A pesar de presentar con más frecuencia problemas de salud mental, el 69,1% de las adolescentes víctimas de violencia de género y el 71,2% de las niñas, niños o adolescentes que viven estas situaciones en su entorno familiar, no reciben ningún tipo de tratamiento psicológico.
Esta es una las preocupantes conclusiones recogidas por la Fundación ANAR en su informe “Evolución de la Violencia contra las mujeres en la infancia y adolescencia en España (2018-2023), según su propio testimonio”, un documento fruto de un estudio realizado por la Fundación, con el propósito de conocer la evolución de la Violencia contra las mujeres en la infancia y adolescencia en España, entre los años 2018 y 2023, a través de la voz de los propios niños, niñas y adolescentes, y conocer los cambios y tendencias detectados en estos últimos años, mediante el estudio de los casos atendidos a través de las distintas Líneas de Ayuda ANAR.
Tal y como señala ANAR, la violencia hacia las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres constituye “una problemática social que ha experimentado un gran cambio en cuanto a su visibilización y compromiso social hacia ella”. Si bien en España se han producido muchos avances legislativos en la lucha contra este tipo de violencia, diversos estudios ponen de manifiesto que, a pesar de los esfuerzos realizados, esta problemática se mantiene e “incluso pasa desapercibida”, entre los y las más jóvenes.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 24/05/24
Por este motivo, se ha llevado a cabo este estudio, centrado en la situación actual y en las experiencias de niños/as y adolescentes españoles/as respecto a este tipo de violencias, con el fin de obtener una mejor comprensión de este fenómeno. Se trata de un estudio descriptivo, longitudinal y con un enfoque interseccional, basado en un total de 416.325 llamadas que fueron necesarias para atender a 20.515 menores que contactaron con ANAR por diversos motivos de violencia contra las mujeres.
Los datos del análisis cuantitativo, descriptivo, relacional y factorial, se han obtenido a partir de las consultas, que las menores de edad y las personas adultas de su entorno, han realizado a través del Teléfono/Chat ANAR. Por su parte, el análisis cualitativo ha consistido en el estudio discursivo de una muestra de casos de niñas y adolescentes que han contactado por algún tipo de violencia contra la mujer y por otra muestra de 5 grupos de discusión (4 con preadolescentes y adolescentes-2 de chicos y 2 de chicas- y 1 con profesionales vinculados con la violencia contra las mujeres, contando en este grupo con dos psicólogas expertas en el ámbito) y 9 entrevistas en profundidad (5 personas expertas, entre ellas, una psicóloga, y 4 representantes de asociaciones de familias víctimas de violencia contra la mujer).
A continuación, recogemos los principales resultados del estudio:
Evolución de la incidencia de la Violencia contra las mujeres, según datos ANAR
- Del total de llamadas atendidas por la Fundación ANAR, entre oct. 2018 y oct. 2022, a través de su Teléfono/ Chat, 30.663 han requerido de orientación especial por parte de un/a profesional. Este tipo de consultas han experimentado una tasa de crecimiento en este periodo del 30,9%, tasa aumenta al 44,2% desde el año de la pandemia. Concretamente, el número de casos por Violencia contra las mujeres se eleva a 20.515 casos, a los que ANAR ha ayudado psicológicamente, y, en su caso, ha derivado y/o ha realizado intervenciones con otros servicios u organismos externos.
- Los datos muestran una mayor tasa de crecimiento en los casos de violencia de género (87,7%) y de Violencia sexual (39,4%), mientras que se observa un descenso en la tasa de violencia doméstica y otro tipo de violencia física y/o psíquica (-18,5% y -4,7%, respectivamente). Sin embargo, ANAR destaca que en todos los tipos de violencia se registró un incremento sustancial desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, “alcanzando la Violencia de género una tasa de crecimiento del 119,2%, la Violencia sexual del 68,3%, la Violencia doméstica del 17% y otro tipo de violencia física o psíquica el 20%”. Para los autores del informe, queda más que claro que el confinamiento “ha sido un factor estresante y coadyuvante, que ha incidido en un aumento de los casos de Violencia contra las mujeres”, agravando este tipo de violencia, “sobre todo, la que sufren las menores en sus relaciones de pareja y los niños/as o adolescentes que la viven en su entorno”.
