Las comorbilidades de salud mental son prevalentes y problemáticas en pacientes con convulsiones epilépticas, pero a menudo se tratan de manera subóptima. Así lo afirma la Comisión de Psiquiatría de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) en un estudio publicado en la revista Epilepsia, a través del cual se describe una variedad de servicios que han incorporado la intervención psicológica, mostrando su eficacia en el tratamiento de la epilepsia, y recoge recomendaciones basadas en la evidencia para integrar la atención psicológica en el abordaje de esta afección.
Tal y como señala el estudio, se estima que las personas con epilepsia presentan un riesgo entre 2 y 5 veces mayor de desarrollar depresión y/o trastornos de ansiedad, y una de cada tres personas con epilepsia ha sido diagnosticada alguna vez en su vida con un problema de salud mental. Para sus autores, esto es fundamental, ya que las comorbilidades de salud mental afectan a la calidad de vida, el tratamiento, el autocuidado, la morbilidad y el pronóstico de la epilepsia, incluso cuando los síntomas son leves. Asimismo, las comorbilidades de salud mental se asocian con tasas más elevadas de utilización de recursos de atención sanitaria para pacientes hospitalizados y ambulatorios (p. ej., hospitalizaciones). De manera similar, las personas con crisis funcionales/disociativas (o crisis no epilépticas psicógenas) pueden tener epilepsia coexistente y un mayor riesgo de presentar comorbilidades con problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
La ILAE aboga en general por un enfoque de equipo integrado y multidisciplinario, en el que se tengan en cuenta procedimientos sistemáticos de detección y atención psicológica y farmacológica. Estas recomendaciones, señala, “son consistentes con los modelos de atención integrada de salud mental/conductual, o colaborativos, defendidos dentro de los entornos de atención primaria de salud y el manejo integral de pacientes con diversos problemas de salud crónicos (p. ej., diabetes, asma, dolor crónico, cáncer)”.
Los modelos de atención psicológica, que incluyen el acceso a evaluaciones e intervenciones psicológicas, se recomiendan en estos casos para la ansiedad y la depresión, y para problemas relacionados con la calidad de vida (CV) entre personas con convulsiones.
Sin embargo, el estudio advierte de una importante brecha con respecto a la implementación de la atención de salud mental en los entornos habituales de atención a las crisis epilépticas. En este sentido, muchas personas con epilepsia continúan reportando necesidades de atención de salud mental insatisfechas y luchan por acceder a la atención psicológica. A este respecto, según datos de la ILAE más del 50% de los profesionales de la salud considera que no cuenta con recursos suficientes para gestionar los problemas de salud mental de sus pacientes. Las barreras identificadas incluyeron recursos inadecuados para evaluar y tratar la depresión y la ansiedad (incluida la falta de procedimientos estandarizados) y la falta de integración de los profesionales de la salud mental en los equipos de atención de la epilepsia.
De acuerdo con los objetivos recientes delineados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Plan de Acción Mundial Intersectorial (IGAP) sobre la epilepsia y otros trastornos neurológicos, con el abordaje de las necesidades de salud física y mental de las personas con epilepsia, se puede mejorar aún más la atención integral de las crisis epilépticas y, consecuentemente, el bienestar de estas personas.
Precisamente, este informe avala la recomendación de la OMS de una mayor integración de la atención a la salud mental en los entornos de salud así como los objetivos del IGAP para llevar a cabo más iniciativas de atención psicológica centradas en el/la paciente.
Los modelos de atención psicológica integrada para personas con epilepsia descritos en este informe, consideran la atención psicológica como tratamiento de primera línea para la depresión y la ansiedad en personas con epilepsia y personas con crisis funcionales/disociativas, facilitando su acceso a la misma, brindada por profesionales de la Psicología.
De acuerdo con los autores, la implementación exitosa de este tipo de servicios es compleja y el nivel de integración puede diferir en función de los recursos locales disponibles en cada país. Los servicios descritos demuestran el potencial para desarrollar modelos adaptados al entorno y los recursos locales. Para ayudar en la implementación de la atención psicológica en los entornos de atención a las crisis epilépticas, y que estos servicios sean eficaces y exitosos, el estudio recoge una serie de consejos prácticos para crear este tipo de servicios integrados de atención a la salud mental.
Entre las recomendaciones, destacan las siguientes: la importancia de contar con defensores locales que aboguen por la atención psicológica integrada y que tengan capacidad para tanto para formular una justificación sólida para dicho servicio como para facilitar su establecimiento y mantenimiento continuo; identificar y describir las brechas actuales en la prestación de salud mental para personas con trastornos convulsivos; contar con la colaboración de distintos profesionales especializados cada uno en su ámbito de intervención (por ej., Psicología, Psiquiatría, Trabajo Social); detectar fuentes de financiación para ayudar con el establecimiento/mantenimiento del servicio; definir claramente el alcance del servicio y brindar formación continua a todos los/as profesionales, así como a los pacientes y sus familias, para facilitar las derivaciones adecuadas.
Otras propuestas establecidas por la ILAE son la de adaptar los modelos existentes de atención integrada de salud mental dentro de otros entornos de atención médica, incluida la búsqueda de orientación de modelos de atención psicológica integrada en entornos hospitalarios locales para pacientes con otras afecciones de salud crónicas (p. ej., oncología y diabetes) que ya estén establecidas; establecer modelos de formación y capacitación para que los/as profesionales de salud mental trabajen de forma eficaz con personas con epilepsia; evaluar y abordar posibles barreras actitudinales (p. ej., estigma) y prácticas (p. ej., costes, transporte…) relacionadas con el/la paciente en el acceso y búsqueda de atención a la salud mental; realizar una evaluación continua del servicio para determinar los beneficios clínicos y la rentabilidad de estos servicios integrados.
El rol fundamental de la Psicología en el abordaje de la epilepsia, ha venido siendo puesto de relieve por el Consejo General de la Psicología, que el pasado mes de octubre de 2023, suscribió un convenio de colaboración con la Asociación Nacional de Personas con Epilepsia (ANPE), para trabajar conjuntamente en actividades de interés general para las personas con epilepsia.
Fuente: Gandy, M., Michaelis, R., Acraman, J., Donald, K. A., Fitzpatrick, M., LaFrance Jr, W. C., … & Munger Clary, H. M. (2023). Integrated psychological care services within seizure settings: Key components and implementation factors among example services in four ILAE regions: A report by the ILAE Psychiatry Commission. Epilepsia. Open Access. DOI: 10.1111/epi.17647