Eduardo Fonseca-Pedrero, Mercedes Paino, Serafín Lemos-Giráldez, Susana Sierra-Baigrie, Ángela Campillo-Álvarez, Nuria Ordóñez-Camblor y José Muñiz
Universidad de Oviedo y Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, CIBERSAM
José David P. L. es un joven asturiano de 22 años que recientemente ha desarrollado un brote psicótico de tinte delirante. Los signos y síntomas que preceden a este tipo de trastornos venían manifestándose de forma intermitente desde hacía al menos tres años; sin embargo, ninguna persona de su entorno cercano había demandado ayuda psicológica especializada hasta el momento de su ingreso. Los familiares, impactados por la magnitud del problema, se preguntan qué hubiese ocurrido si se hubiera detectado e intervenido antes del desarrollo del trastorno. La literatura previa al respecto señala que, una rápida detección del cuadro psicótico, con una posterior intervención temprana eficaz, no sólo mejora el pronóstico del trastorno a corto, medio y largo plazo, sino que también mejora los resultados del tratamiento. Más aún, en caso de aparición del trastorno, la recuperación es mucho más rápida, disminuyendo el tiempo de hospitalización y las consecuencias negativas asociadas al cuadro clínico.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave y devastador que impacta directamente en las esferas personal, familiar y social de la persona. La tasa de prevalencia anual se situa en torno al 1%, y con frecuencia tiene su inicio en la adolescencia tardía o temprana adultez. Los costes sanitarios y comunitarios que se derivan de la esquizofrenia tales como el consumo de psicofármacos, la hospitalización o el seguimiento en la comunidad, son muy elevados, por lo que todas las acciones que se lleven a cabo para prevenir e intervenir en un problema de semejante índole son de un enorme interés y utilidad. Es por ello que la prevención y detección temprana de este tipo de trastornos ha pasado a constituir en la actualidad una de las principales prioridades en materia de salud mental por parte de las autoridades sanitarias. |
Una de las líneas de investigación en el campo de la detección e intervención temprana de la psicosis se denomina paradigma de «alto riesgo psicométrico«. Este enfoque de estudio tiene como finalidad la detección, mediante la utilización de autoinformes y a partir de su perfil de puntuaciones, de aquellas personas con una mayor vulnerabilidad teórica de transitar hacia un trastorno psicológico severo en el futuro. Dicho paradigma es considerado una estrategia fiable, válida y útil para la detección psicométrica de individuos con vulnerabilidad a la esquizofrenia, de cara a la implementación posterior de tratamientos profilácticos. Del mismo modo, la utilización de estos instrumentos de medida constituye, en comparación con otras técnicas, un sistema de evaluación rápido, eficaz y no invasivo. Estudios longitudinales independientes indican que los individuos de la población general que informan de experiencias esquizotípicas, tales como pensamiento mágico, experiencias alucinatorias, ideación delirante y/o anhedonia (incapacidad para experimentar placer), esto es, que puntúan elevado en este tipo de medidas, tienen un mayor riesgo futuro de evolucionar hacia un trastorno del espectro esquizofrénico, en comparación con aquellos que no presentan tales síntomas y signos.
Como no puede ser de otro modo, la detección temprana de este tipo de individuos de riesgo pasa por disponer de adecuados instrumentos de evaluación que nos permitan tomar decisiones sólidas y fundadas a partir de sus puntuaciones. La disponibilidad de instrumentos de medida breves, sencillos y de rápida aplicación, que puedan ser utilizados como método de cribado para la detección de participantes de riesgo a los trastornos del espectro esquizofrénico, de cara a una posterior evaluación psicológica más exhaustiva, es de suma importancia, tanto desde un punto de vista clínico como investigador. Hasta el momento no existía en España una prueba diseñada específicamente para la valoración de los rasgos esquizotípicos en población adolescente y que además incorporara los diferentes avances en la medición psicológica y educativa, todo lo cual justificó la construcción del ESQUIZO-Q: Cuestionario Oviedo para la Evaluación de la Esquizotipia .
El proceso de construcción y validación del ESQUIZO-Q se llevó a cabo siguiendo las directrices internacionales para la construcción de tests. En el estudio final de campo participaron un total de 1.683 adolescentes (M = 15,9 años; DT = 1,2), seleccionados mediante un muestro estratificado por conglomerados a nivel de aula en el Principado de Asturias (España). Una vez realizados diferentes análisis psicométricos para la depuración del banco inicial de ítems, la versión final del EQUIZO-Q quedó formada por un total de 51 ítems. El formato de respuesta es de tipo Likert de 5 categorías (desde 1, «Completamente en desacuerdo«, a 5, «Completamente de acuerdo«). Estos 51 ítems se distribuyen a lo largo de un total de 10 subescalas, a saber: Ideación Referencial, Pensamiento Mágico, Experiencias Perceptivas Extrañas, Pensamiento y Lenguaje Extraños, Ideación Paranoide, Anhedonia Física, Anhedonia Social, Comportamiento Raro, Falta de Amigos Íntimos y Ansiedad Social Excesiva. En términos generales el cuestionario presenta un comportamiento psicométrico adecuado que permite la evaluación de los rasgos esquizotípicos de la personalidad en este sector de la población. Los niveles de consistencia interna para las subescalas del ESQUIZO-Q oscilaron entre 0,62 y 0,90. El análisis de la estructura interna de los ítems del ESQUIZO-Q arrojó además una solución tridimensional, formada por los factores Distorsión de la Realidad, Anhedonia y Desorganización Interpersonal. Ningún ítem presentó un funcionamiento diferencial en función del sexo de los participantes. Así mismo, las subescalas del ESQUIZO-Q correlacionaron de forma moderada con las escalas de otros autoinformes que valoraban sintomatología depresiva, problemas comportamentales y rasgos de los trastornos de la personalidad.
En este sentido, el ESQUIZO-Q parece ser un instrumento de medida breve, sencillo y con adecuadas propiedades métricas, que puede ser utilizado como herramienta epidemiológica y como método de screening psicopatológico en población general. Su finalidad es la detección inicial de aquellos adolescentes «de riesgo» en función de sus altas puntuaciones, para así llevar a cabo una evaluación psicológica más exhaustiva. No obstante, y dado que el ESQUIZO-Q es una herramienta de reciente construcción, aún necesita de una mayor investigación, particularmente en lo que respecta a su capacidad predictiva. Así mismo, con la finalidad de mejorar la capacidad en la detección de este tipo de individuos, es necesario utilizar este instrumento de medida en combinación con otros paradigmas (p. ej., hijos de pacientes con esquizofrenia), técnicas (p.ej., entrevistas estructuradas) y variables (p. ej., consumo de drogas, depresión o estrategías de afrontamiento), teniendo siempre presente la naturaleza multicausal y comprendiendo este tipo de fenómenos bajo el prisma de los modelos de vulnerabilidad-estrés. Por otro lado, futuras iniciativas que se lleven a cabo en la detección temprana de los problemas psicológicos graves, deberían facilitar a los centros escolares, sanitarios y a las familias el acceso a este tipo de herramientas, trabajando en el desarrollo de programas específicos de formación (p.ej., sobre la detección de posibles señales de alerta o de riesgo). Destacar además que la identificación temprana de individuos de riesgo pasa por la participación, implicación directa y coordinación de todos los sectores de la comunidad educativa (orientadores, profesores, padres, etc.), así como de otros profesionales (pedagogos, médicos, enfermeros, trabajadores sociales, etc.). No se debe perder de vista que la finalidad última no es otra que mitigar el posible impacto que pueda ocasionar la esquizofrenia en las esferas personal, familiar, académica y social de las personas.
Referencia:
Fonseca-Pedrero, E., Muñiz, J., Lemos-Giráldez, S., Paino, M. y Villazón-García, U. (2010). ESQUIZO-Q: Cuestionario Oviedo para la Evaluación de la Esquizotipia. Madrid: TEA Ediciones.
El artículo original puede encontrarse en la Revista Iberoamericana de Psicología y Salud:
Fonseca-Pedrero, E., Paino, M., Lemos-Giráldez, S., Sierra-Baigrie, S., Campillo-Álvarez, A., Ordóñez-Camblor, N. y Muñiz, J. (2010). Evaluación de la propensión a la psicosis con el ESQUIZO-Q. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 1 (2), 167-183.
Sobre los autores:
Eduardo Fonseca-Pedrero. Es Doctor en Psicología por la Universidad de Oviedo. Su línea de investigación se centra en el análisis de variables clínicas y de la personalidad mediante la utilización de instrumentos de medida. Mercedes Paino. Es Profesora Titular del área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la Universidad de Oviedo. Su línea de investigación principal se centra en el campo de la prevención de la psicosis. Serafín Lemos Giradles. Es Catedrático de Psicopatología por la Universidad de Oviedo. Su línea de investigación principal se centra en el campo de la prevención de la psicosis. Así mismo, es codirector del programa P3. Susana Sierra-Baigrie. Es Doctora en Psicología por la Universidad de Oviedo. Es experta en trastornos de la conducta alimentaria. Ángela Campillo-Álvarez. Es becaria FPU en el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. Nuria Ordóñez-Camblor. Es doctoranda en el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo. José Muñiz Fernández. Es Catedrático de Psicometría por la Universidad de Oviedo. Es experto en temas relacionados con la construcción y adaptación de instrumentos de medida, por sólo citar algunos de ellos. |