Violencia de género en adolescentes
- Se han atendido por violencia de género en adolescentes a un total de 1.460 niñas y adolescentes, correspondientes a 1.974 consultas de orientación especial. Más de la mitad de las consultas (56,9%) sobre violencia de género en adolescentes se realizan a través de la Línea del niño/a y del adolescente. Cuando la que contacta es una persona adulta, normalmente es alguien de la familia (84,4%), y más frecuentemente, la madre/madrastra (77,1%).
- El 98,9% de las niñas/adolescentes que han sufrido violencia de género tienen entre 14 y 17 años (edad media de 16 años). La mayoría está cursando estudios de Educación secundaria (46,1%) o Bachillerato (31,4%). El 49,8% presenta un bajo rendimiento escolar y el 47,7% un bajo nivel de satisfacción escolar (este último se acentúa durante el último año).
- El 95,2% de las adolescentes viven con la familia, normalmente con ambos progenitores/as (56,4%), con la madre (28%) o la madre y familia (6,2%). La mayor parte de las que sufren violencia en la pareja o expareja, viven en familias no monoparentales (61%). Con mayor frecuencia son hijas de familias numerosas, de tres hermanos/as o más (77,1%), siendo las hermanas mayores en el 58,4% de los casos.
- Los datos revelan que, aproximadamente, siete de cada diez adolescentes (68,8%) que llaman a ANAR, porque están sufriendo violencia de género, pertenecen a familias no migrantes, produciéndose además un aumento en el periodo postpandemia. Según datos del INE, “aunque se mantiene una mayor tasa de este tipo de violencia entre las niñas y adolescentes de familias extranjeras se está produciendo un proceso de homogeneización de la violencia en parejas de adolescentes entre españolas (tasa por 100.000 (2021): 14,9) y extranjeras (tasa por 100.000 (2021): 17,7)”.
En el 74,5% de los casos, la violencia sufrida es muy grave y en el 57,9%, de elevada urgencia, produciéndose a diario en el 66,2% de las situaciones, y durante más de un año en el 43%
- El 57% de las peticiones de ayuda de adolescentes se hacen cuando la violencia se da durante la fase de noviazgo (57%). Para ANAR esto es clave, ya que “facilita adoptar medidas de prevención ante la posibilidad de una ruptura, fase de exnovios, en la que se producen situaciones de mayor gravedad que requieren con mayor frecuencia medidas cautelares y de protección”. Un 32,6% de los agresores tienen 18 años o más, lo que, a su juicio, “puede suponer, un mayor riesgo de conductas violentas por su mayor madurez”.
- Casi tres cuartas partes de los casos atendidos por violencia de género en adolescentes se han valorado como de “alta” gravedad (74,5%) y algo más de la mitad de “alta” urgencia (57,9%), características que han aumentado de forma importante desde la pandemia. En casi 7 de cada 10 casos (66,2%), la violencia se produce diariamente y en el 43% dura “más de un año”. También a lo largo del periodo analizado, se aprecia un aumento de la frecuencia y duración de estos problemas.
- Destaca el papel relevante que desempeñan las TICs en la violencia de género que se produce en adolescentes (79,7% de los casos), una implicación que ha aumentado significativamente en el período postpandemia.
Destacan los problemas de salud mental asociados a la violencia de género en adolescentes
- Entre los problemas asociados a la violencia de género en adolescentes destacan los problemas de salud mental (48,8%) y, dentro de éstos, las conductas suicidas (ideación e intento de suicidio) 36,7%, otros problemas psicológicos (26,6%), los problemas de conducta (20,9%) y las autolesiones (15,8%).
