Es muy importante no ignorar ni silenciar los casos de violencia de género. Las situaciones de violencia de género son mucho más comunes de lo que podamos pensar, por lo que es fundamental estar atentas/os a los indicios que permitan detectar este tipo de situaciones. La labor fundamental de los y las profesionales es escuchar, acompañar, y no juzgar, así como ofrecer apoyo y ayuda profesional en todo momento, independientemente de la decisión que la mujer tome y siempre respetando lo que decida. Asimismo, es necesario conocer los recursos específicos existentes en nuestro entorno para atender a las mujeres víctimas de violencia de género, tanto locales, como provinciales, regionales y nacionales, y disponer de contactos que nos permitan actuar con celeridad dado el caso.
Estas son algunas de las principales recomendaciones recogidas por la Federación Salud Mental Castilla y León, en una guía a través de la cual aborda el tema de la violencia de género, especialmente, en el caso de las mujeres con discapacidad psicológica y social e incluye un protocolo de actuación en función de los diferentes casos.
Tal y como recoge la Ley 13/2010, de 9 de diciembre, contra la violencia de género en Castilla y León, la violencia de género se define como “cualquier acto de violencia hacia las mujeres, que se ejerce contra ellas por el hecho de serlo, y que tenga o pueda tener como resultados un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, incluso las amena[1]zas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como privada, comprendiendo las distintas formas de violencia física, psicológica, sexual y económica, que tienen lugar en los ámbitos de la pareja o ex pareja, familiar, laboral, social o comunitario”.
De acuerdo con el documento, no existe un perfil de víctima: cualquier mujer, por el hecho de serlo, puede llegar a sufrir una situación de violencia de género en sus múltiples manifestaciones. A este respecto, recuerda que determinadas situaciones económicas, laborales, sociales, educativas, etc., y otras características personales como la interiorización de los mitos del amor romántico, tener muy arraigados los estereotipos y roles de género o presentar algún problema de salud mental o discapacidad, son elementos que pueden aumentar el riesgo potencial de padecer violencia de género, si bien el principal factor de riesgo es ser mujer.
Las mujeres con discapacidad enfrentan una múltiple discriminación
A lo largo de sus páginas, sus autores abordan en detalle este grave problema, conceptualizando los diferentes tipos de violencia que existen (a saber, física, psicológica, sexual, económica y digital) y rebatiendo algunos de los mitos en torno a la violencia de género que, aún hoy día, imperan en la sociedad, tales como: “La violencia de género es un asunto de la pareja y no debe salir de casa”, “Una mujer víctima de violencia de género no deja la relación porque no quiere” o “la mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas”, entre otros muchos.
De forma específica, la guía aborda la múltiple discriminación que enfrentan las mujeres con discapacidad (por el hecho de ser mujer y por su discapacidad) y que se acentúa en el ámbito de la violencia de género (sufren una violencia más grave y más duradera que las mujeres sin discapacidad). Entre punto, recuerda una serie de aspectos prioritarios a tener en cuenta en la atención a víctimas, entre ellos, trabajar por la erradicación de los falsos mitos sexistas existentes y los vinculados con la discapacidad; sensibilizar, formar y concienciar a profesionales de los diferentes ámbitos implicados, así como a la sociedad civil sobre la situación y necesidades específicas de las mujeres con discapacidad víctimas de violencia; o brindarles una atención integral, teniendo en cuenta las necesidades específicas de la víctima y garantizando la accesibilidad universal a todos los servicios y recursos.
Las mujeres con problemas de salud mental son especialmente vulnerables a la violencia de género
Concretamente, las mujeres con problemas de salud mental representan un colectivo especialmente vulnerable hacia este tipo de violencia en todas sus formas. Según los datos que recoge el documento, el riesgo que tiene una mujer con problemas de salud mental grave de sufrir violencia por parte de su pareja, se multiplica entre 2 y 4 respecto al resto de mujeres.
Los autores alertan de cómo se cuestiona de manera sistemática en estos casos, su condición de víctima y su credibilidad, lo que deriva en que no se detecte la mayor parte de la violencia que están sufriendo las mujeres con problemas de salud mental, y que, junto con su baja autopercepción como víctimas, les impide solicitar ayuda y formalizar la pertinente denuncia.
El acompañamiento y el apoyo psicológico a las víctimas de violencia son esenciales en todas las fases del proceso
El documento pone de relieve, dentro de los factores de protección, el servicio de Asistencia Personal como herramienta protectora que, en salud mental, se configura como un servicio personalizado e individualizado que le sitúa en una posición privilegiada a la hora de detectar estas situaciones y acercar a la víctima los apoyos necesarios para salir de ellas.
La guía destaca la relevancia de implementar un protocolo de actuación en este tipo de situaciones, para lo cual considera clave contar con una Comisión específica, formada por, al menos el/la gerente de la asociación, un/a trabajador/a social y un/a psicólogo/a.
El protocolo recogido en el documento se divide en tres fases. A lo largo de las mimas, se pone de relieve la trascendencia del acompañamiento y el apoyo psicológico a las víctimas:
- Fase 1. Detección de la violencia
- Fase 2. Denuncia, cuando la víctima quiera denunciar a su agresor o solicitar una orden de protección
- Fase 3. Procedimiento judicial, incluyendo aquí el proceso de declaración y denuncia, el proceso judicial, la orden de protección, y el juicio rápido.
El documento recoge información sobre el marco normativo actual en materia de violencia de género, tanto en Castilla y León como a nivel estatal e internacional, e incorpora una serie de recursos especializados a nivel nacional y en la CCAA, para apoyar y acompañar a las mujeres víctimas de violencia y a las personas que dependan de ellas.
Se puede acceder a la guía completa desde la página Web Federación Salud Mental Castilla y León o bien directamente aquí:
Guía de salud mental y violencia de género. Protocolo de actuación