La ciencia psicológica debe asegurar una comunicación científica libre de sesgos, prejuicios y estereotipos, evitando cualquier forma de racismo o discriminación. Así lo establece la Asociación Americana de la Psicología en una reciente comunicación en la que proporciona a los profesionales interesados y, sobre todo, a los editores y académicos en Psicología, un conjunto de recursos en esta dirección. Si bien la investigación científica en Psicología ha experimentado un notable crecimiento y una mejora en la calidad metodológica de sus estudios (sobre todo, desde el estudio publicado por Eysenck en 1952 titulado Los efectos de la psicoterapia: una evaluación), todavía se enfrenta a importantes escollos. |
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Entre dichos obstáculos, se encuentran los sesgos de publicación -presentes también en otras disciplinas- y que hacen referencia a la tendencia a publicar y a dar a conocer tan sólo los resultados que mostraron un cambio en la dirección esperada (resultados positivos) y obviar, eliminar o disfrazar los resultados negativos encontrados por los investigadores. Este sesgo se acompaña también de una tendencia de las editoriales de las revistas científicas hacia el rechazo de los estudios con resultados negativos. Si bien se trata de un fenómeno generalizado en todas las ciencias, estudios como el de Fanelli (2012) han puesto en evidencia que es un problema especialmente patente en las disciplinas de Psicología y Psiquiatría (más información aquí). Otro de los problemas de la investigación psicológica, que ha generado un intenso debate en los últimos años, ha sido el de la dificultad de replicación de los estudios científicos. En esta línea, fue un artículo de la revista Nature del año 2012, titulado Replication studies: bad copy (Estudios de replicación: una mala copia), el que alertó sobre la falta de estudios de replicación en Psicología, tan necesarios en cualquier disciplina para asegurar el avance científico y confirmar la consistencia de los resultados reportados por otros investigadores (más información aquí). Este problema se puso en evidencia a raíz de uno de los trabajos más controvertidos en Psicología y que fue el del psicólogo Daryl Bem y su experimento sobre la existencia de habilidades de premonición en estudiantes universitarios. Tras la publicación del estudio de Bem, varios equipos de investigación independientes de diferentes países trataron de replicarlo sin éxito. Estos equipos de investigación presentaron serios problemas para que sus resultados salieran a la luz y fueran aceptados por los revisores y editores de las revistas científicas, que alegaban que sus líneas de publicación no contemplaban estudios que fueran réplicas de otros trabajos anteriores, sino tan sólo contenidos inéditos. De esta forma, los estudios basados en confirmar los resultados de otros investigadores no suelen ser fuente de interés para los responsables de las revistas de divulgación científica, más preocupados en captar lectores a través de la publicación de contenidos originales que en consolidar el avance científico en nuestra profesión. Asimismo, la ciencia psicológica se ve comprometida por otros malos hábitos arraigados entre los investigadores, tales como modificar los diseños experimentales de forma que se garanticen los resultados positivos, decidir el tamaño de la muestra después de comprobar si los resultados fueron significativos o hacer una revisión sesgada de los estudios publicados con anterioridad, seleccionando solo aquellos estudios que confirmen la hipótesis planteada. Actualmente, la preocupación de los expertos de la Asociación Americana de Psicología (APA) se articula en torno a la presencia de actitudes, comportamientos y creencias que evidencian cualquier tipo de discriminación (por razón de sexo, raza, religión, discapacidad, orientación sexual…), que afectan también a los círculos donde se genera y se difunde la investigación y, por extensión, a los resultados aportados por los estudios psicológicos. En esta línea, la APA lamenta y se disculpa por la presencia de prejuicios y estereotipos entre los investigadores y académicos en Psicología, que ha perjudicado la capacidad de nuestra disciplina para reflejar con precisión el comportamiento de todos los seres humanos y han puesto en desventaja a los científicos que representan los diversos puntos de vista que nuestra ciencia necesita. Tal y como señala la APA, hay muchas cuestiones sistémicas que deberán abordarse para garantizar que la ciencia psicológica -la base de nuestra disciplina- esté libre de sesgos, prejuicios y barreras injustas. Estas cuestiones sistémicas requerirán cambios sistémicos. Con este objetivo, la APA ha puesto a disposición de los equipos editoriales y de la comunidad científica, una serie de materiales para desmantelar la discriminación dentro del discurso científico, entre los que se incluyen los siguientes:
Así, la ciencia psicológica precisa de una depuración de su calidad y rigurosidad, no sólo en lo que respecta a cuestiones ampliamente debatidas en años anteriores, como los sesgos de publicación de resultados positivos o los problemas de publicación de los estudios de replicación, sino también, como señala la APA, en lo que atañe a la forma de referirnos y describir el comportamiento humano, de manera que se asegure esta comunicación inclusiva y el respeto a la diversidad. En esta línea, la APA anima a todos los científicos a revisar los materiales aportados y a proponer mejoras, de forma que se asegure la igualdad, la diversidad, la justicia y el lenguaje inclusivo en el discurso académico en Psicología.
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En la Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) se encuentra un valioso tesoro que ofrece un recorrido fascinante por la historia de la psicología: el Museo Gallego de Psicología. Este museo alberga una extensa colección de piezas...