La OMS advierte de la alarmante prevalencia de violencia contra las adolescentes por parte de sus parejas
06 Sep 2024

La violencia de pareja comienza temprano en la vida de las mujeres y las niñas. Entre los 15 y los 19 años, las adolescentes ya experimentan altas tasas de violencia por parte de sus parejas: el 24% –cerca de 19 millones– de las que han mantenido una relación, han sufrido alguna vez violencia física y/o sexual por parte de su pareja y el 16% la ha padecido en el último año.

Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health y desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de estimar la prevalencia y los patrones de violencia física o sexual de pareja contra niñas adolescentes por parte de parejas masculinas en diversos países, y examinar los factores asociados con la prevalencia de la violencia de pareja en este grupo de edad, a lo largo de la vida y en el último año.

Tal y como señala la OMS, la violencia de pareja es un grave problema de salud pública y de derechos humanos endémico en todos los países. Los datos indican que más del 27% de las mujeres de entre 15 y 49 años que alguna vez han tenido pareja han sido víctimas de violencia física o sexual (o ambas) por parte de una pareja íntima al menos una vez en su vida, y el 13% ha sufrido esta violencia en el último año.

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 08/08/24

La Organización alerta del comienzo precoz de la violencia de género dentro de la pareja en la vida de las mujeres y las niñas: casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años que han tenido pareja ya han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, al menos una vez en su vida, y el 16% ha tenido experiencias de este tipo en el último año. Según advierte, esta violencia puede tener efectos sustanciales y duraderos en su salud física y mental, su educación, su empleo y sus relaciones futuras.

Por lo tanto, teniendo en cuenta los graves efectos que tiene la violencia de pareja en la vida de las mujeres, es crucial prevenirla. En este sentido, “comprender los patrones nacionales y regionales de prevalencia de la violencia de pareja contra las adolescentes y los factores que perpetúan esta violencia, o los factores que ayudan a reducirla, es importante para fundamentar políticas y programas de prevención y respuesta basados ​​en evidencia”.

A este respecto, la OMS destaca que, pese a los múltiples estudios que evidencian el “importante papel de los factores macrosociales, económicos y políticos en la prevalencia de la violencia de pareja y la violencia contra las mujeres en general”, a día de hoy, continúa habiendo “poca evidencia transnacional sobre cómo y si estos factores ecológicos, incluido el matrimonio infantil, la legislación inequitativa en materia de género y el acceso restringido de las mujeres a la educación y la fuerza laboral, están asociados con la violencia de pareja contra las adolescentes”.

La OMS alerta del comienzo precoz de la violencia de género dentro de la pareja en la vida de las mujeres y las niñas

A pesar de que la violencia de pareja contra las adolescentes y el matrimonio infantil se reconocen como prioridades mundiales, son cuestiones que siguen siendo frecuentes: las cifras actuales muestran que el 19% de las mujeres de entre 20 y 24 años en todo el mundo se han casado antes de cumplir los 18 años.

Dado lo expuesto, el objetivo del presente estudio es presentar estimaciones regionales y nacionales de prevalencia de la violencia física o sexual por parte de parejas masculinas contra las adolescentes (de entre 15 y 19 años) en 161 países y zonas. Asimismo, se pretende analizar la asociación de factores económicos, sociales y políticos a nivel de país, incluida la prevalencia del matrimonio infantil, con la prevalencia de la violencia de pareja a lo largo de la vida y la prevalencia de la violencia de pareja en el último año.

Para ello, los autores han utilizado las estimaciones mundiales, regionales y nacionales de 2018 sobre la violencia de pareja publicadas por la OMS y metadatos económicos, sociales y políticos de bases de datos específicas de cada tema. Basándose en los datos de la Base de datos Mundial de la OMS sobre la Prevalencia de la violencia contra la mujer, han aplicado técnicas de modelado bayesiano jerárquico para estimar la prevalencia de la violencia física o sexual (o ambas) de pareja contra niñas adolescentes de 15 a 19 años a lo largo de la vida y en el último año, por país. Se han usado métodos de regresión lineal para examinar los factores sociales, económicos y políticos contextuales asociados con la violencia de pareja contra las adolescentes en los 101 países (prevalencia de vida) y 105 países (prevalencia en el último año) para los que estos metadatos están disponibles.

