De manera cada vez más precoz y debido al acceso gratuito a través de internet, los menores se exponen y acceden a contenidos pornográficos. Debido a que resulta imposible evitar este acceso, incluso con medidas de control parental, es fundamental que los padres y las madres adopten una actitud activa y aborden con los jóvenes los riesgos, mitos y problemas que puede generar el acceso a este tipo de contenidos. Con el objetivo de ayudar a los padres y madres en esta labor se ha publicado la guía POR NO hablar de relaciones afectivo-sexuales. La publicación, que ha sido editada por el Departamento de Igualdad del Ayuntamiento de Alicante y cuya autora es María Luisa Bernaldo De Quirós Fernández, se acompaña de una campaña que señala la necesidad urgente de aumentar la conciencia social sobre el problema del consumo de pornografía en jóvenes, que cada vez es mayor, y su relación con los comportamientos sexuales violentos. En concreto, tal y como se recoge en la guía, los estudios muestran que 8 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, estableciéndose el primer contacto con este tipo de contenidos entre los 8 y los 12 años. | ||||
Según expone la autora de la publicación, a pesar de que hemos pasado por una etapa en la que hablar de sexualidad era un tabú, sigue habiendo muchas familias que se ven impedidas para afrontar la nueva realidad que se les presenta. No tienen herramientas para trabajar con sus hijos e hijas y lógicamente tienen miedo de destapar el auténtico problema que supone el consumo masivo de pornografía, gratuito, sin control y a través de un teléfono móvil o tablet de cualquier chico o chica con acceso a Internet. En la guía se aclaran conceptos clave y términos para la comprensión de este problema, se ofrecen datos actuales sobre el consumo de pornografía entre la juventud y se abordan los mitos y realidades al respecto. Asimismo, la publicación proporciona pautas para abordar el tema del sexo y la pornografía en el contexto familiar. Tal y como se explica en la guía, los chicos que se exponen a contenidos pornográficos desde edades tempranas tienen mayor riesgo de desarrollar actitudes de normalización del acoso sexual y la violencia contra la mujer y de adoptar como verdaderos los mitos sobre la violación, justificando este tipo de conductas. Asimismo, se ha observado que estos menores se muestran menos empáticos con las víctimas de violación, su comportamiento suele ser más agresivo y tienden a presionar a sus parejas sexuales para la práctica del sexo al estilo porno. Además, el consumo de contenido pornográfico está asociado a problemas de disfunción eréctil, trastornos de ansiedad y depresión, baja autoestima, así como a un peor rendimiento académico y a dificultades en el establecimiento de relaciones íntimas. Se puede acceder a la guía en la Web del Ayuntamiento de Alicante y a través del siguiente enlace: |
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