Un estudio muestra que los adultos de mediana edad en Estados Unidos muestran niveles significativamente más altos de soledad en comparación con los adultos europeos. El estudio sugiere que esta disparidad puede deberse, en parte, a lazos familiares más débiles y a una mayor desigualdad de ingresos en Estados Unidos. Los resultados han sido publicados en la revista American Psychologist.
Según indican los autores, la soledad se está reconociendo cada vez más a nivel mundial como un problema de salud pública. La soledad se ha asociado al aumento del riesgo de depresión, enfermedades autoinmunes, enfermedades crónicas y mortalidad prematura. Con el objetivo de conocer cómo afecta el problema de la soledad en diferentes países y a lo largo del tiempo, los investigadores llevaron a cabo un estudio a gran escala.
Para la realización del estudio, se examinaron datos de encuestas longitudinales, representativas a nivel nacional, de Estados Unidos y 13 países europeos. En total, se incluyó a más de 53.000 participantes de tres generaciones diferentes (la Generación Silenciosa, los baby boomers y la Generación X). Los datos se recopilaron de 2002 a 2020 e incluyeron únicamente respuestas de participantes entre 45 y 65 años.
Comparado con los adultos europeos, los adultos en EE.UU. informaron niveles significativamente más altos de soledad. Esta brecha se amplió al analizar las generaciones más jóvenes, que reportaron mayores niveles de soledad. Mientras que EE.UU. mostró incrementos consistentes en la soledad durante el período estudiado, algunas naciones europeas mostraron patrones más variados.
Además de los resultados en soledad, los autores investigaron posibles causas subyacentes a este fenómeno. En esta línea, el estudio identificó diferencias en normas culturales, influencias socioeconómicas y redes de apoyo social entre EE.UU. y otros países europeos como posibles explicaciones para la brecha de soledad observada. Según los autores, EE.UU. se caracteriza por un individualismo más marcado. Asimismo, presenta un uso creciente de redes sociales, una disminución de conexiones sociales y una polarización política creciente frente al resto de países. Además, los adultos de mediana edad en EE.UU. enfrentan una mayor movilidad residencial, lazos familiares más débiles, inseguridad laboral creciente y mayor desigualdad en el nivel de ingresos.
Los investigadores concluyen que la soledad constituye un problema de salud pública que requiere intervenciones políticas adaptadas a cada contexto nacional y que contemplen los cambios generacionales. En esta línea, se deben incluir medidas para mejorar los lazos familiares y la seguridad laboral, así como la reducción de la desigualdad de ingresos.
Los autores también señalan que la soledad no deseada es un problema endémico. Es decir, es un asunto persistente y constante dentro de una determinada área geográfica o comunidad, en lugar de ser un fenómeno ocasional o aislado.
Así, los autores indican que la soledad no deseada se ha arraigado en el tejido social, afectando a un amplio espectro de la población de manera sostenida. Esta caracterización de la soledad como endémica resalta su prevalencia y persistencia, lo que sugiere que se requieren esfuerzos continuos y estrategias a largo plazo para abordarla eficazmente. También implica que las causas y los factores contribuyentes a la soledad no deseada son complejos y multifacéticos, involucrando aspectos socioculturales, económicos y políticos que pueden variar de una región a otra pero que colectivamente contribuyen a la perpetuación de este estado en las sociedades. Reconocer la soledad como un problema endémico puede motivar a gobiernos, organizaciones y comunidades a tomar medidas más integradas y sostenibles para fomentar la conexión social y abordar las raíces profundas de la soledad, indican los autores.
A este respecto, subrayan la importancia de adoptar cambios en las políticas para revertir las tendencias observadas. Los autores insisten, además, en la necesidad de seguir profundizando en el conocimiento de las causas que contribuyen a la soledad no deseada para dirigir la implementación de políticas adecuadas que ayuden a mitigar su impacto.
Fuente:
Infurna, F. J., et al. (2024). Loneliness in midlife: Historical increases and elevated levels in the United States compared with Europe. American Psychologist. doi.org/10.1037/amp0001322.