A continuación, recogemos los principales resultados obtenidos:

La violencia de pareja comienza temprano en la vida de las mujeres y las niñas. La prevalencia mundial estimada de violencia física o sexual de pareja contra adolescentes de 15 a 19 años que alguna vez han tenido pareja es del 24% a lo largo de la vida y del 16% en el último año. Hay una variabilidad considerable en la prevalencia entre los distintos países y regiones geográficas, con una prevalencia a lo largo de la vida que oscila entre el 6% en Georgia y el 49% en Papúa Nueva Guinea. A juicio de los autores, “en muchas regiones, las adolescentes podrían correr un alto riesgo de sufrir recientemente o en la actualidad violencia física o sexual por parte de un esposo u otra pareja”.

En general, la prevalencia de violencia de pareja contra adolescentes, tanto a lo largo de la vida como en el último año, es mayor en los países y regiones de ingresos bajos y medianos bajos que en los países y regiones de ingresos altos. Estas diferencias entre las regiones en función del nivel de ingresos son más marcadas en relación con la violencia de pareja en el último año, en comparación con la prevalencia a lo largo de la vida.

Los países con tasas más altas de adolescentes matriculadas en la escuela secundaria y aquellos con leyes más igualitarias en términos de género tienen una menor prevalencia de violencia de pareja contra adolescentes. En aquellos países y sociedades de ingresos más bajos con una alta prevalencia de matrimonio infantil, la prevalencia de violencia física o sexual de pareja contra adolescentes es más alta.

El 24% de las adolescentes que ha tenido pareja ha sufrido violencia alguna vez por su parte, el 16% la ha padecido en el último año

El estudio destaca cómo estos resultados probablemente reflejan los desafíos que las adolescentes podrían enfrentar al abandonar relaciones abusivas en entornos con recursos limitados, debido al estigma social y la falta de recursos, apoyo familiar y conocimiento o acceso a servicios de apoyo. Aunque muchas mujeres de todas las edades enfrentan estos desafíos, estos factores “son particularmente relevantes para las adolescentes en relaciones abusivas y exacerban la vulnerabilidad de las mismas”.

Como bien señala, la adolescencia es una fase crucial del desarrollo en la que las jóvenes están explorando nociones de relaciones saludables y habilidades de resolución de conflictos y es cuando los estereotipos de género dañinos se refuerzan o se cuestionan. Los importantes problemas a corto y largo plazo asociados con la violencia de pareja, como el embarazo adolescente, el aborto inseguro, las lesiones, la depresión y la ansiedad, han sido bien documentados. Estos también pueden afectar negativamente las oportunidades educativas y de empleo futuro.

La alarmante prevalencia de esta violencia y sus posibles efectos en las vidas de las adolescentes ponen de manifiesto la urgencia de contar con intervenciones, estrategias y políticas de prevención temprana basadas en la evidencia.

La prevalencia de la violencia de pareja se asocia con factores sociales, económicos y políticos contextuales

Los hallazgos también indican que los factores sociales, económicos y políticos contextuales están asociados con la prevalencia de la violencia de pareja. Un ejemplo de ello, es el matrimonio infantil: aunque, a nivel mundial, el porcentaje de matrimonios en adolescentes menores de 18 años ha estado disminuyendo gradualmente durante la última década, esta grave práctica sigue estando muy extendida en África subsahariana (35%), Asia meridional (30%), América Latina y el Caribe (24%), Oriente Medio y el norte de África (17%) y Asia oriental y central (12%). Estas regiones también tienen la prevalencia más alta de violencia de pareja durante la vida y en el último año. El matrimonio infantil es un importante indicador de la desigualdad de género a nivel de país, y, a menudo se sustenta en las mismas normas de género inequitativas que perpetúan la violencia contra las mujeres y las niñas.

La práctica del matrimonio infantil a menudo coexiste con otras prácticas que discriminan a las mujeres y las niñas, como la dote y el precio de la novia, que pueden ser un incentivo adicional para que las familias pobres con poco o ningún acceso a la educación casen a sus hijas temprano. El matrimonio infantil se caracteriza comúnmente por diferencias de edad entre los cónyuges (niñas casadas con hombres mayores), con desequilibrios de poder que pueden aumentar la probabilidad de abuso.

