De Madrid a Puerto Rico: un largo camino para llevar la Psicología al continente

El Parlamento de Cantabria acogió, el pasado 20 de septiembre, un homenaje a Mercedes Rodrigo, considerada la primera psicóloga española. Su contribución a la profesión y muy especialmente su defensa de la Psicología como campo propio de trabajo, diferente a la Medicina, la Filosofía o la Educación, han convertido a Rodrigo en un referente.

La iniciativa, organizada por la Fundación Bruno Alonso y la colaboración del Colegio Oficial de Psicología de Cantabria, coincide con el 40 aniversario de su muerte.

El presidente del Consejo General de la Psicología de España, Francisco Santolaya, el presidente de la cámara regional, Joaquín Gómez, Gema Igual, alcaldesa de Santander, y Germán de la Riva, secretario de la Fundación Bruno Alonso, inauguraron este acto que pone en valor la aportación de Mercedes Rodrigo al desarrollo de la Psicología tanto en España como en Latinoamérica.

Así lo resaltó, durante su intervención, el presidente del Consejo General de la Psicología de España, Francisco Santolaya, para quien Mercedes Rodrigo “ha ayudado a establecer vinculaciones a lo largo del tiempo entre España y los países de ámbito latinoamericanos, así como su capacidad de transmitir conocimiento y crear”. Por ello anunció, a propuesta del Colegio Oficial de la Psicología de Cantabria, que se va a dotar un premio anual “que llevará como referencia el nombre de Mercedes Rodrigo”.

Rodrigo fue, junto a su hermana María, una de las dos primeras mujeres en convertirse en profesora universitaria en Colombia, donde se instaló durante la Guerra Civil española y desde donde pasó posteriormente a Puerto Rico.

Desarrolló un programa pionero para el tratamiento del estrés post traumático con soldados americanos regresados de la guerra de Corea que presentaría en un congreso en París.

En España es fundamental su trabajo en el Instituto de Psicología Aplicada y Psicotecnia donde realiza una importante tarea de orientación profesional. Sus actividades alcanzan otras áreas de escaso desarrollo en la España del primer tercio del XX como la Psicología Industrial o la Educación Especial.

Su obra científica escrita no es muy extensa, pero es seria y rigurosa. Publicó trabajos sobre tests, interesada especialmente por los temas de la inteligencia infantil y las actitudes de los niños (Lo que piensan de la guerra los niños españoles, 1922), la orientación profesional (Algunos problemas de orientación profesional, 1933) y la higiene del trabajo (La prevención de accidentes de trabajo, 1929). Su libro más amplio y comprensivo es la Introducción al estudio de la Psicología (1949), un manual de Psicología para los estudiantes de Medicina, aunque enfocado principalmente hacia los temas de desarrollo infantil.

Sin embargo, tanto su género como su exilio han contribuido a que su figura como científica haya quedado en un segundo plano.

“Como por desgracia ha ocurrido con la obra de muchas mujeres” -exponía al respecto, Joaquín Gómez, presidente del Parlamento de Cantabria, durante la apertura de este homenaje, “la destacada figura de Mercedes Rodrigo, que a principios del S. XX puso en marcha un proyecto didáctico con técnicas pedagógicas muy avanzadas, ha sido injustamente olvidada”. Por ello, pidió que el acto sirviera “para contribuir a rescatar la memoria de una mujer cuyo nombre hay que reivindicar por la trascendencia de su carácter pionero en el ámbito de la Psicología”.