En un mundo cada vez más tumultuoso, las guerras y los conflictos armados en curso están dejando a su paso un rastro de sufrimiento y trauma psicológico. Así lo advierte la organización Mental Health Europe (MHE), en un comunicado a través del cual ha manifestado su preocupación por el impacto que tienen los conflictos bélicos sobre la salud mental de las personas, las comunidades y la sociedad, concretamente, los niños, las niñas y los/as adolescentes, las personas con discapacidad y las personas mayores.
Tal y como afirma MHE, la guerra de Ucrania, los conflictos en el Sahel central y el reciente conflicto bélico en Israel-Gaza, sirven “como un angustioso recordatorio de cómo el bienestar de millones de personas puede verse colectivamente amenazado”. A este respecto, recuerda que el Día Mundial de la Salud Mental de este año 2023, brindó una oportunidad para que las personas y las comunidades se unieran bajo el tema “La salud mental es un derecho humano universal”. En este sentido, el objetivo de esta campaña era crear conciencia y promover acciones para defender la salud mental de todas las personas como un derecho humano inalienable, reconociendo y respetando los derechos humanos de las personas como base del bienestar.
La salud mental: un derecho humano universal
Bajo la premisa de que toda persona tiene derecho al más alto nivel posible de salud mental, la organización recuerda las violaciones de los derechos humanos que conllevan las guerras y los conflictos armados. Así, la violencia infligida a los civiles, la pérdida de vidas y la erosión de los derechos humanos y la dignidad son cuestiones que, a su juicio, “exigen atención e intervención global”. En este sentido, recuerda que vivir en sociedades y entornos que garanticen la seguridad y la protección constituye un derecho humano fundamental, siendo la persistente falta de protección de los civiles en zonas de conflicto, una violación de estos derechos humanos.
MHE advierte de las graves consecuencias de la violencia y la agitación persistentes existentes en las zonas de conflicto, a las que son especialmente susceptibles, los y las menores, los jóvenes, las personas con discapacidad y las personas mayores.
En medio de estos conflictos, considera prioritario el derecho de todas las personas, independientemente de sus circunstancias, a acceder a las necesidades humanas básicas, como la alimentación, la vivienda, la seguridad, y a los servicios esenciales como el agua y la electricidad, sin que este acceso se vea comprometido.
Es fundamental el acceso a apoyo psicológico y social
Con el fin de abordar el trauma psicológico y la angustia generados por estos conflictos, Mental Health Europe considera imperativo brindar apoyo psicológico y social a todas las personas afectadas. Como bien indica, el enfoque psicológico y social “llama la atención sobre el hecho de que las experiencias humanas son variadas y que hay una serie de determinantes que impactan la vida de una persona (por ejemplo, factores socioeconómicos, nivel de educación, acontecimientos vitales desafiantes o traumáticos, entorno)”. Asimismo, este enfoque muestra que “la recuperación no se produce simplemente a través del tratamiento médico, sino que incluye diversos elementos como la terapia, el apoyo de los pares y el reconocimiento de los determinantes socioeconómicos y del medio ambiente”.
Dada la amplia evidencia en torno al impacto psicológico a corto y largo plazo de estos conflictos sobre la sociedad civil, especialmente, en la infancia y la adolescencia, el acceso al apoyo psicológico y social en salud mental “debería ser un componente vital de la asistencia humanitaria en estos tiempos”. En este sentido, pone de relieve el papel vital que pueden desempeñar las organizaciones humanitarias a la hora de brindar apoyo psicológico y social a las víctimas de la guerra, de modo que “las partes en conflicto siempre deben garantizar el acceso a la ayuda humanitaria”.
El apoyo a la salud mental: prioritario en el enfoque integral del bienestar
Con relación a lo anterior, destaca la importancia de las Directrices sobre salud mental y apoyo psicológico y social en situaciones de emergencia, desarrolladas por el Grupo de Referencia del Comité Permanente entre Organismos sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencia (IASC Reference Group on Mental Health and Psychosocial Support in Emergency Settings), a través de un proceso inclusivo, con aportes de agencias de la ONU, ONG y universidades. Estas Directrices pueden ayudar a planificar, establecer y coordinar un conjunto de respuestas multisectoriales mínimas para proteger, apoyar y mejorar la salud mental y el bienestar psicológico y social de las personas que se encuentran inmersas en un contexto de emergencia humanitaria.
Precisamente, la organización MHE publicó en 2022 un informe a través del cual abordaba la relación entre la salud mental y las crisis geopolíticas. El objetivo de este documento es explorar los desafíos clave a corto, mediano y largo plazo para la salud mental relacionados con la guerra de Ucrania y más allá, abordando cómo debe priorizarse el apoyo a la salud mental, como parte de un enfoque integral del bienestar.
Es una responsabilidad colectiva salvaguardar el apoyo a la salud mental y a los DDHH
Atendiendo a todo lo expuesto, la organización se hace eco de los llamados internacionales a la paz y el respeto del derecho internacional humanitario y apela al bienestar para todas las personas, siendo imperativo que, en un mundo “altamente dividido” y “marcado por crecientes discordias y conflictos”, exista unión “en torno a valores comunes”, entablando un diálogo y trabajando “por el bien común y la paz”,
La organización finaliza su comunicado manifestando su solidaridad con “todos aquellos que trabajan para salvaguardar la vida humana”, y subrayando la responsabilidad colectiva a la hora de garantizar que “se salvaguarden el apoyo a la salud mental, el acceso a las necesidades básicas y los derechos humanos, incluso en las circunstancias más difíciles”.
A este respecto, concluye recordando que “la salud mental es un derecho humano y todas las personas en todo el mundo merecen vivir libres de violencia, miedo, angustia psicológica y trauma, permitiendo que su salud mental y su bienestar florezcan a lo largo de sus vidas”.
Fuente: Mental Health Europe