A nivel mundial, casi mil millones de personas -y, concretamente, más de uno de cada siete adolescentes- viven con un problema de salud mental. Alrededor de la mitad de todos los problemas de salud mental a nivel mundial se manifiestan a los 18 años, pero muchos casos siguen sin ser detectados ni tratados. El riesgo de mala salud mental durante la infancia y la adolescencia está vinculado a factores como la exposición a la violencia, el acoso, la discriminación, los conflictos y desplazamientos, y la pobreza.
Estos son algunos de los datos recogidos por la organización UNICEF en su último informe sobre el Estado de la Infancia en la Unión Europea, un documento a través del cual se analiza el bienestar de la infancia y la adolescencia en Europa y se recoge una serie de recomendaciones dirigidas a los/as responsables de la toma de decisiones y las políticas de la Unión Europea (UE). Con esta finalidad, a lo largo de sus páginas, el informe se estructura en cuatro cuestiones clave para los derechos y el bienestar de niños y niñas en toda la UE: la pobreza, la salud mental, el medio ambiente y el impacto de las tecnologías digitales.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 12/03/24
La incidencia de obesidad y sobrepeso en niños/as es una preocupación importante a nivel mundial
De acuerdo con UNICEF, en términos generales, los niños y niñas de la UE se benefician de una sólida atención sanitaria, un alto nivel educativo por parte de sus padres y cuidadores, acceso a agua potable y saneamiento, buena nutrición y, como resultado, muchos indicadores sanitarios clave son muy positivos. Si bien la mortalidad infantil es muy baja en términos globales, considera esencial tomar en consideración una serie de cuestiones específicas relacionadas con la misma, tales como las lesiones por accidentes de tránsito (que se encuentran entre las causas más comunes de muerte entre niños, niñas y jóvenes de 10 a 19 años) y los suicidios (causa común de muerte entre los/as jóvenes de 15 a 19 años).
Más allá de la mortalidad, la incidencia de la obesidad y el sobrepeso se ha convertido en una preocupación importante a nivel mundial: un número cada vez mayor de niños tienen sobrepeso u obesidad, y se prevé que la proporción de niños/as de 5 a 19 años con obesidad en la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aumente del 13% de los niños y el 8% de las niñas registrado en 2020, al 15% y el 10% en 2025, llegando incluso al 18% y el 12% en el año 2030.
Las habilidades digitales: cada vez más necesarias para el trabajo y la vida
Niños, niñas y jóvenes necesitan desarrollar una gama cada vez más amplia de habilidades como preparación para la edad adulta. Si bien las habilidades académicas y vocacionales tradicionales siguen siendo importantes, cada vez más se reconoce el valor de las habilidades interpersonales, tanto en el ámbito profesional como en el personal, y la evolución de las tecnologías digitales requiere un conjunto adicional de competencias.
En términos de competencias académicas tradicionales, en 2022, aproximadamente dos de cada cinco niños (40%) de 15 años (alrededor de 1,9 millones) en la UE no habrían alcanzado competencias básicas, tanto en lectura como en matemáticas, lo que, según UNICEF, “deja una brecha importante que cubrir”. Los niveles de competencias básicas cayeron, en promedio, alrededor del 6% entre 2018 y 2022 en 26 países de la UE.
El documento recoge también datos disponibles sobre la confianza de los y las menores en sus habilidades sociales: en 2022, casi uno de cada cuatro escolares de 15 años (el 23%, lo que supone, más de 1 millón de niños y niñas) opina que no puede hacer amigos fácilmente en la escuela.
Datos recientes muestran que muchos/as jóvenes de 16 a 19 años en la UE carecen de todas las habilidades digitales básicas (a saber, alfabetización en información y datos, comunicación y colaboración, creación de contenido digital, seguridad y resolución de problemas). Poco más de un tercio (35%) de los y las jóvenes tenía habilidades superiores a las básicas en los cinco aspectos, mientras que otro tercio (34%) tenía, al menos, habilidades básicas en los cinco aspectos.
Hay una creciente preocupación en torno a la salud mental infanto-juvenil
La salud mental implica un estado de bienestar psicológico, emocional y social positivo. Según señala el informe, la salud mental y el bienestar abarcan una amplia gama de dominios, incluidas condiciones diagnosticables -como la depresión y la ansiedad-, así como aspectos más amplios, entre ellos, la mejora de los síntomas psicológicos, el funcionamiento en la vida diaria, la conexión social y las percepciones de los individuos sobre su propia felicidad, la satisfacción con la vida y el sentido de propósito.
Los datos actuales muestran que a nivel mundial, casi mil millones de personas -y, concretamente, más de uno de cada siete adolescentes-, viven con una condición de salud mental. Alrededor de la mitad (48%) de los problemas de salud mental se manifiestan a los 18 años, pero muchos casos siguen sin ser detectados ni tratados.
