Más psicólogos educativos: una necesidad prioritaria, según la APA
14 Mar 2024

La creciente crisis de salud mental entre niños/as, adolescentes y jóvenes (una tendencia exacerbada desde la irrupción de la pandemia de la COVID), así como el aumento de factores estresantes en el contexto educativo, ha multiplicado la necesidad de contar con psicólogos educativos en los centros escolares.

Estos y estas profesionales, capacitados en Psicología, desarrollo infantil y educación, desempeñan un papel crucial en la identificación de las necesidades de salud mental de los y las menores, especialmente, en los casos en los que las familias no hablan el idioma o no tienen recursos para costearse una consulta privada. Entre sus acciones en el contexto educativo, se encuentran las de brindar orientación, evaluar al alumnado para determinar sus necesidades de intervención, responder a crisis, lanzar iniciativas en toda la escuela para reducir el acoso escolar, etc.

Con esta introducción, la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología) presenta una de las 12 tendencias emergentes para la Psicología en este año 2024: la incorporación de más psicólogos/as educativos/as en el contexto escolar.

Más psicólogos educativos
Fuente: freepik. Foto: zinkevych. Fecha: 13/03/24
Cada vez más alumnos/as presentan problemas de salud mental

Tal y como señala la Asociación Americana, y, en línea con lo que sucede en España (donde existe un déficit importante en la atención psicológica del alumnado y en el apoyo y asesoramiento al profesorado y a las familia), los psicólogos educativos son escasos en los centros escolares estadounidenses. Según datos de la NASP (National Association of School Psychologists), se estima que, durante el año escolar 2021-22, había solo un psicólogo por cada 1.127 estudiantes desde el primer ciclo de educación infantil hasta bachillerato, una ratio que dista bastante de la recomendada por esta misma Asociación Nacional: un psicólogo/a educativo por cada 500 estudiantes. La escasez es notablemente extrema en las zonas rurales y en determinadas partes del país.

A este respecto, la NASP ha alertado recientemente del número cada vez mayor de estudiantes que sufren pobreza y trauma, así como de alumnos/as con problemas de salud mental. Lamentablemente, los centros escolares “carecen de recursos cuando se trata de brindar los servicios necesarios para una población con diversos orígenes y necesidades”.

Para abordar la brecha entre la oferta y la demanda, la APA señala que se están llevando a cabo una variedad de esfuerzos para aumentar el número de profesionales de la salud mental en las escuelas. Muchos de esos esfuerzos se ven impulsados por un mayor apoyo por parte del Departamento de Educación de Estados Unidos. En este sentido, en 2023, el Departamento invirtió 141 millones de dólares en103 estados y distritos escolares, para fomentar el perfil de psicólogo/a escolar como profesión e incorporar más profesionales en estos contextos, eliminando las barreras de acceso. Este constituye “el mayor nivel de compromiso” del país con la Psicología hasta la fecha, impulsando un objetivo “que se necesitaba desde hace mucho tiempo”.

El suicidio constituye una preocupación creciente

Aunque la escasez de psicólogos/as educativos ha sido un problema durante décadas, la pandemia de la COVID-19 empeoró la situación, al exacerbar la creciente crisis de salud mental entre los jóvenes. Esta mayor concienciación también ha puesto de relieve el problema, identificando, a su vez, a más niños y niñas que necesitan apoyo.

A modo de ejemplo, la APA cita un estudio de 2023, cuyos datos indican cómo alrededor del 20% de los/as adolescentes presentaban un trastorno depresivo mayor durante el año de la pandemia, y menos de la mitad de los que necesitaba tratamiento por un problema de salud mental, lo estaba recibiendo (Flores, M.W., et al., 2023).

Igualmente, el suicidio constituye una preocupación creciente. De acuerdo con las cifras de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention), el 10% de los/as estudiantes de secundaria realizaron un intento de suicidio y el 22% lo consideró seriamente. Asimismo, señala que determinados grupos son particularmente vulnerables a los riesgos de salud mental y suicidio: por ejemplo, entre los estudiantes LGBTQ+, el 69% se sentía persistentemente triste o desesperado, y el 45% consideró seriamente el suicidio.

