La OMS actualiza sus datos sobre trastorno bipolar
03 Sep 2024

A las personas con trastorno bipolar les conviene cambiar de hábitos para mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, necesitan seguir un patrón regular de sueño, realizar actividad física, tomar una alimentación saludable, reducir los factores causantes de estrés y controlar su estado de ánimo. Las intervenciones psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal y la psicoeducación, pueden ayudar eficazmente a aliviar los síntomas depresivos y la posibilidad de que reaparezcan.

Estos son algunos de los datos destacados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su actualización de datos y cifras relativos al trastorno bipolar, recogida en su página Web.

Tal y como lo define la OMS, el trastorno bipolar es “una afección de salud mental que afecta al estado de ánimo, la energía, la actividad y la ideación de la persona y que se caracteriza por la aparición de episodios maníacos (o hipomaníacos) y depresivos.”

trastorno bipolar
Fuente: freepik. Foto: pch.vector. Fecha: 07/08/24

Durante el episodio maníaco, la persona presenta un estado de ánimo muy elevado, con “mucha vitalidad”: se siente muy contenta, excitada e hiperactiva. Puede sentirse también eufórica, cambiar de estado de ánimo de forma brusca y exteriorizar en exceso sus emociones (por ej., reírse sin parar o sentirse más irritable, nerviosa e inquieta de lo normal).

Estos cambios que se producen en el estado de ánimo y en las actividades se acompañan de otros síntomas característicos, tales como, una sensación exagerada de autoestima o de valía personal; un discurso acelerado y cambios rápidos de una idea a otra; dificultades para concentrarse y facilidad para distraerse; disminución de la necesidad de dormir; comportamientos imprudentes o arriesgados (gastar más dinero de la cuenta, mantener relaciones sexuales de riesgo, beber o hacerse daño a uno mismo o a los demás); ideas de grandeza o la creencia errónea de ser perseguido, etc.

Por otro lado, durante un episodio depresivo, la persona tiene un estado de ánimo depresivo y se siente triste, irritable y vacía, pudiendo perder el interés por realizar actividades de las que antes disfrutaba y no obtener placer al realizarlas. Suelen aparecer otros síntomas, entre ellos, baja concentración, sentimiento excesivo de culpa o baja autoestima, desesperanza respecto al futuro, ideas sobre la muerte o suicidas, trastornos del sueño, cambios en el apetito y/o el peso, o sensación de estar muy cansado o de tener poca energía.

En función del patrón de episodios maníacos, hipomaníacos y depresivos se distingue entre trastorno bipolar Tipo I y Tipo II

La OMS recuerda que la diferencia entre los episodios depresivos del trastorno bipolar y las fluctuaciones del estado de ánimo que experimentan la mayoría de las personas, radica en que “los síntomas duran la mayor parte del día y están presentes casi todos los días durante al menos dos semanas”.

De acuerdo con la Organización, algunas personas con trastorno bipolar pueden presentar episodios hipomaníacos, caracterizados por la presencia de “síntomas similares a los maníacos pero de menor intensidad, que no suelen alterar en la misma medida la capacidad funcional de la persona”.

Así, en función del patrón de los episodios maníacos o hipomaníacos y depresivos, se distinguen dos tipos principales de trastorno bipolar:

  • Tipo I: cuando la persona presenta uno o más episodios maníacos entre los cuales se alternan episodios depresivos, que con el tiempo suelen ser más frecuentes que los maníacos.
  • De Tipo II: se dan uno o más episodios hipomaníacos y al menos un episodio depresivo, pero no hay episodios maníacos.
Las personas con trastorno bipolar sufren discriminación y estigmatización, tanto por parte de su entorno social como de los servicios de salud

Con respecto a la prevalencia, según las cifras correspondientes a 2019, cerca de 40 millones de personas (uno de cada 150 adultos, es decir, el 0,53% de la población mundial) presentan un trastorno bipolar. Esta afección se observa principalmente en personas en edad laboral, pero también en otras más jóvenes.

Asimismo, a pesar de que su prevalencia es aproximadamente la misma en hombres que en mujeres, los datos indican que a ellas se les diagnostica menos. De hecho, la Organización advierte de la baja cobertura de tratamiento de este trastorno en todo el mundo, con una gran cantidad de casos infradiagnosticados y falta de acceso a los servicios e intervenciones recomendados, principalmente, en países de ingresos medianos y bajos.  