- Se pone de relieve su vinculación con otros tipos de violencia como la violencia doméstica (17,9%) -relacionada con el maltrato intrafamiliar físico (36,8%) y psicológico (34,2%)-, o la sexual (17,9%) -relacionada más frecuentemente con las agresiones sexuales (91,5%)-. A pesar de presentar con frecuencia problemas asociados de salud mental, “casi 7 de cada 10 adolescentes víctimas de este tipo de violencia no reciben tratamiento psicológico (69,1%)”.
- Un alto porcentaje de adolescentes no son conscientes de este problema y un 78,4% no denuncian ni tienen intención de hacerlo. El informe pone de relieve que, en el último año analizado, un 63,7% de las adolescentes que han solicitado atención por este problema revelan que “No” eran conscientes de conductas violentas que sus parejas o exparejas estaban teniendo con ellas. Para los autores del estudio, esto plantea la hipótesis “sobre un posible proceso de normalización de determinadas conductas violentas que empiezan a no percibirse como tales”.
Violencia de género en el entorno familiar
- Se han atendido por violencia de género en el entorno familiar un total de 9.563 niñas/os y adolescentes, que corresponden a 14.872 consultas de orientación especial. Estas peticiones de ayuda se reciben fundamentalmente a través de la Línea del adulto/a (83,7%), principalmente, por parte de algún familiar (87,3%), normalmente la madre/madrastra (65,7%) y, en menor medida, los abuelos/as (7,1%), el padre (6,5%) o los tíos/as (5,3%).
- Un 56,6% de las personas que piden ayuda por violencia de género en el entorno son mujeres y un 43,4% varones. Según advierten varios estudios, la exposición a este tipo de violencia por parte de los varones “aumenta la posibilidad de que ejerzan violencia en la edad adulta y por parte de las niñas/adolescentes se asocia con un mayor riesgo de que sufran violencia en la pareja posteriormente”. De acuerdo con el informe, son niños y niñas que con mayor frecuencia reciben maltrato directo, presentan mayores problemas de salud física y psicológica, con mayor frecuencia son consumidores de alcohol, tabaco, tranquilizantes, antidepresivos y drogas y utilizan de forma negativa Internet.
- La edad media de estos/as niños/as o adolescentes que contactan o por los que se contacta es de 10 años, un grupo “especialmente vulnerable”, por un lado, por ser “sobre el que se ejerce con mayor frecuencia violencia extrema (víctimas mortales)” y, por otro, por disponer de “menor capacidad y recursos para expresar y acceder a medios que faciliten la intervención en estas situaciones”. En los últimos años, ha aumentado la cifra de adolescentes de 14 años o más que contactan por violencia de género en el entorno familiar.
El 70,3% de las situaciones de violencia en el entorno afectan gravemente el buen desarrollo del o la menor
- La mayor parte de los/as niñas o adolescentes por las que se solicita atención cursan estudios de educación secundaria (37,9%) o primaria (34,2%), y en aproximadamente el 50% de los casos, presentan un rendimiento y satisfacción escolar “bajo”.
- El 46,7% de ellos/as viven con la madre, el 13,2% con la madre y alguien más de la familia, y en un 20,7% conviven con ambos progenitores. Casi 7 de cada 10 niños/as o adolescentes (68,2%) que están sufriendo este tipo de violencia en el entorno, son hijos/as de familias monoparentales. El 50,8% de las víctimas menores de edad pertenecen a familias migrantes, si bien desde la pandemia, están aumentando los casos de quienes viven en familias no migrantes. En el 72,5% de las situaciones, este tipo de violencia se ejerce en familias numerosas de 2 hermanos/as o más, siendo el o la de mayor de edad quien sufre en mayor proporción (54,6%) esta situación.
