo de la publicación es que los profesionales de la Psicología puedan llevar a cabo una evaluación basada en la evidencia en este ámbito.
Fuente:
Yu, Y., Ozonoff, S., & Miller, M. (2023). Assessment of Autism Spectrum Disorder. Assessment, 0(0). https://doi.org/10.1177/10731911231173089