El diagnóstico de cáncer en adolescentes y adultos jóvenes conlleva un gran impacto emocional. A este respecto, son frecuentes los síntomas de ansiedad, depresión, estrés postraumático y culpa del sobreviviente en este grupo. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento que ha mostrado su eficacia en el abordaje de estos problemas psicológicos, por lo que resulta de gran utilidad para disminuir el sufrimiento emocional que acompaña el diagnóstico de cáncer en esta etapa. Así lo explica la Association for Behavioral and Cognitive Therapies (ABCT) en una reciente publicación.
Recibir un diagnóstico de cáncer puede resultar una situación abrumadora para personas de cualquier edad. No obstante, cuando se trata de adolescentes y adultos jóvenes, los efectos pueden ser especialmente desestabilizadores. Durante esta etapa de rápido desarrollo físico, piscológico y social, un diagnóstico de cáncer puede interrumpir significativamente este proceso. Algunas de las razones son las siguientes:
- El tratamiento generalmente implica una larga ausencia de la escuela o el trabajo, lo cual afecta sus planes educativos y profesionales.
- El tratamiento puede dificultar la formación de relaciones románticas debido a preocupaciones sobre la apariencia física y las limitaciones impuestas por la enfermedad.
- Existe la posibilidad de infertilidad como resultado del tratamiento, lo cual afecta la capacidad de formar una familia biológica.
- La enfermedad potencialmente mortal puede ser especialmente alarmante para los adolescentes. Aunque suelen comprender mejor la gravedad de su enfermedad que los pacientes más jóvenes, a menudo no están preparados para procesar el significado de una enfermedad grave de manera tan efectiva como los adultos mayores. Además, los adolescentes aún están en proceso de construir una identidad estable, por lo que el diagnóstico y tratamiento de una enfermedad grave en este período puede tener un impacto psicológico distinto al que tiene en los adultos mayores.
Según expone ABCT, aunque muchas personas diagnosticadas con cáncer durante la adolescencia o el comienzo de la edad adulta muestran una adaptación psicológica positiva, se ha observado que este grupo tiene un mayor riesgo de enfrentar diversas dificultades emocionales:
- Ansiedad: se preocupan por su salud actual y futura, temen que el cáncer regrese y sienten que algo malo podría sucederles en cualquier momento.
- Depresión: experimentan sentimientos de tristeza y desesperanza hacia el futuro.
- Estrés postraumático: experimentan emociones intensas al enfrentar recuerdos relacionados con la experiencia del cáncer, sienten que reviven aspectos perturbadores de esa experiencia y tienen pesadillas al respecto.
- Sentimiento de culpa del superviviente: se sienten mal por haber sobrevivido a la enfermedad mientras algunos de sus compañeros de hospital no lo hicieron.
- Preocupaciones generales sobre las consecuencias de la enfermedad: les preocupa cómo se verá afectado su futuro, en cuenta a su desarrollo profesional, solvencia económica o capacidad para formar una familia y cuidar de niños pequeños.
- Angustia por la imagen corporal: el tratamiento a menudo causa cambios físicos como pérdida o aumento de peso, cicatrices y caída del cabello.
¿Cómo se puede abordar el impacto psicológico del diagnóstico de cáncer en adolescentes? Según el documento, la investigación en psicoterapia específica para adolescentes y adultos jóvenes con cáncer está en sus etapas iniciales. Sin embargo, hay cada vez más evidencia de que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento eficaz para muchas de las dificultades psicológicas que enfrentan los adolescentes y adultos jóvenes.
La TCC es una forma de intervención psicológica que se basa en las conexiones entre los pensamientos, comportamientos y emociones de una persona. Incluye dos componentes principales para ayudar con las dificultades mencionadas anteriormente. En primer lugar, evaluar los patrones de pensamiento y, cuando sea apropiado, trabajar activamente para cambiar los patrones de pensamiento que conducen a sentimientos negativos. En segundo lugar, realizar cambios en el comportamiento para disminuir los sentimientos negativos.
Se ha demostrado que la TCC es un tratamiento altamente eficaz para la ansiedad, la depresión y los síntomas relacionados con el trauma. Estos beneficios se han observado tanto en adolescentes como en adultos sin cáncer. Asimismo, se ha comprobado que aborda de manera eficaz las dificultades psicológicas relacionadas con el cáncer en personas con diferentes diagnósticos, etapas de la enfermedad y adultos. Por tanto, la TCC puede ayudar a los sobrevivientes de cáncer adolescentes y adultos jóvenes a hacer frente a la preocupación, tristeza y culpa relacionadas con la experiencia del cáncer, y a procesar los aspectos traumáticos de esa experiencia.