- El agresor más habitual es el padre (88,9%), aunque también ejercen este tipo de violencia los varones con los que se relaciona la madre (pareja, expareja, padrastro). Si bien el agresor tiene 18 o más años, ANAR destaca “un no despreciable 13,9% con edades inferiores, probablemente debido a violencia provocada por hermanos/as, primos/as o familiares menores de 18 años”.
- En el 54,1% es prioritaria la intervención inmediata ‘para evitar males mayores’. El 70,3% son situaciones afectan gravemente el buen desarrollo del o de la menor, impidiendo que se relacione adecuadamente con su entorno. Estas situaciones en el entorno familiar se dan con una frecuencia diaria en el 55,1% de los casos, durante más de un año (71%).
- La implicación de las TICs en estas situaciones de Violencia de género en el entorno familiar está presente en un 44% de los casos.
Vivir en un ambiente familiar donde se ejerce violencia de género provoca diferentes problemas de salud mental
- De acuerdo con los datos, la violencia de género en el entorno familiar se ejerce, habitualmente, asociada a algún tipo de violencia doméstica contra los niños/as o adolescentes (47,5%), problema de salud mental (16%) u otro tipo de violencia física/psíquica (9,1%).
- La violencia doméstica que se produce en mayor medida es el maltrato físico (37,7%) y psicológico (39,7%). Asimismo, vivir en un ambiente familiar en el que se ejerce la violencia de género, provoca diferentes problemas de salud mental que afectan al desarrollo del o de la menor, principalmente, problemas psicológicos (44,9%), problemas de conducta (29,9%), conducta suicida (18,2%), autolesiones (4,8%) y adicciones (2,1%). Con relación a otro tipo de violencia física/psíquica, suelen vivir con frecuencia, situaciones de acoso escolar (39,1%) y algún tipo de maltrato extrafamiliar físico (32,9%) o psíquico (22,9%).
- El informe alerta aquí que, a pesar de la presencia de problemas de salud mental asociados a este tipo de violencia en el entorno familiar, “el 71,2% de los niños/as o adolescentes que viven estas situaciones no han recibido ningún tipo de tratamiento psicológico”.
- Un 60,7% de las personas que consultan por violencia de género en el entorno ha denunciado o tiene la intención de denunciar estas situaciones. Pero destaca un 39,3% que no lo han hecho ni tienen la intención de hacerlo.
Violencia contra las mujeres
- El informe incluye aquí datos referentes a la violencia sexual (agresión sexual, grooming, sexting, pornografía, prostitución y aborto), violencia doméstica (abandono, maltrato psicológico, maltrato físico y/o agresión física intrafamiliar, agresión verbal intrafamiliar, castigo, expulsión del hogar y sustracción parental) y otros tipos de violencia física y/o psíquica (acoso escolar, ciberacoso, maltrato físico, maltrato psicológico, agresión física y agresión verbal extrafamiliar y maltrato institucional).
- Se han atendido mediante el Teléfono/Chat ANAR, un total de 9.484 casos de violencia contra las niñas y adolescentes, correspondientes a 13.817 consultas de orientación especial. Con independencia del tipo de violencia, las consultas se realizan en mayor medida por parte de una persona adulta (68,2%).
- El 40,2% de las niñas o adolescentes que solicitan apoyo -o para las que se solicita apoyo-, lo hacen por violencia doméstica, consultando, principalmente, por motivos de maltrato intrafamiliar físico (18,1%) y psicológico (16,5%). El 34,4% de los casos atendidos corresponden a “otro tipo de violencia física y/o psíquica”, destacando las consultas aquí por acoso escolar (23,2%). En tercer lugar, la violencia sexual representa un 25,4% de los casos, principalmente, por agresión sexual (24,2%).
La violencia sexual contra niñas y adolescentes ha aumentado progresivamente en los últimos años
- Se registra un aumento progresivo de la violencia sexual a lo largo del período estudiado, aún mayor en los dos últimos años. De forma específica, han aumentado los casos de agresión sexual y grooming.
