Una de cada cinco mujeres experimenta un problema de salud mental durante el embarazo o después de haber dado a luz, siendo la depresión y la ansiedad los problemas de esta índole más comunes. El impacto de los problemas de salud mental materna puede ser devastador en las mujeres afectadas y sus familias, y tener efectos graves y duraderos en la salud y bienestar del bebé. Todo ello pone de relieve la importancia de atender de forma precoz y adecuada a la salud mental materna.

Así lo advierte el Centro para la Salud Mental de Reino Unido (Centre for Mental Health), en un informe encargado por Maternal Mental Health Alliance, a través del cual pone de relieve la importancia de la salud mental materna y se establecen una serie de recomendaciones para apoyarla de forma eficaz desde los sistemas de atención integral y brindar un acceso equitativo a la atención a la salud mental materna durante el período perinatal y postnatal.

Tal y como señalan los autores del informe, los problemas de salud mental materna son comunes y pueden ser extremadamente graves, tanto para la madre y el bebé como para su familia. De hecho, según algunos estudios, el suicidio constituye la principal causa de muerte entre las mujeres en el año posterior al embarazo (MBRRACE-UK, 2022).

La necesidad de una atención precoz y eficaz, con rápido acceso a terapias psicológicas

Asimismo, existen una serie de situaciones y desigualdades significativas, que generan barreras adicionales, en las que las necesidades pueden no estar bien cubiertas ni acceder al apoyo necesario, lo que aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud mental antes, durante y después del embarazo, tales como: el abuso doméstico, la pobreza, solicitantes de asilo y personas refugiadas, pertenecer a comunidades racializadas, padres LGTBIQ+, la exposición al trauma, personas neurodiversas y con discapacidad, problemas previos de salud mental, o una menor edad en las madres, entre otras.

No obstante, a pesar de todo lo expuesto, los autores del documento afirman que esto “no es inevitable ni irreversible”: el acceso oportuno a una ayuda eficaz puede marcar una gran diferencia en los resultados de salud a largo plazo para las madres y las generaciones venideras. Así, con los sistemas de apoyo adecuados, los problemas de esta índole pueden prevenirse, y con la ayuda temprana puede reducirse el riesgo de una escalada, apoyando la recuperación. De igual modo, es esencial garantizar de forma proactiva que los grupos de mujeres cuyas necesidades no están tan bien cubiertas por los servicios existentes reciban un apoyo eficaz.

En este sentido, de acuerdo con las guías del NICE, los problemas de salud mental perinatal “siempre requieren una respuesta rápida y eficaz, incluido el acceso rápido a terapias psicológicas cuando se necesitan”. Los sistemas de atención integral brindan una oportunidad única para garantizar que todas las mujeres reciban apoyo integral y basado en la evidencia para su salud mental durante el período perinatal y puedan acceder de forma equitativa a la atención que necesitan en el momento adecuado.

Es clave un enfoque sistémico de la salud mental materna

El informe indica que adoptar un enfoque sistémico de la salud mental materna es esencial para brindar a cada bebé y niño/a una buena oportunidad de tener un comienzo saludable en la vida. En esta misma línea, el Plan a largo plazo del Sistema Nacional de Salud de Reino Unido promete una expansión y mejora significativas en el apoyo a la salud mental perinatal, estimando que al menos 66.000 mujeres con problemas de salud mental perinatal de moderadas a graves tendrán acceso a atención comunitaria especializada desde antes de la concepción hasta 24 meses después del nacimiento, con una mayor disponibilidad de terapias psicológicas basadas en la evidencia. En caso necesario, sus parejas también podrán tener acceso a una evaluación de su salud mental y atención psicológica.

De acuerdo con los autores de este informe, el sector voluntario y comunitario desempeñan un papel vital, llegando a las mujeres que sufren privaciones, discriminación y trauma. Así, trabajar en asociación con organizaciones comunitarias puede ayudar a lograr servicios culturalmente más competentes y mejor adaptados para las mujeres que, de otro modo, podrían ser mal atendidas o ignoradas.

Según datos de los equipos perinatales especializados, aproximadamente un 60-70% de las madres primerizas y embarazadas que acceden a la atención especializada en salud mental tienen antecedentes de abuso y trauma infantil. Llegar a las mujeres que experimentan estos problemas “es especialmente importante, ya que a menudo se sienten juzgadas, estigmatizadas y les puede resultar muy difícil confiar en los profesionales”.

A este respecto, un enfoque informado sobre el trauma enfatiza el valor de las relaciones confiables y sin prejuicios, y destaca la importancia de escuchar las experiencias de las mujeres, destacando la relevancia de la elección y el consentimiento y centrándose en la equidad, la diversidad y la inclusión.

¿Cómo garantizar una atención adecuada a la salud mental materna?

Dado lo expuesto, el documento recoge una serie de recomendaciones necesarias para garantizar la atención adecuada a la salud mental materna antes, durante y después del embarazo. Entre ellas, subraya el rol trascendental de los servicios universales para identificar de forma rápida y precoz las necesidades de las mujeres y brindar un apoyo oportuno, asegurando que tengan acceso a atención especializada cuando la necesiten.

Según señala, hay evidencia en torno a la eficacia y rentabilidad de la integración de la atención a la salud mental con los servicios de maternidad y atención primaria. En este modelo de prestación de servicios integrados, explica, “se indaga sobre la salud mental de estas mujeres y se les ofrece tratamiento de baja intensidad si tienen problemas y se sienten estresadas, ansiosas o deprimidas”. En este contexto, de acuerdo con la guía NICE, el informe considera fundamental que las mujeres “que experimentan problemas de salud mental diagnosticables durante y después del embarazo tengan acceso oportuno a terapias psicológicas basadas en evidencia”.

Los servicios comunitarios de salud mental perinatal son una parte esencial de todo sistema de atención integrado, ya que brindan apoyo especializado a las mujeres que experimentan graves problemas de salud mental.

En los casos en los que las mujeres y sus parejas experimentan la pérdida del bebé durante el embarazo o en el período neonatal enfrentan un alto riesgo de problemas de salud mental debido al trauma por el que han pasado. En estos casos, el informe destaca la relevancia de que reciban una atención en salud mental segura y eficaz.

Factores como el estigma, la soledad y el aislamiento pueden impactar en la salud mental y el bienestar

Por otro lado, el estigma persiste en torno a los problemas de salud mental perinatal y actúa como una barrera para apoyar a quienes experimentan este tipo de problemáticas: siete de cada diez mujeres minimizan u ocultan la gravedad de cómo se sienten. Algunas mujeres manifiestan temor ante la posibilidad de que les quiten a sus bebés si revelan su angustia a un profesional de la salud. Un modo de eliminar y aliviar el miedo y el estigma es normalizar las conversaciones en torno a la salud mental, con los profesionales preguntando sobre ella de manera sensible y rutinaria. Esto puede ayudar a los padres a buscar apoyo en una etapa temprana y evitar que sus problemas aumenten.

Asimismo, en algunas situaciones, existe un mayor riesgo de experimentar soledad y aislamiento, como por ejemplo, entre las madres jóvenes y aquellas con discapacidad. De no abordarse, la soledad y el aislamiento pueden tener un profundo impacto en su salud mental y bienestar. Por ello, el documento destaca la trascendencia de desarrollar estrategias para combatir la soledad y el aislamiento entre las madres gestantes.

Se puede acceder al informe completo desde la página Web del Centre for Mental Health o bien directamente aquí:

Maternal mental health: a briefing for integrated care systems