¿Qué son los trastornos del espectro autista y cómo se manifiestan? Esta cuestión se aborda en una publicación del National Institute for Mental Health dirigida a padres y madres.
Según se explica en la guía, los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de trastornos neurológicos y del desarrollo que impactan la forma en que las personas interactúan con los demás, se comunican, aprenden y se comportan. Si bien el autismo puede ser diagnosticado a cualquier edad, se clasifica como un «trastorno del desarrollo» debido a que generalmente los síntomas comienzan a manifestarse durante los primeros dos años de vida.
La guía recoge la definición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), una guía utilizada por profesionales de la salud para diagnosticar trastornos mentales, sobre el TEA. En este manual se describe que las personas con TEA a menudo presentan dificultades para comunicarse e interactuar con otras personas, intereses limitados y comportamientos repetitivos, así como síntomas que afectan su capacidad para desempeñarse en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida.
Al hablar de este tipo de problemas, se suele emplear el término «espectro» debido a que el autismo presenta una amplia variabilidad en el tipo y gravedad de los síntomas que pueden experimentar las personas con estos trastornos.
Así, las personas con trastornos del espectro autista (TEA) pueden presentar diferentes comportamientos de comunicación e interacción social. Algunos ejemplos incluyen falta de contacto visual consistente, dificultad para seguir conversaciones, hablar extensamente sobre un tema de interés sin permitir que otros respondan y tener expresiones faciales y tonos de voz peculiares o inusuales. Estos comportamientos no son universales, pero son frecuentes en personas diagnosticadas con TEA.
Otras conductas frecuentes que se observan en estos menores son las siguientes:
- Parecer como si no mirara o escuchara a las personas que están hablando.
- No responder o demorarse en responder cuando se les llama por su nombre o mediante otros intentos verbales para captar su atención.
- Tener un tono inusual de voz que puede sonar como si estuvieran cantando, o un tono monótono y similar al de un robot
- Tener problemas para comprender el punto de vista de otra persona, o no poder predecir o entender las acciones de otros.
- Tener problemas para adaptar su comportamiento a diferentes situaciones sociales.
- Tener dificultad para compartir en un juego imaginativo o para hacer amigos, entre otros.
- Respecto a los comportamientos restringidos o repetitivos se pueden incluir:
- Repetir ciertas conductas o tener comportamientos inusuales, como repetir palabras o frases (un comportamiento llamado ecolalia).
- Mostrar un interés intenso y duradero en temas específicos, como números, detalles o datos.
- Mostrar demasiado interés en cosas específicas, como objetos en movimiento o partes de algunos objetos.
- Molestarse por cambios pequeños en una rutina y tener dificultad con las transiciones, etc.
El TEA puede ser un condicionante de por vida. No obstante, existen tratamientos que pueden mejorar los síntomas y la capacidad de funcionamiento de las personas con TEA notablemente. A este respecto, las intervenciones psicológicas conductuales o para el desarrollo de habilidades, dirigidas tanto a los niños y niñas con TEA como a sus familiares, pueden resultar beneficiosas para estas familias. Asimismo, resulta fundamental la detección e intervención temprana para mejorar significativamente el desarrollo y la calidad de vida de las personas con TEA.