- La mayor parte de las niñas o adolescentes que sufren algún tipo de violencia contra las mujeres tiene entre 14 y 17 años, con una edad media de 12 años. ANAR detecta asociaciones significativas entre niñas con 10 años o menos y las siguientes violencias: agresión sexual, abandono, maltrato psicológico, secuestro parental y acoso escolar.
- El 48,8% cursa Educación Secundaria y el 30,6% Educación primaria, con un ‘medio’ o ‘bajo’ rendimiento y satisfacción escolar (71,6% y 76,9%, respectivamente), independientemente del tipo de violencia que sufran.
El 13,9% de las niñas y adolescentes víctimas de violencia contra las mujeres presenta algún tipo de discapacidad (el 67,8% discapacidad intelectual)
- Los datos indican que el 13,9% de las niñas o adolescentes víctimas de Violencia contra las mujeres presentan algún tipo de discapacidad (el 67,8% de ellas con una discapacidad intelectual). La violencia más frecuente que sufren estas niñas con discapacidad es el acoso escolar.
- Casi el 100% de las niñas y adolescentes que sufren algún tipo de violencia contra la mujer, viven con alguien de su familia (98,9%), el 44,4% con ambos progenitores/as y el 28,3% con la madre. Según el tipo de violencia sufrida, se observan variaciones en el familiar con el que convive.
- En el 47,4% de las solicitudes de apoyo a niñas o adolescentes por algún tipo de violencia contra las mujeres, viven en familias monoparentales, pidiendo ayuda, en mayor medida, por situaciones de violencia sexual (27,2%) o doméstica (51,6%) que las que no viven en este tipo de familias. Por otro lado, las que viven en familias no monoparentales contactan con mayor frecuencia por “Otro tipo de violencia física y/o psíquica” (37,3%).
Los casos de violencia sexual y doméstica se consideran de urgencia alta y de elevada gravedad
- En general, el 51,3% de los casos de violencia contra las niñas o adolescentes se consideran de urgencia “alta”, especialmente, las situaciones de violencia sexual (34,2%) o doméstica (44%). Los casos de otro tipo de violencia física y/o psíquica son valorados de urgencia “media” (46,1%) y “baja” (58,5%).
- Los casos valorados de alta gravedad son atendidos en mayor medida por violencia sexual (32,4%) o doméstica (41,6%) que los de gravedad media y baja. Y los valorados de gravedad media o baja se corresponden principalmente, con situaciones de “Otro tipo de violencia física y/o psíquica” (media, 52,4%; Baja, 64,9%).
- Con frecuencia, la violencia se produce a diario (50,1%) y se prolonga durante más de un año (57%), aunque con diferencias significativas en función del tipo de violencia. Así, la frecuencia de la violencia sexual es puntual (56,4%) u ocasional (26,5%); la violencia doméstica es más frecuente a diario (43,7%) o semanalmente (57,5%) y “Otro tipo de violencia física y/o psíquica”, a diario (45,3%). Sucede igual con la duración: la violencia sexual es de duración “puntual” (53,7%) o “semanal” (33,6%); la violencia doméstica dura más de un año (51,3%) y “Otro tipo de violencia física y/o psíquica”, suele tener una duración mensual (51,2%) o dura menos de un año (49,8%).
Los problemas psicológicos más señalados por las niñas y adolescentes son el miedo, la tristeza y la ansiedad
- Los problemas asociados a los diferentes tipos de violencia contra las niñas y adolescentes atendidas se relacionan, fundamentalmente, con problemas de salud mental (66,4%). Dentro de estos problemas, el informe subraya, “por la gravedad de la conducta”, el alto porcentaje de conducta suicida en los casos de violencia sexual (los intentos de suicidio superan en 15,5 y 17,2 puntos porcentuales a los que se mencionan en situaciones de violencia doméstica y “Otros tipos de violencia”, respectivamente). Los problemas psicológicos más señalados son el miedo (22,4%) -prevalece muy ligeramente en casos de violencia sexual (23,1%)-, la tristeza (22,4%) -prevalece en situaciones de violencia doméstica (23,4%) y “Otro tipo de violencia física y/o psíquica” (22,5%)-, y la ansiedad (21,8%), con independencia del grupo de violencia por el que se contacta. En cuanto al resto de problemas asociados, el acoso escolar representa el 45,7% de los casos de “Otro tipo de violencia física y/o psíquica”.