Todos estos factores, además del abandono temprano de la escuela, el embarazo, ser madre adolescente y asumir responsabilidades domésticas, exacerban la dependencia económica y social y representan vías potenciales para la violencia de pareja. También son barreras para que las adolescentes y las mujeres abandonen relaciones abusivas.

Los datos muestran una correlación entre la educación y una menor prevalencia de violencia de pareja

La tasa nacional de adolescentes y mujeres matriculadas en la educación secundaria, es una medida del empoderamiento de la mujer e indicativa de la igualdad de género en un país, y constituye un factor importante asociado con la prevalencia del año anterior de violencia de pareja contra las adolescentes en un país.

Como señalábamos en párrafos anteriores, los resultados del presente estudio revelan que la correlación entre la educación y una menor prevalencia de violencia de pareja también debilita la asociación entre el matrimonio infantil y la violencia de pareja. Este importante hallazgo es indicativo de que, a nivel de población, en las sociedades en las que una mayor proporción de mujeres y niñas tienen acceso a la educación secundaria, la asociación del matrimonio infantil con la violencia de pareja entre las adolescentes podría reducirse. Por lo tanto, la educación es una herramienta esencial para desafiar la aceptación social de la violencia de pareja, dota a las niñas de mayor autonomía e independencia económica (incluso en la toma de decisiones), factores que se asocian con niveles más bajos de violencia de pareja en la adolescencia y la edad adulta.

Además, tanto a nivel individual como social, las adolescentes y las mujeres jóvenes con estudios y formación pueden tener más probabilidades de reconocer y etiquetar sus experiencias como abuso y más capacidad para salir de las relaciones violentas. Se justifica una mayor investigación y una exploración más profunda de estas asociaciones y vías para evaluar las posibles implicaciones para las políticas y la programación.

Los autores consideran que una legislación orientada a combatir la violencia contra las mujeres y promulgar leyes sobre la edad mínima para contraer matrimonio es importante, incluso para crear conciencia y mostrar el compromiso de un gobierno con la lucha contra la violencia contra las mujeres y el matrimonio infantil. Sin embargo, “para que una ley sea útil, es necesario que sea de calidad, integral y, sobre todo, que se aplique.

Hay 39 países en los que la edad legal para contraer matrimonio es de más de 18 años, tanto para hombres como para mujeres, y 155 países con leyes sobre violencia doméstica, y, no obstante, hay una prevalencia generalizada del matrimonio infantil y de la violencia de pareja, incluso contra las adolescentes. Esta brecha pone de relieve la trascendencia de promulgar una legislación eficaz junto con otras intervenciones (incluidas las que desafíen las normas de género discriminatorias), y de garantizar el acceso a la educación y a las oportunidades económicas para reducir y, en última instancia, eliminar la violencia contra la mujer, incluida la violencia de pareja.

La asociación del matrimonio infantil con la violencia física o sexual de pareja entre las adolescentes subraya la urgente necesidad de combatir el matrimonio infantil, implementar programas y políticas para apoyar a las niñas que se casan antes de los 18 años y asegurar que todas las adolescentes y mujeres tengan los recursos necesarios para abandonar las relaciones abusivas.

Es prioritario emprender medidas para abordar y reducir la violencia contra las mujeres y las niñas

A partir de estos resultados, queda más que clara la relevancia de fortalecer las políticas nacionales para proteger y promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres, ampliar las oportunidades educativas mediante políticas y programas que apoyen la educación secundaria y superior de las niñas, y cambiar las normas sociales y de género nocivas que perpetúan la práctica del matrimonio infantil y consienten o refuerzan la violencia contra las mujeres y las niñas.

El estudio concluye destacando la evidencia de que ningún país está en camino de eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas o de poner fin a la práctica nociva del matrimonio infantil para la fecha límite marcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030. Para poder abordar y reducir la violencia contra las mujeres y las niñas son esenciales, tanto la voluntad política como las inversiones sociales en intervenciones de prevención basadas en la evidencia y en servicios de apoyo para las mujeres.

Se puede acceder al estudio completo desde la página Web de The Lancet o bien a través del siguiente enlace:

Fuente: Sardinha, L., Yüksel-Kaptanoğlu, I., Maheu-Giroux, M., & García-Moreno, C. (2024). Intimate partner violence against adolescent girls: regional and national prevalence estimates and associated country-level factors. The Lancet Child & Adolescent Health. Published Online, July 29, 2024

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