La terapia cognitivo-conductual y la rehabilitación de salud física y mental pueden ser eficaces para el tratamiento de la COVID prolongada. Así lo afirma un estudio publicado en la revista British Medical Journal, a través del cual se analiza la efectividad de las distintas intervenciones para el manejo de la COVID prolongada (denominada también COVID persistente o Long COVID).
Como bien indican los autores, la pandemia de la COVID-19 ha afectado a cientos de millones de personas en todo el mundo, con importantes consecuencias para la salud y las economías. Si bien la mayoría de las personas se han ido recuperando, la evidencia sugiere que hasta un 15% podría experimentar efectos a largo plazo en la salud debido a la COVID-19, incluyendo fatiga, mialgia y deterioro de la función cognitiva, llamada condición postcovid o COVID prolongada.
A este respecto, las estimaciones sugieren que, al menos 65 millones de personas en todo el mundo, experimentan síntomas que deterioran su capacidad funcional y cognitiva. La fisiopatología de la COVID prolongada es incierta y los investigadores han propuesto varias causas potenciales, incluida la persistencia viral, la autoinmunidad, los ‘microcoágulos’ y los mecanismos psicológicos.
De acuerdo con los estudios, el sexo femenino, así como una mayor comorbilidad y angustia psicológica reportada por el/la paciente, son algunos factores de riesgo para desarrollar la COVID prolongada. Sin embargo, la gravedad de la infección aguda por covid-19 puede no predecir su desarrollo.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 04/12/24
Aunque hay una limitada evidencia sobre la trayectoria, algunos estudios sugieren que muchos pacientes experimentan una reducción de los síntomas un año después de la infección aguda. Los autores del presente estudio advierten de que, «en ausencia de datos confiables y actualizados de la evidencia, los pacientes pueden recibir tratamientos no probados, costosos y dañinos”.
Por este motivo, han llevado a cabo esta revisión sistemática y metanálisis de 24 ensayos, que incluyen a 3.695 pacientes con COVID-19 prolongada. De estos, cuatro ensayos (n=708 pacientes) investigaron intervenciones farmacológicas; ocho (n=985) versaban sobre actividad física o rehabilitación; tres (n=314) sobre conducta; cuatro (n=794) sobre dieta; cuatro (n=309) sobre dispositivos y tecnologías médicas y uno (n=585) estudiaba una combinación de ejercicio físico y rehabilitación de salud mental.
Del análisis de datos, se observa que el programa de terapia cognitivo-conductual online probablemente mejora la fatiga y la concentración, y el programa de rehabilitación de salud física y mental podía aumentar la proporción de pacientes que experimentan recuperación o mejoras importantes en comparación con la atención habitual, reduciendo los síntomas de depresión y conllevando una mejora en la salud general y en la calidad de vida.
También han encontrado cierta evidencia que sugiere que el ejercicio aeróbico intermitente (3-5 veces por semana durante 4-6 semanas), probablemente mejora la función física en comparación con el ejercicio continuo.
Los hallazgos sugieren que la TCC y la rehabilitación de la salud física y mental probablemente mejoran los síntomas de la COVID prolongada
El estudio concluye poniendo de relieve que sus hallazgos sugieren que la TCC y la rehabilitación de la salud física y mental probablemente mejoran los síntomas de la COVID prolongada.
No obstante, sus autores indican que, dada la heterogeneidad de esta enfermedad, no queda claro si estas intervenciones son ampliamente efectivas en todos los pacientes que la presentan. A modo de ejemplo, señalan que “la evidencia que aborda la rehabilitación de la salud física y mental proviene de pacientes que experimentaron una infección aguda grave por COVID-19 que requirió ingreso hospitalario, y es posible que los efectos puedan ser diferentes en aquellos/as pacientes con infección leve-moderada por COVID-19”.
Así, consideran que el éxito de intervenciones como la rehabilitación de la salud física y mental y la terapia cognitivo conductual puede depender de la fidelidad con la que se repliquen en futuros ensayos y entornos, junto con la experiencia de los/as terapeutas.
Cabe señalar que, tanto el programa de rehabilitación de la salud física y mental como la terapia cognitivo conductual se brindaron online, lo que, para los autores, “puede facilitar la implementación generalizada en un futuro”. Tal y como indican, este hallazgo es importante, siendo una oportunidad para que la comunidad de investigación en salud y las organizaciones que financian la investigación reevalúen sus prioridades.
La BPS recuerda la eficacia de las terapias psicológicas y la importancia de incorporarlas como parte de un enfoque multidisciplinar
En respuesta a esta investigación, la División de Psicología Clínica de la Sociedad Británica de Psicología (British Psychological Society, BPS) ha recordado que el término «terapias psicológicas o de conversación» cubre una amplia gama de intervenciones, incluida la TCC, que puede tener una variedad de objetivos.
En el caso de la COVID prolongada, se pueden emplear para ayudar a la persona a afrontar el impacto de una enfermedad grave y debilitante y ayudar a reducir la angustia. Por ejemplo, las intervenciones psicológicas pueden incluir la enseñanza de estrategias para gestionar y hacer frente a la fatiga cognitiva; trabajar con familias, centros educativos y empleadores de manera sistémica, para analizar patrones de interacción y apoyo más amplios; ayudar a una persona a aceptar su función reducida para que luego se permita descansar; trabajar con alguien en el duelo por su pérdida de función de una manera que ayude a reducir el impacto en su estado de ánimo, etc.
Asimismo, la BPS recuerda que los y las profesionales de la Psicología suelen trabajar de forma muy eficaz con los y las pacientes para mejorar su bienestar, estado mental, sentido de sí mismos, conductas de salud y apoyarles para que accedan y utilicen tratamientos médicos. Pero no pueden «curar» las afecciones de este tipo por sí solos. En este sentido, afirma, “al igual que con todas las condiciones de salud a largo plazo, las terapias psicológicas son mejores como parte de un enfoque de equipo multidisciplinar y van de la mano con el tratamiento médico según corresponda».
Fuente: Zeraatkar, D., Ling, M., Kirsh, S., Jassal, T., Shahab, M., Movahed, H., … & Busse, J. W. (2024). Interventions for the management of long covid (post-covid condition): living systematic review. bmj, 387.