- En violencia doméstica se señalan con más frecuencia como motivos secundarios en esta categoría el maltrato psicológico (36,1%) y el maltrato físico (14,9%). Por otro lado, en las situaciones de Violencia sexual los problemas asociados más mencionados se relacionan con agresión sexual (16,5%), maltrato psicológico (16,9%) y maltrato físico (11,2%).
- Nuevamente, ANAR alerta aquí de que, un 73,5% de las niñas y adolescentes víctimas de violencia contra las mujeres no recibe ningún tratamiento psicológico. Quienes han sufrido violencia sexual reciben con mayor frecuencia tratamiento psicológico (28,4%) que el resto de las víctimas de los otros dos tipos de violencia.
- En el 39,3% de las situaciones de violencia contra las niñas o adolescentes las TICs aparecen implicadas.
Se recomienda que el Coordinador de Bienestar en los centros escolares sea un/a psicólogo/a, considerándolo el profesional más idóneo para ello
A partir de la información recogida, el análisis llevado a cabo, el conocimiento y experiencia de los y las profesionales que atienden los casos de niños, niñas y adolescentes víctimas de Violencia contra las mujeres, a través de las Líneas de Ayuda de la Fundación ANAR, así como de las personas entrevistadas en el estudio (expertas y representantes de asociaciones de familias), y de las personas participantes en los grupos de discusión (profesionales, niños/as y adolescentes), el informe finaliza con una serie de recomendaciones.
Entre ellas, pone de relieve la trascendencia de que tanto en el ámbito escolar como en el de ocio y tiempo libre se designe al Coordinador de Bienestar y al Delegado de Protección respectivamente, considerando imprescindible “que esta figura sea desempeñada por un/a psicólogo/a pues su formación le convierte en el/la profesional más idóneo para el desempeño de todas las funciones que la Ley le asigna”.
Se subraya también la relevancia de un tratamiento psicológico gratuito y accesible, sin necesidad de denuncia previa, para todas las víctimas menores de edad. Teniendo en cuenta que la familia en sus múltiples formas, “es el primer recurso natural de cualquier menor de edad”, la Fundación recuerda el deber que tienen las madres y los padres a la hora de apoyar el tratamiento psicológico.
Cuando el agresor en violencia de género sea menor de edad, debe recibir tratamiento psicológico
De igual modo, y con el propósito de evitar que se multipliquen las víctimas de violencia de género, el informe señala la necesidad de que “siempre que el agresor sea un menor de edad, esté obligado a recibir el tratamiento psicológico y educativo necesario”. En este sentido, el tratamiento psicológico está especialmente indicado ya que “en el momento de desarrollo en el que se encuentra el agresor, es posible revertir sus actitudes machistas y violentas”. Con este tratamiento especializado podría evitarse que siga replicando conductas violentas durante la etapa adulta y frenar así el número de víctimas afectadas.
Por otro lado, se recomienda que, en el momento de denunciar un caso de agresión sexual infantil, se asegure: una exploración por parte de un médico/a-forense y psicólogos/as de guardia expertos/as en la materia, se garantice terapia psicológica para todas las víctimas y, cuando el agresor sea menor de 14 años (sin responsabilidad penal), se le realice un reconocimiento médico y psicológico preceptivo, para descartar que también sea víctima de algún tipo de violencia.
Se puede acceder al informe completo desde la página Web de ANAR o bien directamente aquí: