Uno de los más graves atentados contra la salud pública ha permanecido invisibilizado durante décadas: muchos estudios clínicos sobre fármacos y psicofármacos se realizan con población masculina. De ahí que se puedan estar administrando medicamentos que no consideran cuáles son los efectos perniciosos para la salud de las mujeres.
La anatomía femenina, su composición hormonal, etc., es diferente a la de los hombres, por lo que hay efectos adversos que solo afectan a mujeres y que se están pasando por alto. Sobre esto habla un artículo publicado recientemente en el periódico El Mundo.

Fuente: Pexels. Foto Thirdman. Fecha: 07-03-25
En el caso de los psicofármacos, ya hay evidencia de que existen importantes diferencias entre sexos
En el artículo se afirma que «las mujeres premenopáusicas suelen responder mejor a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), mientras que los hombres tienden a tener una mejor respuesta a los antidepresivos tricíclicos». Es decir, ya se sabe que la efectividad o los efectos adversos son diferentes para hombres y mujeres, y esto se extiende a un gran número de fármacos y psicofármacos.
A mediados del siglo XX se comienza a apartar a las mujeres de las investigaciones farmacológicas y psicofarmacológicas
Apartar a las mujeres de los ensayos clínicos ha provocado que sufran más efectos adversos, que la eficacia de los medicamentos sea menor en ellas y posean menos información que los hombres sobre qué les están administrando.
Tal y como señala el periódico, la psiquiatra Gemma Parramon, portavoz de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, el deseo de proteger la descendencia de las mujeres embarazadas, el miedo a que los ciclos hormonales femeninos pudieran interferir con los resultados y la visión reduccionista de que las únicas diferencias entre sexos eran sus aparatos reproductores llevaron a que, a mediados del siglo pasado, se comenzará a excluir a las mujeres de los ensayos clínicos.
Aunque se han empezado a tomar medidas, todavía persiste este problema
Si bien en las últimas décadas agencias estatales de diversos países han promovido la inclusión de mujeres en los ensayos clínicos, y la situación ha mejorado un poco, todavía hay problemas; por ejemplo, la falta de conocimiento en cómo afectan ciertos medicamentos en situaciones como el embarazo y la lactancia. Como afirma la psiquiatra citada en el artículo de El Mundo, la falta de seguridad «obliga a muchas mujeres a tomar decisiones médicas sin suficiente respaldo científico».
El mayor vacío actual se refiere a cómo responden las hormonas a los medicamentos
El artículo afirma que las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia y el uso de anticonceptivos pueden afectar la absorción, distribución y eliminación de los fármacos, alterando su eficacia y seguridad. «Sin embargo, los ensayos clínicos rara vez analizan estos efectos». Y los cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo podrían modificar el metabolismo de los medicamentos.
Para el futuro se necesita ahondar más en las diferencias según sexo
Aparte de no solo promover, sino obligar, desde las instituciones públicas la inclusión equiparable de las mujeres en los ensayos clínicos, es importante educar socialmente en resaltar la importancia de que las mujeres participen de este tipo de investigaciones, para contrarrestar el sesgo histórico de exclusión que las empujaba a no involucrarse.
Asimismo, es muy importante realizar estudios donde se muestren las diferencias en los efectos de los medicamentos según el sexo. En el caso de los psicofármacos, la psiquiatra Gemma Parramon considera que «se necesita más investigación sobre cómo factores como la menopausia influyen en la farmacocinética y farmacodinámica de los medicamentos».
Puedes consultar el artículo completo en la página de El Mundo.