En el marco del Día Mundial de la Salud Mental 2024, celebrado el pasado 10 de octubre, y bajo el lema ‘cumplir promesas y compromisos en materia de salud mental’, varias organizaciones europeas han lanzado una Declaración Conjunta a través de la cual piden a la Comisión Europea llevar a cabo acciones sustanciales para “dar forma a una Europa en la que la salud mental de todas las personas prospere a lo largo de su vida”.
La Declaración ha sido respaldada por más de 40 organizaciones (entre ellas, Mental Health Europe o la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos [European Federation of Psychologists’s Associations, EFPA]), y muchos eurodiputados se han sumado al llamamiento realizado en la misma, en favor de una Estrategia Europea de Salud Mental, así como de la creación de un Intergrupo sobre salud mental en el Parlamento Europeo.
Este Intergrupo estaría conformado por diputados europeos pertenecientes a todos los grupos políticos y de los Estados miembros de la UE, comprometidos con la promoción de la salud mental como un problema crítico de salud pública. El propósito es erigirse como plataforma para defender la salud mental en diversos sectores e impulsar iniciativas legislativas que promuevan la concienciación, la inversión y los servicios de apoyo en materia de salud mental en toda Europa.
Tal y como recuerdan los firmantes en esta Declaración Conjunta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en sus Orientaciones políticas 2024-2029, hace hincapié en la necesidad urgente de “intensificar nuestro trabajo en materia de salud preventiva, en particular en materia de salud mental”. Subraya la trascendencia de dar respuesta a las preocupaciones reales y legítimas de los europeos y europeas en torno a las inestabilidades e inseguridades a las que se enfrentan (incluidos el coste de la vida, la vivienda y la energía o las guerras, entre otras) y reconoce el impacto de estos cambios y crisis en la calidad de vida de la población. Asimismo, incide especialmente en la salud mental de los niños, las niñas y los/as jóvenes y promete acciones para abordar lo que ella considera “el mayor desafío de esta década”.
Estas promesas de la presidenta de la Comisión Europea se basan en los compromisos asumidos en los últimos años por varias instituciones de la UE, incluida la Comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental.
Teniendo en cuenta que nuestros sistemas actuales de salud mental no están suficientemente capacitados para abordar las crecientes necesidades de la población, la Declaración Conjunta considera estas iniciativas como un punto de partida, siendo fundamental “que se lleven a cabo de forma urgente más acciones, para priorizar la salud mental en toda Europa”.
Europa se enfrenta a una elección clara: abordar las preocupaciones de la población o contribuir aún más a los desafíos persistentes
Las organizaciones firmantes acogen con satisfacción las orientaciones políticas de la presidenta de la Comisión Europea y piden a todas las partes interesadas que trabajen juntas para traducirlas en acciones concretas. A este respecto, recuerdan, “Europa se enfrenta a una elección clara: abordar las preocupaciones de la población o contribuir aún más a los desafíos persistentes”. Esto último, advierten, “puede tener un coste para nuestras sociedades, economías y democracias”.
Atendiendo a lo expuesto, recogen en su Declaración una serie de recomendaciones dirigidas a la Comisión Europea, a los Estados Miembros y al Parlamento:
A la Comisión Europea
Desarrollar una estrategia europea integral sobre salud mental, con un calendario claro y un presupuesto adecuado, así como indicadores para supervisar y coordinar los avances a nivel europeo y de los Estados miembros.
Esta estrategia debe incluir las siguientes áreas prioritarias:
- Adoptar un enfoque de ‘salud mental en todas las políticas’, abordando los determinantes socioeconómicos y ambientales de la salud mental, en diferentes áreas de políticas dentro y fuera de la salud y con un fuerte enfoque en la prevención.
- Garantizar que nadie se quede atrás, reconociendo que algunos grupos de personas corren un riesgo especial de presentar una mala salud mental y además tienen menos probabilidades de acceder a un apoyo en salud mental personalizado, porque viven en situaciones de vulnerabilidad, sufren marginación estructural o debido a la discriminación interseccional.
- Luchar contra el estigma y la discriminación en materia de salud mental, promoviendo iniciativas de apoyo a la salud mental y campañas de comunicación en la UE a través de un Año Europeo de la Salud Mental.
- Garantizar que la transformación digital sitúe los derechos humanos en el centro y apoye a los/as niños/as y a todas las personas para que prosperen a lo largo de su vida. Es fundamental no atribuir la responsabilidad de mejorar los resultados en materia de salud mental exclusivamente a las personas o a las familias, sino abordar cuestiones estructurales, como el modelo de negocio y el diseño de los servicios y productos digitales y los desequilibrios de poder relacionados.
- Proponer una iniciativa legislativa, en consulta con los interlocutores sociales, sobre la gestión de los riesgos psicológicos y sociales y el bienestar laboral, con especial atención a los trabajadores y trabajadoras sanitarios/as y asistenciales.
- Garantizar la transición a una atención de salud mental comunitaria, accesible, asequible y basada en los derechos humanos, y contribuir a la desinstitucionalización.
- Presentar un enfoque integral y holístico para promover la buena salud mental en la infancia y la adolescencia (tanto online como offline), basándose en los compromisos asumidos en el marco de la Estrategia de la UE sobre los Derechos del Niño, la Garantía Infantil de la UE y la Estrategia de la UE para la Juventud. Reforzar también las medidas preventivas y los programas de intervención temprana.
- Adoptar un enfoque de co-creación al desarrollar políticas o prácticas relacionadas con la salud mental. Deben hacerse esfuerzos especiales para llegar a los grupos estructuralmente excluidos de los procesos de toma de decisiones.
- Financiar la investigación y la innovación en consonancia con un modelo psicológico y social de salud mental. Facilitar la identificación, la recopilación, la presentación de informes rutinarios y el uso de datos básicos de salud mental desglosados por raza, género, sexo, edad, discapacidades, orientación sexual, características sexuales, identidad de género y otros motivos para captar adecuadamente las cuestiones de interseccionalidad.
Recomendaciones a los Estados miembros:
Las organizaciones firmantes instan a los Estados miembros a elaborar planes de acción o estrategias en coordinación con la acción a nivel de la UE, con un enfoque intersectorial en materia de salud mental, que aborden no solo la salud, sino también el empleo, la educación, la digitalización y la inteligencia artificial, la cultura, el medio ambiente y los factores climáticos, entre otros, tal como se recomienda en las Conclusiones del Consejo Europeo sobre Salud Mental.
Que desarrollen servicios de salud mental basados en la comunidad y orientados a la recuperación, en consonancia con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Estrategia Europea sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Al Parlamento Europeo:
Que establezca un Intergrupo sobre salud mental, garantizando una estructura formal para fomentar los intercambios sobre salud mental entre los diferentes grupos políticos y fortalecer la colaboración entre los miembros y la sociedad civil.
Se puede acceder a la Declaración Conjunta desde la página Web de Mental Health Europe o bien directamente a través del siguiente enlace: