Un estudio a largo plazo ha analizado la relación entre los cambios en los síntomas de autismo y los problemas de salud mental en la infancia. Publicado en la revista Autism, el estudio revela que ciertos cambios en las características autistas centrales se relacionan con el desarrollo de problemas de salud mental durante los primeros años escolares.
Los investigadores sugieren que los cambios en los rasgos autistas a lo largo del desarrollo pueden afectar al bienestar mental de los niños y niñas. En este sentido, resulta de interés evaluar la relación entre la evolución de la sintomatología autista y los problemas de mental concurrentes en niños y niñas durante su etapa escolar, especialmente en la transición a la edad escolar intermedia.
Para la realización del estudio, se incluyó a 75 niños autistas de 6 a 11 años. Los autores llevaron a cabo una evaluación exhaustiva mediante entrevistas parentales y cuestionarios sobre sintomatología de autismo y salud mental. En concreto, evaluaron la presencia de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, ansiedad y problemas de conducta disruptiva. Los autores agruparon a los menores según los patrones de cambio de gravedad de sus síntomas.
Los principales resultados del estudio muestran que:
- Se identificaron dos grupos relevantes: aquellos con un aumento en los problemas de comunicación social y aquellos con una disminución en los comportamientos restrictivos/repetitivos.
- Los síntomas de salud mental concurrentes mostraron una asociación más fuerte con el cambio en los síntomas de comunicación social o la gravedad del comportamiento restringido/repetitivo frente a la gravedad de los síntomas centrales del autismo.
- El grupo de gravedad creciente de los síntomas de comunicación social (21,3%) tenía niveles elevados y crecientes de ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y problemas de conducta disruptiva en comparación con los niños con una gravedad estable de los síntomas de comunicación social.
- El grupo de conducta restringida/repetitiva de gravedad decreciente (22,7%) tenía niveles elevados y crecientes de ansiedad. El 94% de estos niños y niñas cumplían criterios para un trastorno de ansiedad.
En definitiva, el cambio de gravedad de los síntomas del autismo durante la niñez media se asocia con síntomas de salud mental concurrentes. Los niños y niñas que aumentan la gravedad de los síntomas de comunicación social también tienen mayores probabilidades de demostrar una mayor psicopatología.
Por otro lado, las disminuciones en la presencia de conducta restringida/repetitiva se asociaron con niveles más altos de ansiedad. Si bien este resultado parece contradictorio, los autores plantean la idea de que los comportamientos repetitivos pueden tener beneficios para las personas con TEA. Es decir, ciertos comportamientos repetitivos pueden ser una estrategia para lidiar con el estrés o la ansiedad, proporcionándoles una sensación de calma o alivio. De esta forma, la disminución de este tipo de conductas podría reflejar dificultades para reducir la propia ansiedad en este grupo.
De esta manera, los resultados ponen en evidencia la necesidad de intervenciones que no eliminen los comportamientos repetitivos, al menos sin proporcionar herramientas alternativas previa para su autorregulación emocional. Asimismo, los autores plantean la necesidad de que los programas de intervención incidan en la mejora de las habilidades de comunicación de estos menores debido a su relevancia en el aumento de su malestar psicológico. No obstante, los autores destacan la necesidad de más investigación en esta área.
Fuente:
Waizbard-Bartov, E., et al. (2023). Changes in the severity of autism symptom domains are related to mental health challenges during middle childhood. Autism. doi.org/10.1177/13623613231195108.