De igual modo, alerta de la discriminación y estigmatización que sufren las personas con trastorno bipolar, tanto por parte de su entorno social como por los servicios de salud, lo que dificulta que busquen ayuda cuando la necesitan. En la misma línea, señala, “la exclusión social que sufren puede limitar las opciones de formación, empleo y vivienda que se les ofrecen”.

A pesar de que los síntomas del trastorno bipolar son recurrentes, es posible recuperarse con la atención adecuada

El trastorno bipolar es una de las principales causas de discapacidad en el mundo y puede afectar a muchas esferas de la vida (ámbito laboral, social, familiar, educativo, etc.).

La OMS indica que no se conoce la causa exacta de este trastorno, pudiendo influir en su aparición, evolución y pronóstico, múltiples factores biológicos, psicológicos, sociales y estructurales. Se ha observado que las personas con trastorno bipolar tienen más probabilidad de presentar ansiedad, de fumar, consumir sustancias y/o bebidas alcohólicas, realizar conductas suicidas, sufrir enfermedades orgánicas (por ejemplo, cardiovasculares y respiratorias) y encontrar dificultades para acceder a los servicios de salud. En conjunto, advierte, “estas personas fallecen más de 10 años antes que la población general”.

No obstante, a pesar de que los síntomas del trastorno bipolar suelen ser recurrentes, la OMS afirma que “es posible recuperarse”: con la atención adecuada, la persona “puede hacer frente a sus síntomas y llevar una vida plena y productiva”.

El trabajo, por su parte, si bien puede ser una fuente de estrés para estas personas, también puede protegerlas: si las condiciones laborales son buenas y están adaptadas, “se puede facilitar la recuperación al potenciar sus actividades, reducir los síntomas y mejorar su calidad de vida y su autoestima”.

Entre las intervenciones psicológicas, la OMS destaca la TCC, la terapia interpersonal y la psicoeducación

Con respecto al tratamiento, pone de relieve la existencia de varias opciones terapéuticas eficaces, que suelen combinar el tratamiento farmacológico y las intervenciones psicológicas y psicológicas y sociales.

Para mejorar la calidad de vida de las personas con trastorno bipolar es clave fomentar un cambio de hábitos (por ej., seguir un patrón regular de sueño, realizar actividad física, tomar una alimentación saludable, reducir los factores causantes de estrés y controlar su estado de ánimo). En este sentido, las intervenciones psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal y la psicoeducación, “pueden ayudar eficazmente a aliviar los síntomas depresivos y la posibilidad de que reaparezcan”.

El apoyo de familiares y amigos es crucial para el/la paciente. La psicoeducación familiar puede ayudar a las familias a comprenderle y ayudarle mejor, y a través de los grupos de apoyo, la persona con trastorno bipolar puede recibir estímulos positivos, herramientas para hacer frente a los problemas y compartir sus experiencias, siendo de gran ayuda tanto para ellos/as como para sus familiares.

Entre las intervenciones psicológicas y sociales para la recuperación, la OMS cita el empleo asistido, el alojamiento asistido, el apoyo entre iguales y la formación en competencias sociales y vitales, indicando que este tipo de intervenciones “fomentan la confianza, la autonomía, la capacidad y la inclusión social de la persona”.

Es fundamental dar voz a los y las pacientes en la toma de decisiones sobre su tratamiento y la atención que reciben, teniendo en cuenta sus preferencias

La Organización recuerda que “la medicación no suele bastar por sí sola para recuperarse por completo” e incide en la importancia de brindar a las personas con trastorno bipolar el trato respetuoso y digno que merecen, siendo fundamental darles voz en la toma de decisiones sobre su tratamiento y la atención que reciben, teniendo en consideración sus preferencias y la eficacia y los efectos secundarios de cada fármaco.

El texto finaliza con un resumen de las diferentes medidas y acciones implementadas por la OMS para prestar una atención de calidad con los servicios adecuados a las personas con problemas de salud mental, incluido el trastorno bipolar, entre ellas, el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, su Iniciativa Especial sobre Salud Mental, el Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental de la OMS, o las orientaciones en materia de servicios comunitarios de salud mental y de planteamientos centrados en la persona y basados en los derechos.

Fuente: OMS (2024, 8 de julio). Trastorno bipolar. Datos y cifras. Notas descriptivas. Centro de prensa. Organización Mundial de la Salud. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/bipolar-disorder

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