Los problemas de salud mental y las dificultades de ajuste psicológico entre los y las adolescentes se erigen como un desafío personal, familiar, educativo y socio-sanitario. Por lo tanto, se hace necesario abordar este reto social emergente mediante el estudio y la implementación de estrategias de promoción del bienestar psicológico y prevención de los problemas de salud mental en contextos educativos.
Con esta introducción, se presenta un artículo publicado en la revista Papeles del Psicólogo y desarrollado por los/as psicólogos/as Eduardo Fonseca, Adriana Díez, Alicia Pérez-Albéniz, Beatriz Lucas, Susana Al-Halabí y Pilar Calvo, a través del cual ponen de relieve, a la luz de los datos epidemiológicos derivados del proyecto PSICE (Psicología Basada en la Evidencia en Contextos Educativos), la importancia de abordar la salud mental en el ámbito educativo.
A lo largo de sus páginas, el artículo aborda la importancia de los centros educativos “como el lugar natural donde promocionar el bienestar psicológico y la salud mental infanto-juvenil”, recogiendo los resultados de prevalencia derivados del estudio PSICE, para destacar la trascendencia de promover, proteger y cuidar la salud mental durante la infancia y la adolescencia en los entornos educativos, así como la inversión que ello supone, tanto para la salud pública, como para el desarrollo económico y social.
Fuente: freepik. Autor: freepik. Fecha: 26/09/23
El contexto educativo, el lugar idóneo y natural para la promoción del bienestar psicológico y la prevención de problemas de salud mental
Tal y como señalan los autores de este artículo, los diferentes estudios sitúan la prevalencia de los problemas de salud mental infanto-juveniles en un 12-13% aproximadamente, advirtiendo, a su vez, del aumento de casos de suicidio en España, que se cifran según los últimos datos del INE, en 4003 fallecimientos por este motivo.
Asimismo, las investigaciones sobre salud mental en la infancia y la adolescencia evidencian que las dificultades en el ajuste emocional o comportamental se suelen iniciar, en un 50% de los casos, antes de los 15 años, y en un 75% antes de los 25 años, y que el desarrollo del primer trastorno mental suele presentarse antes de los 14 años en un tercio de los casos y antes de los 18 en casi la mitad (48,4%).
La literatura al respecto, señala la existencia de múltiples factores de riesgo en la base de los problemas de salud mental infanto-juveniles, la mayoría de naturaleza transdiagnóstica y modificables, pudiendo realizarse esta modificación desde el contexto escolar.
Teniendo en cuenta la importancia de la detección precoz y la intervención temprana para poder prevenir las posibles problemáticas en el ajuste psicológico y escolar de los y las menores, los autores de este artículo consideran clave el desarrollo de actuaciones para la promoción del bienestar psicológico y la prevención de problemas de salud mental, siendo los centros educativos “el lugar natural e idóneo” para ello.
Esta afirmación se sustenta en el hecho de que, después del ámbito familiar, el educativo es el contexto donde más tiempo pasan los y las menores, generando experiencias significativas para construir su identidad, estableciendo relaciones interpersonales y desarrollando competencias socioemocionales como la autorregulación, la asertividad y la resiliencia.
El objetivo del Proyecto PsiCE es la mejora de las estrategias para la detección y prevención de problemas emocionales y el acceso a una intervención eficaz, efectiva y eficiente
Dada la importancia de la salud mental infanto-juvenil y sus problemáticas asociadas, así como el impacto que pueden tener a nivel personal, familiar, escolar y sociosanitario, la Psicología y la sociedad desempeñan un rol clave a la hora de dar una respuesta. Por este motivo, el artículo destaca la necesidad de “abordar este desafío social emergente mediante investigación que se fundamente en la obtención de pruebas empíricas”.
En este sentido, se plantea el Proyecto PsiCE con el objetivo de mejorar y optimizar las estrategias para la detección y prevención de problemas emocionales, así como el acceso a una intervención eficaz, efectiva y eficiente. A un nivel más concreto, trata de analizar la eficacia del protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de síntomas de ansiedad y depresión en adolescentes (UP-A) en contextos educativos.
Como bien explican sus autores, el propósito de esta iniciativa es la prevención de los problemas emocionales, así como la mejora y optimización del ajuste socioemocional, los procesos de aprendizaje y el rendimiento académico. Entre sus objetivos específicos se encuentra el de evaluar las tasas de prevalencia de dificultades en el ajuste emocional en una muestra de adolescentes de la población general.
Para llevar a cabo este estudio, se ha contado con una muestra de 8.749 estudiantes con una media de edad de 14,1 años, pertenecientes a 8 comunidades autónomas (esto es, Andalucía, Castilla La Mancha, Galicia, La Rioja, Madrid, Murcia, Principado de Asturias y Valencia).
Aunque se han utilizado diferentes instrumentos de medida, en este artículo, concretamente, se toman en consideración el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9) versión adolescente, el Generalised Anxiety Disorder Assessment-7 (GAD-7), el Strengths and Difficulties Questionnaire (SDQ) versión autoinforme y la escala SENTIA de conducta suicida para adolescentes.
Los datos avalan la necesidad de contar con profesionales de la Psicología dentro del centro educativo
Así, según se desprende del SDQ, los datos sobre prevalencia de dificultades emocionales y conductuales por niveles de riesgo estimados, muestran cómo un 12% de los y las estudiantes se encuentran en riesgo de problemas psicológicos, emocionales y conductuales.
A este respecto, de acuerdo con los niveles de riesgo de sintomatología ansiosa y depresiva estimados mediante el PHQ-9 y el GAD-7, respectivamente, un 32% de los y las menores, presenta síntomas de depresión de intensidad moderada a grave, y un 34% revela sintomatología ansiosa también en estos altos niveles.
En relación con las cifras referentes al suicidio entre adolescentes valoradas con la escala SENTIA, un 21% de los y las adolescentes revela haber deseado estar muerto/a alguna vez, con aparición de ideas en torno a ello en casi un 17% y planificación de llevarlo a cabo en el 7,5%. Un 5% manifiesta haberlo intentado en algún momento a lo largo del último año.
Si bien los autores de este trabajo apelan a la cautela a la hora de interpretar sus resultados dado que el mismo “no está exento de limitaciones”, sí consideran que este estudio inicial y pionero en España puede permitir el “comenzar a tomar decisiones informadas en materia de salud mental”.
Estas problemáticas detectadas entre el alumnado a través de los cuestionarios no hacen sino avalar la necesidad de contar dentro del contexto escolar con profesionales “específicamente formados en el desarrollo humano, la salud mental y la prevención comportamental”, una formación inherente a los y las profesionales de la Psicología.
El/la psicólogo/a educativo/a: figura clave dentro del contexto escolar
Urge, por lo tanto, que el sistema educativo “tome conciencia de su responsabilidad en este campo y promueva el desarrollo y consolidación del profesional de la Psicología educativa” en los centros escolares, en aras de “mejorar el bienestar de la comunidad educativa, la educación emocional y la atención a la diversidad”.
Los autores del artículo consideran fundamental aquí una perspectiva que abogue por el abordaje psicológico específico desde la promoción de la salud mental hasta la intervención de los problemas de esta índole “y que cuente con profesionales de la Psicología colegiados que garanticen las competencias exigidas por ley”, en línea con las recomendaciones y propuestas de los/as expertos/as en salud mental infanto-juvenil.
Se puede acceder al artículo completo desde la página Web de Papeles del Psicólogo o bien directamente aquí:Profesionales de la Psicología en Contextos Educativos: una necesidad ineludible