Impacto del estrés temprano y la exposición a la dieta occidental sobre las respuestas emocionales y la microbiota intestinal
25 Jun 2024

El estrés temprano y el consumo materno de una dieta alta en grasas y azúcares pueden impactar sobre las respuestas emocionales en la adultez así como sobre la microbiota intestinal, si bien estos efectos varían si ambos factores se dan combinados o de forma independiente.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista Psicothema y llevado a cabo por los investigadores Isabel López-Taboada, de la Universidad de Nebrija, Silvia Arboleya y Miguel Gueimonde, del Instituto De Productos Lácteos De Asturias (IPLA-CSIC), y Saúl Sal-Sarria, Héctor González-Pardo y Nélida M. Conejo, de la University of Oviedo y del Instituto de Neurociencias del Principado de Asturias (INEUROPA), con el objetivo de conocer el impacto que pueden tener el estrés temprano y la exposición prolongada a una dieta alta en grasas y azúcares sobre las respuestas emocionales y la microbiota intestinal en la adultez.

Tal y como señalan los autores del estudio, cada vez hay una mayor interés en investigar cómo afectan los factores ambientales al neurodesarrollo humano. Concretamente, un tema de investigación “relativamente inexplorado y que representa un grave problema de salud pública”, es el impacto de la exposición al estrés en los primeros años de vida junto con el consumo de dietas ricas en grasas saturadas y carbohidratos procesados ​​como los azúcares (también conocido como patrón de dieta occidental).

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 21/06/24

Asimismo, a pesar de que la etiología de muchos trastornos mentales “es multifactorial y aún se desconoce”, se considera que la dieta y la exposición al estrés temprano pueden contribuir al riesgo de desarrollar una amplia variedad de problemas de salud mental. De hecho, las experiencias traumáticas y la adversidad temprana durante la infancia (por ej., abusos infantiles, negligencia…), se relacionan ampliamente con un mayor riesgo de desarrollar depresión o trastornos de ansiedad en la edad adulta. El estrés temprano se asocia con deterioro cognitivo y respuestas emocionales tanto en modelos humanos como animales.

La nutrición y la dieta, concretamente la occidental, son dos factores ambientales de interés, asociándose esta última con la obesidad, el sobrepeso y las enfermedades no transmisibles. De acuerdo con la evidencia, la dieta occidental (caracterizada por el consumo de alimentos hipercalóricos y compuesta, principalmente, por grasas saturadas, azúcares simples y sal) impacta en el neurodesarrollo y el comportamiento, perjudicando el aprendizaje espacial y la neurogénesis del hipocampo, incrementando el estrés oxidativo y promoviendo procesos neuroinflamatorios, entre otros impactos.

La microbiota y el eje intestino-cerebro pueden mediar la regulación del estrés y las emociones

Según recogen los investigadores, se ha demostrado también la existencia de una conexión bidireccional entre el cerebro y la microbiota intestinal, denominada eje cerebro-intestino, que involucra el sistema nervioso entérico (SNE), el sistema nervioso autónomo (SNA), el sistema nervioso central (SNC) y el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA). A este respecto, ponen de relieve que la microbiota intestinal influye en el comportamiento y la función del SNC, a través de varios mecanismos directos e indirectos.

En este sentido, se han realizado múltiples estudios en roedores y humanos que demuestran cómo los factores ambientales (por ej., los patrones dietéticos), los comportamientos similares a la ansiedad y a la depresión, pueden modificar la diversidad y la concentración de la microbiota intestinal e influir en el eje cerebro-intestino.

Atendiendo a lo expuesto, se ha llevado a cabo este estudio, con el objetivo principal de analizar el efecto de la exposición a una dieta rica en grasas y azúcares (45%kcal grasa saturada, 17%kcal sacarosa) y al estrés en los primeros años de vida en ratas Wistar macho adultas, cada factor de forma independiente y después de una exposición combinada, y evaluar la composición de la microbiota intestinal (a través de las heces) y los comportamientos similares a la ansiedad y la depresión (mediante el laberinto cero elevado, la natación forzada y preferencia por la sacarosa), para conocer el impacto de estos factores.

El estrés temprano y la dieta interactúan modulando la respuesta al estrés y la microbiota intestinal

Los resultados revelan que la exposición combinada a la separación materna y al consumo de una dieta alta en grasas y azúcares revierte parcialmente los efectos sobre la conducta (ansiedad y la depresión), en comparación con la exposición independiente a cada uno de estos factores ambientales. La dieta influye sobre la microbiota de forma más negativa que la exposición al estrés temprano, y ambos factores modifican su composición contrarrestando parcialmente sus efectos negativos.

Los investigadores concluyen que los efectos del estrés temprano y la dieta occidental, de forma independiente, varían con respecto a los efectos de la combinación de ambos factores, sugiriendo que “el estrés temprano y la dieta interactúan modulando en el adulto la respuesta al estrés y la microbiota intestinal”.

Se puede acceder al artículo completo desde la página Web de Psicothema o bien directamente aquí:

Combined Effects of Early Life Stress and Prolonged Exposure to Western Diet on Emotional Responses and Gut Microbiota

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