Es prioritario mejorar la protección de la salud mental de las personas trabajadoras, según UGT
11 Abr 2025

El estrés laboral, el miedo a perder el trabajo, la inseguridad laboral, una mala organización del trabajo o las extensas jornadas afectan directamente a la salud mental y generan costes elevados tanto para aquellas personas trabajadoras que ven perjudicada su salud, como para las empresas por las jornadas laborales no trabajadas y para la sanidad pública, que debe asumir los costes del tratamiento y rehabilitación.  

Así lo afirma la Confederación Sindical Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de España (UGT) en una nota de prensa a través de la cual insta a que se mejore la protección de la salud mental de los trabajadores y trabajadoras de forma urgente.

Tal y como señala UGT en su texto, en Europa, casi 165 millones de personas desarrollan anualmente un problema de salud mental. Los problemas de salud mental más frecuentes son los trastornos de ansiedad (14%), el insomnio (7%) y la depresión mayor (6,9%).

Concretamente, en España, los datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de 2023 del Ministerio de Sanidad, el 34% de la población española presenta algún problema de salud mental, siendo los más frecuentes en las consultas de atención primaria (AP) los trastornos de ansiedad (106,5 casos por cada 1.000 habitantes), seguidos de los trastornos del sueño y de los trastornos depresivos (81,6 y 47,8 por cada 1.000 habitantes, respectivamente), con una tendencia creciente en los últimos años.

personas trabajadoras

Foto: freepik. Autor: yanalya. Descarga: 24/03/25

De forma específica, en el contexto laboral, la encuesta OSH Pulse 2022 de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) revela que el 27% de los/as trabajadores/as experimentan estrés, ansiedad o depresión causados ​​o empeorados por el trabajo.

La depresión es un problema de salud mental frecuente que afecta a personas de todas las edades y se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo. De hecho, la OMS estima que, cada año, se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que supone un coste de un billón de dólares por año en pérdida de productividad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, la depresión afecta a la capacidad para afrontar la vida diaria y, en su forma más grave, puede conducir al suicidio.

Todos estos datos, afirma, «reflejan la dura realidad de muchas personas». Es primordial, por lo tanto, regular de forma diferenciada la gestión de los riesgos psicológicos y sociales en las empresas, ya que los de origen laboral «son los únicos que no cuentan con una normativa propia en nuestro país».

Es necesario actualizar el listado de enfermedades profesionales, incluyendo los problemas derivados de los riesgos psicológicos y sociales

Para el sindicato, es clave la elaboración, con la participación de los interlocutores sociales, de una Directiva comunitaria dirigida a regular la gestión de los riesgos psicológicos y sociales en las empresas, que sirva de paraguas para todos los Estados miembro que, como España, no dispone de una norma de estas características.

Asimismo, pide que se actualice el listado de enfermedades profesionales español, para que sean incluidas las patologías derivadas de los riesgos psicológicos y sociales, tal y como ya lo hizo la Organización Internacional del Trabajo al incorporar los problemas de salud mental y del comportamiento en su listado de 2010, dado que, en la actualidad, las patologías derivadas de la exposición a riesgos psicológicos y sociales de origen laboral siguen sin reconocerse como contingencia profesional.

A este respecto, en su informe sobre Salud mental y Trabajo 2024, la Confederación Sindical destacó el hecho de que al no figurar los problemas de salud mental en el vigente Cuadro de Enfermedades Profesionales  “no pueden en ningún caso admitirse como tales”. En este sentido, puso de manifiesto la trascendencia de reconocer el origen profesional de estos problemas de salud mental por varios motivos: el primero es que, al no reconocerse como profesionales, las empresas no implantan medidas para eliminar los riesgos que pueden generar el daño a la salud, por lo que, no se activa el mecanismo preventivo; el segundo motivo, es que así se oculta la magnitud del problema y, por ello, no se destinan los recursos adecuados para solventarlo.

Fuente: UGT

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