En España, concretamente, los datos son también preocupantes: en la última estadística del INE sobre defunciones por causa de muerte (2023), se ha registrado un aumento de muertes por suicidio en niños/as y jóvenes de 15 a 19 años, registrándose 75 casos (22 más que en 2021), lo que supone la cifra más elevada, tanto en relación con el año anterior (53) como en la última década (52 en 2012).

La creciente demanda está ejerciendo una gran presión sobre los ya sobrecargados psicólogos/as educativos/as

La APA destaca en su artículo que los problemas psicológicos se presentan desde edades tempranas: según los educadores/as, los niños y niñas más pequeños/as, han comenzado a exhibir conductas más agresivas y disruptivas, así como una falta de regulación emocional, que “parece estar relacionada con el aislamiento durante la pandemia”. Estos problemas se extienden también a los y las estudiantes más mayores: entre el alumnado de secundaria, las tasas de absentismo escolar (definido como faltar a clase el 10% o más de los días lectivos) casi se han duplicado, pasando de un 15% a un 30% desde la pandemia.

La creciente demanda ha ejercido una gran presión sobre los ya sobrecargados psicólogos y psicólogas educativos/as, que “pueden estar supervisando a 10.000 o más estudiantes”, una cifra tan elevada que deja poco o ningún tiempo para realizar intervenciones, ayudar al profesorado, brindar orientación u otras tareas, dedicando todo el tiempo a evaluaciones de educación especial.

La APA señala la escasez de psicólogos con formación y capacitación específicas en el ámbito educativo

Con el aumento paulatino de problemas de conducta en el aula (que, a veces, incluyen violencia junto con problemas académicos), las escuelas pueden ser entornos de alto estrés, derivando en elevadas tasas de agotamiento para todo el personal educativo. De forma específica, los psicólogos y psicólogas educativos pueden ser vulnerables al estrés del trabajo en estos contextos: hasta el 90% de los psicólogos escolares afirmaban sentirse agotados en ocasiones, antes de la pandemia según estudios realizados antes de la pandemia (Schilling y Randolph, 2021).

Con respecto a las vías de acceso, la APA señala la escasez de psicólogos/as con formación específica en el ámbito de la educación, lo que evidencia la necesidad de aumentar la cantidad de programas de formación de posgrado (presenciales, online o híbridos), que ofrezcan la capacitación y formación que necesitan los psicólogos/as para trabajar en el contexto educativo y desempeñar correctamente sus funciones.

Precisamente, en nuestro país, los expertos vienen solicitando la creación de un posgrado en psicología educativa, un itinerario formativo específico enmarcado dentro del Espacio Europeo de Educación Superior, que capacitaría a los y las estudiantes para ejercer la profesión.

Es fundamental que el sistema educativo promueva el desarrollo y consolidación del profesional de la Psicología Educativa

Queda más que claro que la incorporación -y el aumento- de psicólogos y psicólogas educativos/as en los contextos escolares es una necesidad puesta de relieve y una tendencia para este 2024, no sólo en EE.UU. (donde ya se está materializando en múltiples esfuerzos para contratar más profesionales), sino también en España, donde son cada vez más los expertos/as y organizaciones, incluido el Consejo General de la Psicología, que abogan por incorporar esta figura clave en el desarrollo funcional y equilibrado de un centro educativo en todos los niveles.

Como ya ha venido informando Infocop, en nuestro país se ha planteado el Proyecto PsiCE (Psicología en Contextos Educativos), una iniciativa pionera cuyo objetivo es mejorar y optimizar las estrategias para la detección y prevención de problemas emocionales, el acceso a una intervención eficaz, efectiva y eficiente, así como la mejora del ajuste socioemocional, los procesos de aprendizaje y el rendimiento académico.

De acuerdo con los autores de este estudio, los problemas psicológicos detectados entre el alumnado a través de los cuestionarios de este estudio, avalan la necesidad de contar dentro del contexto escolar con profesionales “específicamente formados en el desarrollo humano, la salud mental y la prevención comportamental”, una formación inherente a los y las profesionales de la Psicología.

Atendiendo a estos datos y, tal y como se está haciendo ya en EE.UU, urge que el sistema educativo español “tome conciencia de su responsabilidad en este campo y promueva el desarrollo y consolidación del profesional de la Psicología educativa” en los centros escolares, en aras de prevenir los problemas de salud mental en este contexto y “mejorar el bienestar de la comunidad educativa, la educación emocional y la atención a la diversidad”.

Fuente: There’s a strong push for more school psychologists

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