La adicción al juego aumenta el riesgo de bajas laborales prolongadas durante varios años. Así lo concluye un estudio publicado en la revista Psychological Medicine.
La adicción al juego es un problema de salud mental que presenta graves consecuencias financieras, de salud y sociales. Según indican los autores, se estima que este problema se encuentra infradiagnosticado debido a que muchos pacientes no llegan a revelar su problema, lo que lo convierte en una «adicción oculta».
El equipo de investigación analizó datos de 2.830 personas diagnosticadas de juego patológico y examinó sus ausencias laborales durante seis años, comparándolas con un grupo equivalente de 28.300 personas sin el diagnóstico. En el análisis de datos, se controlaron los efectos de factores como la salud física y mental, el género, la edad, la educación y la ubicación geográfica.
De acuerdo con los resultados, se observó que las personas con adicción al juego tenían un 89% más de riesgo de estar de baja laboral a largo plazo. En concreto, se estimó que esta baja comprendía más de 90 días anuales en el año del diagnóstico.
Asimismo, el riesgo de baja laboral resultó estar desigualmente distribuido. De esta forma, ser mujer, tener menor educación y vivir en áreas menos densamente pobladas fueron factores vinculados a un mayor riesgo de baja laboral prolongada en personas con problemas de juego.
Según los autores, la interferencia de este problema de salud mental en la vida laboral es especialmente preocupante para la recuperación de estos pacientes. Las personas con adicción al juego comúnmente arrastran consigo antecedentes de problemas de salud mental. En este sentido, mantenerse ocupados resulta crucial en su proceso de recuperación. Se trata de una circunstancia que puede tener una enorme influencia tanto en su bienestar mental como en su estabilidad financiera.
En definitiva, los autores abogan por una mejora en la concienciación y formación del personal sanitario y laboral. Consideran crucial identificar tempranamente la adicción al juego en estos entornos. Proponen ampliar el acceso a la terapia y abordar los problemas desde sus inicios para evitar que la situación se agrave. En este sentido, sugieren que la adicción al juego sea tratada con mayor amplitud desde sus primeras manifestaciones, abogando por una intervención temprana. La detección en etapas iniciales permitiría mitigar los impactos negativos en la salud financiera y laboral de los afectados.
Los autores insisten en la necesidad de desarrollar métodos avanzados para detectar la adicción al juego en sus primeras etapas. Además, hacen hincapié en la importancia de mejorar la formación de los profesionales de la salud respecto a esta problemática. De esta forma, se puede ofrecer una atención más efectiva y sensible.
Dado que la adicción al juego suele representar un desafío a largo plazo, los autores proponen una segunda línea de actuación: un seguimiento extendido de hasta diez años. Este seguimiento permitiría comprender a fondo las consecuencias a largo plazo, tanto para los individuos afectados como para su entorno.
Este enfoque a largo plazo se considera esencial para obtener una comprensión más profunda de los impactos de la adicción al juego. Asimismo, permite contribuir a la formulación de estrategias de intervención y apoyo más efectivas. Los autores sostienen que este enfoque a largo plazo es fundamental para desarrollar estrategias que aborden de manera integral las complejidades asociadas con la adicción al juego y sus consecuencias a largo plazo
Fuente:
Månsson, V., et al. (2023) The risk and development of work disability among individuals with gambling disorder: A longitudinal case–cohort study in Sweden. Psychological Medicine.doi.org/10.1017/S0033291723003288