A este respecto, hay una creciente preocupación en torno a la salud mental infanto-juvenil, con evidencia de que las tendencias actuales empeorarán en muchos países.
Múltiples estudios vinculan el riesgo de mala salud mental durante la infancia y la adolescencia con factores como la exposición a la violencia, el acoso, la discriminación, los conflictos y el desplazamiento, y la pobreza (que sigue negando oportunidades a millones de niños/as y aumentando su riesgo de exclusión social).
Alrededor de 11,2 millones de niños/as y jóvenes presentan un problema de salud mental
De acuerdo con UNICEF, aunque algunos países cuentan con excelentes estudios sobre la salud mental de niños/as y adolescentes, se cuenta con pocos datos comparables a nivel de la UE.
Los datos disponibles estiman que, alrededor de 11,2 millones (13%) de niños/as y jóvenes de 19 años o menos presentan un problema de salud mental. Se observa que las tasas relacionadas con los problemas de esta índole aumentan con la edad, pasando de un 2% de los niños y niñas menores de 5 años a alrededor del 19% de los y las jóvenes de 15 a 19 años.
En total, alrededor de 5,9 millones de hombres y 5,3 millones de mujeres de hasta 19 años, presentan problemas de salud mental. Las tasas son más altas para los hombres que para las mujeres hasta los 14 años y un poco más altas para las mujeres que para los hombres en el grupo de edad de 15 a 19.
Entre los 15 y los 19 años, un 8% tiene ansiedad y un 4% depresión
Entre los/as jóvenes de 15 a 19 años, aproximadamente el 8% ha desarrollado ansiedad y el 4% depresión. Las tasas de ambas problemáticas son más elevadas en este grupo de edad para las chicas (9,6% y 4,6%, respectivamente), que para los chicos (5,5% y 2,6%, respectivamente).
Múltiples estudios sugieren que los problemas de salud mental entre los y las jóvenes europeos/as aumentaron durante la pandemia de la COVID-19. Algunos países de la UE señalaron que las tasas de trastornos depresivos se habían duplicado. Esta situación afectó desproporcionadamente a los/as jóvenes en comparación con los grupos de mayor edad. Los datos indican que, al menos 11 países de la UE aumentaron el apoyo psicológico y social en los centros educativos de educación primaria y secundaria durante el curso 2021/22, aumentando en algunos de estos países, el gasto en servicios de atención a la salud mental para jóvenes.
No obstante UNICEF manifiesta que, a pesar de los datos de los que se dispone, aún hoy día no se ha determinado el impacto a largo plazo de la pandemia en la salud mental de niños, niñas y adolescentes.
En 2020, aproximadamente 931 jóvenes fallecieron por suicidio en la UE
A pesar de que la prevalencia del suicidio parece haberse reducido con el tiempo en la UE -con un 20% menos de suicidios en 2020, en comparación con 2011-, este sigue siendo un grave problema en la sociedad, especialmente, en la infancia y la adolescencia.
El suicidio constituye la segunda causa más común de muerte (después de los accidentes de tráfico) entre los/as jóvenes de 15 a 19 años en la UE y representa, aproximadamente, una de cada seis (17%) de las muertes.
En 2020, aproximadamente 931 jóvenes fallecieron por suicidio en la UE, lo que, en palabras de UNICEF, “equivale a la pérdida de unas 18 vidas por semana”.
Los hombres tienen más probabilidades de cometer suicidio que las mujeres: aproximadamente el 70% de los/as jóvenes de entre 15 y 19 años que se suicidan en la UE son hombres. Sin embargo, las cifras de suicidios cometidos por hombres están disminuyendo, mientras que las de mujeres se mantienen estables, por lo que la brecha de género se está cerrando.
Hay diversas barreras que impiden a niños/as y adolescentes el acceso a la atención en salud mental
Tal y como advierte UNICEF, la mala salud mental es enormemente dañina y costosa tanto para las personas, como para las sociedades. Su importancia ha sido reconocida por los países de la UE, tanto para el bienestar de su población como de sus economías en general. Sin embargo, actualmente, la inversión en servicios de salud mental es pequeña en comparación con los servicios de salud física en los países de la UE. Ante esto, destaca la necesidad de hacer mayor hincapié en abordar las causas profundas de los problemas de salud mental mediante iniciativas de prevención y promoción de una salud mental y un bienestar positivos.
Precisamente, la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho de los y las niños al “más alto nivel posible de salud y a instalaciones para el tratamiento de enfermedades y la rehabilitación de la salud”, incluida la salud mental.
A pesar de ello, hay una serie de barreras que impiden el acceso a la atención a la salud mental, entre ellas, la disponibilidad insuficiente de servicios y proveedores capacitados; las largas listas de espera; altos costes; una mala coordinación entre sectores; el estigma que existe en la sociedad en torno a los problemas de salud mental; sentimientos de miedo o vergüenza y bajo conocimiento sobre salud mental (tanto entre los/as jóvenes, como entre sus cuidadores y familiares), lo que puede desalentar la búsqueda de ayuda.
Invertir en servicios de salud mental infanto-juveniles es clave
Aunque los datos sobre el acceso de los niños y las niñas a los servicios de salud mental son limitados, la evidencia indica que, en 2022, casi la mitad de los/as adultos/as jóvenes (de 18 a 29 años) tenían necesidades de atención a la salud mental insatisfechas.
Teniendo en cuenta que muchos y muchas jóvenes en la UE presentan problemas de salud mental, la intervención temprana cobra especial importancia, no sólo para mejorar sus vidas, sino también porque la mayoría de los problemas de salud mental en las personas adultas se manifiestan antes de los 18 años. Por lo tanto, UNICEF afirma que “invertir en la salud mental de niños y adolescentes también puede desempeñar una importante función preventiva temprana”.
¿Qué puede hacer la UE para mejorar la salud mental de niños/as, adolescentes y jóvenes?
El informe acoge con satisfacción la atención constante y creciente de la Unión Europea a la agenda de salud mental en los últimos años y, especialmente, desde la pandemia. La Comunicación de la Comisión Europea sobre un enfoque integral de la salud mental, adoptada en junio de 2023, es “un paso encomiable en la dirección correcta”. En la misma línea, UNICEF se hace eco de los principales llamamientos del primer informe del Parlamento Europeo sobre salud mental, adoptado en diciembre de 2023, instando a la UE a que garantice que la salud mental y el bienestar de los niños y adolescentes sigan siendo una prioridad en la agenda política en 2024-29.
Más específicamente, en relación con la salud mental, UNICEF pide:
1. Una Estrategia de Salud Mental integral y multisectorial de la Comisión Europea
Basada en enfoques socioecológicos, inclusivos y de derechos humanos. Esto debe incluir objetivos específicos y viables, un cronograma claro, un presupuesto adecuado e indicadores para monitorear el progreso en todos los países. Esta Estrategia orientaría el trabajo a nivel nacional al exigir a los Estados miembros que desarrollen e implementen planes de acción nacionales adaptados al contexto, reconociendo las disparidades en las necesidades y recursos de salud mental entre varios países, áreas urbanas y rurales y diferentes grupos sociodemográficos.
2. Aumento de los fondos de la UE para acciones en materia de salud mental
Centrándose a su vez, en la prevención, la intervención temprana y servicios de salud mental comunitarios, de calidad y apropiados para la edad para niños/as, adolescentes y sus cuidadores y/o familiares. Con estos fondos se puede ayudar a los Estados miembros de la UE a cubrir los déficits de financiación nacional, acelerando aún más el aumento del gasto nacional en salud mental de un promedio del 3,6% del presupuesto total de salud al 10%, la cifra recomendada por UNICEF y la OMS para los países de altos ingresos (o 5% en los países de ingresos medios).
3. Aplicar plenamente la Garantía Infantil Europea
El acceso gratuito a servicios de salud de calidad es uno de los componentes clave de la Garantía Infantil Europea y se reconoce que los niños con problemas de salud mental son uno de los grupos que pueden experimentar desventajas específicas.
4. Integrar la salud mental en todas las políticas de la UE, tanto internas como externas
Esto permitiría incorporar las consideraciones sobre salud mental en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de políticas, legislación y programas de gasto.
5. Crear conciencia y abordar el estigma
Una iniciativa de la UE para abordar el estigma y la discriminación, así como desarrollar la alfabetización en salud mental, apoyaría las actividades de programas y políticas europeas y ayudaría a normalizar la conversación sobre las necesidades de salud mental y el comportamiento asociado de búsqueda de ayuda entre el público en general. Se hace referencia en este punto al llamamiento del informe del Parlamento Europeo sobre salud mental, para que el próximo Año Europeo (2025) se centre en la salud mental.
6. Actualizar y hacer cumplir la legislación para proteger a los niños de los riesgos reconocidos y emergentes de violencia en el entorno digital
En este punto, debe abordarse también la brecha digital y el acceso equitativo al aprendizaje digital y promover las habilidades y la alfabetización digitales. En el espacio digital, la UE debería adoptar un enfoque equilibrado respecto de la gestión de riesgos y las barreras de acceso, incluso en el área de la Inteligencia Artificial (IA): estos sistemas pueden y deben proteger, atender y empoderar a los niños.
7. Mejorar la base de evidencia
Si bien este informe intenta hacer el mejor uso de las fuentes de datos existentes, sólo puede crear una imagen parcial. Actualmente, falta información actualizada y comparable sobre la salud mental infantil en toda la UE, lo que impide un seguimiento oportuno y preciso y obstaculiza los esfuerzos por mejorar la situación.
Se puede acceder al informe completo desde la página Web de UNICEF o bien directamente aquí: