Las presiones únicas de una carrera quirúrgica ponen a los profesionales que desarrollan su labor en el ámbito de la cirugía en un riesgo particular de desarrollar problemas de salud mental. Concretamente, la evidencia destaca una elevada prevalencia de ansiedad y depresión entre estos/as profesionales. A pesar de ello, suelen ser menos propensos a buscar ayuda psicológica. Todo esto pone de relieve la importancia de desarrollar estrategias para prevenir su aparición y abordar su impacto.
Así lo afirman investigadores británicos en un estudio publicado en la revista The Surgeon, cuyo objetivo es analizar la prevalencia de ansiedad y depresión entre los/as cirujanos/as e identificar los factores que pueden modificar el riesgo que tienen estos/as profesionales de desarrollar tales problemáticas.
Tal y como señalan los investigadores, es bien sabido que los/as profesionales de la salud corren un mayor riesgo de desarrollar una variedad de problemas psicológicos, como agotamiento, estrés, ansiedad y depresión. De forma específica, los y las profesionales de la cirugía experimentan presiones únicas -entre ellas, horarios largos e impredecibles, la expectativa de un sacrificio personal significativo o lidiar con decisiones vitales a diario-, que los/as ponen en un mayor riesgo de sufrir angustia psicológica. Esta angustia psicológica puede conllevar impactos negativos de amplio alcance, tanto en el individuo, como en sus colegas, sus seres queridos y sus pacientes.
La evidencia destaca que los y las profesionales de la salud que presentan problemas psicológicos como depresión y ansiedad informan de una productividad más baja en el trabajo y una menor satisfacción laboral. Se sabe que la angustia psicológica reduce la capacidad para trabajar a tiempo completo, lo que puede derivar en una escasez de personal laboral dentro de una institución o sistema de atención sanitaria.
En el caso específico de los y las profesionales de la cirugía, diversos estudios muestran que la prevalencia de morbilidad psiquiátrica entre los/as cirujanos oscila entre el 16% y el 37%, con una tasa de ideación suicida más elevada que la de la población general. Asimismo, se ha demostrado que el síndrome de burnout está fuertemente asociado con el deseo de jubilarse temprano, una menor satisfacción profesional, ideación suicida y uso nocivo de alcohol.
De acuerdo con los/as expertos/as esta morbilidad psiquiátrica y el síndrome de burnout tienen un efecto negativo en las relaciones familiares y el trabajo en equipo, además de afectar negativamente la relación cirujano-paciente y aumentar el riesgo de errores médicos graves.
Sin embargo, a pesar del riesgo particular de desarrollar problemas de salud mental como depresión y ansiedad, la evidencia señala que los/as profesionales de la cirugía suelen ser menos propensos a buscar ayuda profesional para estos problemas debido, principalmente, a las preocupaciones en torno a su carrera profesional.
En la última década, se ha registrado una alta prevalencia de ansiedad y depresión entre los/as profesionales de la cirugía
Atendiendo a lo expuesto, los investigadores del presente estudio han llevado a cabo una revisión sistemática de la prevalencia de ansiedad y depresión entre los/as cirujanos/as durante los últimos 10 años, con el fin de identificar factores asociados con la ansiedad y la depresión y considerar posibles métodos para abordar su impacto.
La revisión se ha realizado de acuerdo con las pautas PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Review and Meta-Analysis) para identificar citas relacionadas con las palabras clave ‘ansiedad’ o ‘depresión’ y ‘cirujano’ en las bases de datos PubMed/Medline y ScienceDirect. Se han aplicado criterios de inclusión y exclusión para producir una lista final de citas, incluyendo finalmente 31 citas con un total de 11.399 participantes.
Los resultados revelan que durante la última década, se ha registrado una alta prevalencia de ansiedad y depresión entre los/as profesionales de la cirugía, tanto antes como después de la pandemia de la COVID-19 y, especialmente, tras la irrupción de la misma. Se observa que el porcentaje medio de ansiedad en estos/as profesionales es de 20% con un rango de 54,6%, mientras que el porcentaje medio de depresión es de 24% con un rango de 59%.
A pesar del alto riesgo, suelen ser menos propensos a buscar ayudar psicológica que otros/as profesionales de la salud
Según señalan los investigadores, aunque estos/as profesionales registran una alta prevalencia de ansiedad y depresión y presentan un alto riesgo, la probabilidad de buscar ayuda psicológica es menor, en comparación con otros/as profesionales de la salud.
Con respecto a los factores de riesgo y protección, los principales factores asociados con un mayor riesgo de ansiedad y depresión son: pertenecer al género femenino, una edad más joven, el agotamiento concurrente y las preocupaciones laborales relacionadas con la pandemia de la COVID-19. Por su parte, entre los factores de protección destacan el apoyo institucional y un sentido de pertenencia social.
El estudio pone de relieve la trascendencia abordar estos resultados, ya que una alta prevalencia de ansiedad y depresión en los/as cirujanos puede resultar también “en consecuencias perjudiciales para los pacientes y en una escasez de personal dentro de los sistemas de atención sanitaria”.
Es imperativo desarrollar estrategias para abordar los problemas de salud mental en estos/as profesionales
Ante la evidencia de estos problemas de salud mental en los/as cirujanos/as y sus posibles consecuencias nocivas, se considera imperativo desarrollar estrategias para mitigar el efecto de la ansiedad y la depresión en este grupo profesional.
Para ello, en primer lugar, es fundamental normalizar el discurso sobre la salud mental en la carrera quirúrgica. Teniendo en cuenta que los/as cirujanos/as tienen menos probabilidades de buscar ayuda psicológica que otros/as profesionales sanitarios/as, es esencial crear un entorno abierto y honesto en torno a la salud mental.
Los servicios de salud mental especializados también pueden ser útiles para abordar la ansiedad y la depresión en estos/as profesionales. Los servicios diseñados de manera confidencial pueden ser eficaces, al facilitarles la búsqueda de ayuda cuando necesiten apoyo en materia de salud mental.
Dado que el apoyo institucional constituye un factor de protección relevante, es necesario implementar acciones para fortalecerlo. La evidencia muestra una correlación negativa significativa entre la depresión en los/as cirujanos/as en formación y un sentimiento de pertenencia hacia su institución. Esto también se observó durante la pandemia de la COVID-19, donde se detectó que el apoyo institucional durante la misma fue un factor protector asociado con un menor riesgo de ansiedad o depresión.
Este apoyo institucional puede darse, según los investigadores, a través de la transparencia por parte de las figuras de liderazgo y la provisión de acceso a apoyo psicológico. Las facultades de cirugía también pueden desempeñar un papel en la oferta de apoyo psicológico personalizado a mayor escala.
Fuente: Egbe, A., & El Boghdady, M. (2023). Anxiety and depression in surgeons: A systematic review. The Surgeon, 22 (1), pp. 6-17. https://doi.org/10.1016/j.surge.2023.09.009